Alberto Aziz Nassif
La democracia se ha vaciado y poco a poco los partidos políticos en todo
el mundo han entrado en crisis, se han vuelto irrelevantes. En las
democracias más consolidadas estas organizaciones —que fueron básicas
para la democracia electoral— empezaron a fracasar como espacios de
representación y de participación ciudadana. En los países con
democracia más precarias, como el nuestro, los partidos ni siquiera se
llegaron a consolidar y con la crisis actual se han transformado en
plataformas personalizadas para soportar liderazgos de popularidad, con
programas cada vez más pragmáticos y con menor contenido.
En México el sistema partidocrático (el encierro de élites en torno a
intereses personales y de grupo que se distanciaron de la ciudadanía) se
repartió el poder, los puestos y los recursos públicos durante años,
pero entró en crisis con las elecciones de 2018. La estructura de tres
grandes partidos y un conjunto movible de pequeñas organizaciones se
transformó con la última sucesión presidencial. Regresamos a un partido
dominante, un partido mediano y un conjunto de pequeñas organizaciones.
En 2018 dos partidos perdieron su registro, Encuentro Social (PES) y
Nueva Alianza.
La convocatoria para obtener un registro como partido político nacional
ha entrado en su fase decisoria para ver si hay nuevas organizaciones en
el espectro político. De acuerdo a la información del Instituto
Nacional Electoral (INE) al corte del pasado 14 de enero hay 17
organizaciones en el proceso, de las cuales hay tres que cumplen con los
requisitos (número de asambleas y afiliación), otro más está en veremos
(México Libre, fractura del PAN impulsado por Felipe Calderón) y el
resto, 13 organizaciones, no cumplen con los requisitos para el
registro. Si pasamos de los números a la calidad democrática, es decir,
al apego a la Constitución, entramos a una dimensión que resulta
indispensable analizar, porque en los próximos meses todo indica que
habrá al menos tres nuevos registros.
Sabemos que una democracia necesita de partidos políticos para ejercer
sus funciones de representación, participación y organización de la
voluntad popular. Muchas veces hemos preguntado si los partidos que
tenemos en México son esos espacios. Después de 2018 llegó un reacomodo
que ha generado situaciones nuevas: como la parálisis que sufre el
partido gobernante, Morena; la dimensión pequeña en la que quedó el PRI;
la casi desaparición del PRD; el hundimiento panista; la conversión del
Verde hacia la 4T; el reacomodo del PT.
Resulta importante señalar que dos de los tres posibles partidos
reciclados vienen del mundo magisterial. De esta forma, el núcleo
central de la organización Redes Sociales Progresistas, viene del
entramado político de Elba Esther Gordillo y sus vínculos con el
sindicato de maestros (SNTE); del mismo núcleo magisterial surge el
otro, Grupo Social Promotor de México, por lo tanto, lo que fue Nueva
Alianza reaparecerá con dos registros. La pregunta es de qué forma la
autoridad electoral resolverá lo que dicta el Artículo 41
constitucional: “Sólo los ciudadanos podrán formar partidos políticos y
afiliarse libre e individualmente a ellos; por lo tanto quedan
prohibidas la intervención de organizaciones gremiales”. Con ese
criterio ninguna de esas dos organizaciones podría obtener registro.
El otro caso es el PES que ahora quiere regresar con un nuevo registro, y
en lugar de Encuentro Social, será Encuentro Solidario. Aquí el
problema está en lo que marca el Artículo 40 constitucional que dice:
México se organiza como una “República representativa, democrática,
laica, federal”. Esta organización representa a los grupos religiosos
evangélicos, es decir, que incumple con la importante característica de
la laicidad, que es necesario defender frente a estos grupos que se han
aliado con la 4T. Ya hemos visto el desastre de lo que sucede en Brasil
con el poder de los grupos evangelistas y neopentecostales.
Esperemos que la autoridad vea las partes cualitativas y no sólo la
numeralia para que no otorgue el registro a partidos religiosos o
corporativos. ¿Hacen falta nuevos partidos en México?
Investigador del CIESAS.
@AzizNassif
Profesor e investigador del Centro de Investigaciones y
Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS). Ha escrito libros y
numerosos artículos de investigación.
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