Ciudad de México. Con un llamado a respetar los
derechos laborales de las trabajadoras de las maquilas y a que se sigan
los protocolos para evitar la propagación de contagios, las defensoras
Julia Quiñones y Natasha Montes Hernández, coincidieron en que las
trabajadoras deben continuar organizándose para denunciar las
condiciones en las que laboran y exigir durante esta pandemia,
condiciones mínimas para hacerlo en las mejores condiciones.
Durante su participación en el programa “Análisis Feminista” que se
transmite todos los miércoles por el 106.1 de FM, la directora del
Comité Fronterizo de Obreras, Julia Quiñones y la integrante del área de
procesos organizativos, de ProDesc, Natasha Montes Hernández, hablaron
sobre la situación de las trabajadoras de la maquila durante la
pandemia.
Ambas coincidieron que estas trabajadoras a lo largo de la historia,
han tenido condiciones laborales precarias, pero que éstas se agudizaron
y profundizaron con la pandemia por COVID-19.
Si bien la disposición del gobierno federal para evitar contagios fue
“Quédate en casa”, lo cierto es que para muchas de estas mujeres esto
no es asequible, y no solamente en el sector de la maquila, sino en
muchos otros en condiciones precarias en el país, dijo Julia Quiñones.
La defensora precisó que la precarización del trabajo para las
mujeres de la maquila se traduce en jornadas laborales extensas,
represalias ante la organización y una sobre carga de trabajo en sus
hogares, pues muchas de ellas están al cuidado de otras personas, a ello
se suma la violencia y acoso que viven en el interior de sus empresas
por parte de compañeros y personas con rango superior.
Sin embargo, dijo, cuando las trabajadoras quieren denunciar esto y
se organizan hay represalias y despidos, o las ponen en las listas
negras, las boletinan para otros trabajos, lo que complica la situación.
El Comité Fronterizo de Obreras, realizó un informe sobre esta
situación, en el cual se documenta cómo la pandemia vino a recrudecer
las violaciones a los derechos laborales de las mujeres, pero no solo
eso, sino toda una confusión por parte de los empleadores sobre cómo
actuar, algunas pararon otras no. El reporte es al corte de abril y en
él se da cuenta de las pocas garantías de seguridad para las y los
trabajadores al interior de las maquilas para hacer frente a la
pandemia.
“La mayoría fueron de industria automotriz, al entrar les toman
temperatura y les dan gel antibacterial”, en algunos casos se les
ofreció irse de vacaciones con su pago al 100 por ciento, pero cuando el
tiempo se extendió, se redujo el sueldo al 50 por ciento y eso a muchas
mujeres no les conviene.
Quiñones dijo que incluso “había empresas del ramo automotriz que
pusieron anuncios dentro de las plantas diciendo que eran esenciales,
que estaban haciendo aparatos como respiradores, las trabajadoras
embarazadas, o con problemas crónico degenerativos, las empresas los
obligaron a llevar comprobantes para demostrar que eran población
vulnerable, hay muchos ejemplos de esto”, dijo.
“No tenían saldo ni para el teléfono, las Juntas (de conciliación) estaban cerradas, ellas no tenían como denunciar”.
La periodista y conductora del programa en ausencia de la periodista y
directora de CIMAC, Lucía Lagunes Huerta, dijo que una preocupación es
la detención de la abogada Susana Prieto Terrazas, asesora jurídica del
movimiento obrero matamorense 2032 y defensoras de derechos laborales en
Chihuahua, de personas de la maquila, detenida en junio pasado.
Al cuestionar a las defensoras sobre su detención, Julia Quiñones
dijo que es preocupante la forma como se llevó a cabo la detención, por
la manera arbitraria en que ocurrió. Afirmó que su organización emitió
un pronunciamiento donde piden la liberación inmediata de Prieto
Terrazas, así como protección para ella y su familia, al tiempo que
consideró que éste es un mensaje para las defensoras que luchan por la
justicia laboral.
Por su parte, Natasha Montes Hernández, cuestionada por Soto Espinosa
sobre a qué se enfrentan las defensoras y sobre la criminalización
contra ellas, dijo que tiene que ver con el derecho a la organización de
los trabajadores y representación colectiva, para mejorar sus
condiciones de trabajo y laboral, miran por el bien coletivo, muchas de
ellas son trabajadoras y eso las hace más sensibles a represalias.
“Criminalizarlas, de alguna manera manda un mensaje a las
trabajadoras organizadas de que van a ser perseguidas y de que la mejora
de su trabajo no está en sus manos y están a expensas de los
empleadores y autoridades, éstas sin mecanismos fuertes que las
respalden”.
Julia Quiñones dijo que han empezado a ver incrementos en contagios,
brotes en diferentes maquiladoras, pero señaló que los medios locales no
dan cuenta de esto, no les dan voz, “esto es una señal que no quieren
escuchar lo que tenemos que decir y que es la realidad de las
trabajadoras”, expuso.
Soto Espinosa preguntó cuál sería el exhorto a las autoridades en
esta contingencia, a lo que Natasha Montes dijo que las Juntas locales
de Conciliación tienen obligación de atender llamados y denuncias de
trabajadores lo que es difícil pues se han mantenido cerradas, y pese a
que abrieron una plataforma en internet las y los trabajadores no tienen
acceso ya sea por falta de recursos o sobre manejo de estas
plataformas.
“Hay omisión pero la misma estructura excluye esta posibilidad de la
denuncia y el seguimiento, inspecciones que se realizan tardan mucho,
hay pocos inspectores, y las denuncias son mucho más grandes en número y
no hay abasto, por otro lado las represalia”, agregó.
Sobre el regreso a la nueva normalidad, señalaron que las maquilas
“cambiaron las dinámicas al interior” como espacios para que las y los
trabajadores no tengan contacto, pero dijo que muchas manos tienen que
pasar por el mismo producto, y se han visto resultados negativos.
“Lo que hemos visto es que ha aumentado mucho, a dos semanas de
reactivación, los contagios en la frontera, Ciudad Acuña, ciudad 100 por
ciento maquiladora, tiene 3 hospitales a tope, se trajo uno móvil
porque ha habido mucho contagio, la mayoría de los contagios son de
maquiladoras aunque no lo están diciendo pero lo que nosotros hemos
escuchado de las trabajadoras es que las empresas hicieron cambios, pero
los horarios para comida siguen siendo los mismos, entonces cuando
salen a comer salen todos”, afirmó.
A ello se suma la crisis de cuidados, pues las trabajadoras no tienen
dónde dejar a sus hijas e hijos, o a otras personas adultas mayores a
su cuidado, por lo que las autoridades tendrían que garantizar escucha a
su personal, tener mecanismos para quejas y no sólo atenderlas, sino
también tener una perspectiva de género porque implica también tener en
cuenta todas estas cosas, como la de los cuidados.
Ambas defensoras coincidieron que las trabajadoras deben seguir
organizándose y si las empresas no están siendo efectivas para
protegerlas, deben parar hasta que haya condiciones para realizar su
trabajo y sanciones para las empresas que no cumplan.
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