1. En sus años de fundación, el PRI en 1929, el PAN en 1939 y el PRD en 1989, repitieron en discurso diario para ganar apoyo y clientela política, que lucharían por la transformación total del país en beneficio de los más pobres. La tonta gente (esa que el dictador Porfirio Díaz dijo engañando en 1908 que ya estaba preparada para votar) corrió en su momento tras esos tres partidos y se afilió a ellos con la esperanza de que los cambios le beneficiaran. Después de siete o diez años esos partidos fortalecieron a unos 20 directivos en cada estado, los eligieron para ocupar cargos y luego se pusieron a servir a sus respectivos gobiernos y poderes para regresar a lo mismo: 100 a 500 beneficiados y abandono a una población de decenas de millones.
2. En el gobierno de López Obrador los representantes del Instituto Electoral (INE), los jefes de la Suprema Corte (SCJN) y demás como subsidios a partidos políticos, violan flagrantemente la Constitución al cobrar el doble o triple del salario del presidente de la República y el presidente y su Estado lo permiten. Por ello se repite o se reafirma que las denuncias y palabras en “La Mañanera” parecen “disco rayado” que no llevan a nada. Se da a conocer los nombres de cientos de instituciones y delincuentes que realizan negocios multimillonarios o que en años anteriores defraudaron miles de millones de pesos, y a nadie castigan. Leía que en algunos países les quitan todo a los millonarios defraudadores, los dejan sin nada y hasta el perro pierden.
3. Muchos piensan que AMLO comenzó mal al perdonar “en nombre de dios y la paz” todo a todos; al contrario: debió comenzar fuerte para bajar después poco a poco. ¡Bastaba con encarcelar a Fox, Calderón y Peña de entrada, para que todos dejen de robar! Si los principales expresidentes no son encarcelados, entonces se puede seguir en el fraude o robo. ¿Por qué compró pipas (camiones) si pudo expropiar decenas de ellas utilizadas por los delincuentes? ¿Por qué no encarceló a los funcionarios que controlaban las llaves de gasolina y a todos los gasolineros que vendían petróleo robado? El discurso de López Obrador puede durar los seis años, se pueden realizar algunos cambios, pero la estructura capitalista no sufrirá cambio alguno; seguirá igual.
4. De ninguna manera sería autoritarismo, venganza o dictadura de gobierno hacer justicia, expropiar y mandar a prisión a los multimillonarios ladrones o malversadores del presupuesto. ¿Cómo carajos explicar que se encarcelan a miles de personas miserables y desempleadas que se roban 500 o 1000 pesos para comer cuando hay empresarios y políticos que se llevan a la bolsa miles de millones de pesos cada año haciendo “negocios”? Por ello, personalmente, nunca he creído en que un cambio de sistema económico pueda hacerse pacíficamente. ¿Pueden acaso los ricos privilegiados permitir que les quiten sus ganancias, sus millones de ingresos, sin responder con su acostumbrada violencia asesina? ¿Debemos esperar 200 años más por transformaciones?
5. Siendo un luchador social permanente observé el inicio (1958) y el final del gobierno de López Mateos y de aquí de todos los gobiernos hasta el arribo de López Obrador (2018). Vi cómo cada sexenio pasaba mes a mes sin que las promesas de cumplieran y la situación de la economía de la población fuera menos miserable. Por ello me desespera el gobierno de López Obrador con un discurso de centro inclinado a la izquierda. Dice por ejemplo que su gobierno no es neoliberal, pero olvida que la privatización y el capitalismo siguen dominando en un 99 por ciento en todos los rincones del país, de manera particular en la mente de todos los mexicanos y el mundo. ¿Se olvida que en la iglesia, la escuela, en los hogares siguen dominando los valores capitalistas?
6. El asunto de los salarios del INE, de la SCJN, partidos políticos y de otros miles de privilegiados, es auténticamente neoliberal y capitalista. No basta con denunciar; es necesario y urgente poner en práctica lo que se dice para no caer en la demagogia y el engaño. Las presiones que recibe hoy el gobierno de AMLO son de la derecha que busca derrocarlo. Si López Obrador no oye a la izquierda, pronto está escuchando de viva voz las mentadas de madre de la parte del pueblo que ve que los multimillonarios empresarios y políticos siguen defraudando y robando sin que nada les haga. Espero que AMLO no sea acusado de ser cómplice de los neoliberales que siguen atracando salarios, haciendo grandes negocios, mientras el salario mínimo sigue siendo de hambre. (17/I/20)
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