12/03/2019

Arde el planeta; las decisiones deben tomarse ya: Guterres

Hemos llegado a límites impensables

Firmar un compromiso para que en 2050 haya cero emisiones netas de carbono, entre los objetivos de este encuentro climático en Madrid

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▲ A las puertas del recinto que alberga la 25 Conferencia de las Partes (COP25), en Madrid, activistas de la organización Extinction Rebellion desplegaron ayer tres pancartas de grandes dimensiones, con lo que lograron bloquear por algunos minutos la entrada de vehículos de los delegados internacionales, hasta que la policía los hizo retroceder. Los manifestantes explicaron que era para dar la bienvenida a los asistentes a la cumbre climática y advertirles que la sociedad civil los está observando.
Madrid. El secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres, inauguró ayer aquí la 25 Conferencia de las Partes (COP25), máximo órgano de la Convención Marco de Cambio Climático de la Organización de Naciones Unidas (ONU), con un discurso en el cual alertó de una catástrofe si no se actúa ya, y con determinación, sobre las causas del cambio climático, con especial énfasis en la reducción de los gases de efecto invernadero.
Las señales no se pueden ignorar, advirtió, e insistió en que las decisiones importantes se tienen que tomar ya.
Las delegaciones de los 196 países que acudieron a la cita, entre los que había jefes de Estado y primeros ministros, aspiran a que se suscriba un compromiso para que en 2050 haya cero emisiones netas de carbono, entre otros objetivos.
El primero en tomar la palabra fue el secretario general de la ONU, quien insistió en el momento crucial que se vive y apeló a la responsabilidad y a la conciencia de las delegaciones para no pasar a la historia como la generación que actuó como avestruz mientras ardía el planeta.
Entre los muchos objetivos que tiene en agenda esta cumbre del clima, Guterres subrayó que “la única manera de reducir la temperatura global es limitar los combustibles fósiles. Si no, acabaremos en una situación catastrófica. La juventud está apremiando a los líderes a que se esmeren para luchar contra la emergencia climática.
Los datos más recientes de la meteorología mundial han revelado que hemos llegado a límites impensables. Nos hemos pasado, y muchísimo. Las señales no se pueden ignorar, los últimos cinco años han sido los más calientes que se hayan documentado. Hay desastres climáticos más extremos; huracanes, sequías, inundaciones, incendios, se derriten los casquetes polares, la Antártida se reduce tres veces más rápido de lo previsto.
Guterres reconoció que a pesar de los acuerdos históricos que se han firmado en las últimas décadas para luchar contra la destrucción del planeta, como el Protocolo de Kioto o el Acuerdo de París, la situación es peor de lo que se preveía en los estudios más pesimistas. Estamos muy lejos de un camino sostenible. Vemos algunos modelos, pero no se acercan a la escala que precisamos. Hay que cambiar la fiscalización de los ingresos al carbono, acabar con las plantas que queman carbón, acabar con los subsidios a los combustibles fósiles y emprender una transición hacia una economía verde. No hay otro camino. Tres informes importantes nos confirman que estamos destruyendo los sistemas que nos mantienen con vida. Siguen construyendo plantas que queman carbón. O le ponemos fin, o los esfuerzos contra el cambio climático están destinados al fracaso.
Después, tomó la palabra el presidente del gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, el anfitrión, quien se comprometió a liderar esta batalla en la Unión Europea (UE), pero poniendo especial interés en fomentar el multilateralismo.
Sánchez subrayó que hay certeza científica de que el hombre está detrás del daño causado al frágil equilibrio que permite la vida en la Tierra, y también de que depende de él repararlo. Hoy, por fortuna, sólo un puñado de fanáticos niega la evidencia, expresó.
Madrid será también durante estos días –dijo Sánchez– la capital del diálogo con la sociedad, a través de la implicación de más de mil 500 colectivos y organizaciones, cientos de empresas comprometidas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y una generación entera de jóvenes que se niega a callar ante la creciente degradación del planeta. En total, cerca de 30 mil personas se han inscrito para participar en la cumbre.
Durante el primer plenario, en el cual tomaron la palabra líderes de todos los continentes, se escucharon con especial atención las palabras de la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, la demócrata Nancy Pelosi, quien acudió al encuentro en compañía de 16 congresistas más y sin representación del gobierno del presidente republicano Donald Trump, negacionista del cambio climático y quien ya anunció el retiro del Acuerdo de París.
Pelosi afirmó: estamos aquí para decir, en nombre de la Cámara de Representantes, y del Congreso estadunidense, que seguimos involucrados en el combate al cambio climático.
Los otros grandes contaminantes del planeta como China, Rusia e India, mantienen hasta el momento una postura ambigua sobre los objetivos que se proponen y del carácter urgente de adoptarlos para evitar una catástrofe humanitaria.
Michelle Bachelet, alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, afirmó que los más afectados por el cambio climático ya sufren múltiples formas de discriminación, debido a su género o condición económica; porque son miembros de comunidades indígenas o minorías, migrantes o desplazados internos, por su edad; o porque son personas con discapacidad por lo que debemos remodelar nuestra infraestructura energética global, haciendo que la energía limpia y segura sea accesible para todos.
El presidente del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, Hoesung Lee, mencionó que los expertos quieren trabajar mano a mano con los políticos y gobernantes para que no se produzca una desconexión sobre el reto del cambio climático. Estamos haciendo lo contrario para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, y de no hacer nada, algunas de las consecuencias serán la amenaza de la seguridad alimentaria por el aumento de competencia por las tierras o las pérdidas de biodiversidad y ecosistemas.

Foto Afp
Corresponsal
Periódico La Jornada

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