4/17/2022

La muestra Detengan la Tierra

 Carlos Bonfil

Foto
▲ Fotograma de la cinta Detengan la Tierra,de la ucrania Katerina Gornostai.
Masha (María Fedorchenko), una chica tímida, estudiante de liceo, suele hacer equipo con dos compañeros más, la joven Yana (Yana Bratyichuk) y el inquieto Senia (Arsenii Markov), para seguir el ritmo de fiestas, juegos, piyamadas intrascendentes y algunas pequeñas aventuras románticas que son la rutina diaria en su último año de escuela. Lo único que viene a alterar la calma emocional de la joven es el enamoramiento que vive con su condiscípulo Sasha (Oleksandr Ivanov). Fuera de una sucesión de anécdotas triviales sobre la vida estudiantil en un plantel de Kiev, Ucrania, es muy poca la acción de la trama deliberadamente dispersa, a ratos disparatada, que presenta Detengan la Tierra ( Stop-Zemlia, 2021), primer largometraje de la ucrania Katerina Gornostai.

El irrebatible atractivo que sin embargo presenta esta cinta es su proceso de planeación y los avatares de su producción. A partir de un casting con 200 jóvenes, la directora eligió a 25 actores no profesionales con el propósito de que ellos mismos construyeran la trama con base en diálogos improvisados y siguiendo las líneas generales muy escuetas del guion. Así se fue armando un laboratorio actoral donde las experiencias reales de cada comediante alimentaron a las dos propuestas narrativas que coexisten en el filme: la descripción de un ambiente escolar y la historia romántica que se teje entre la estudiante Macha y su pretendiente Sacha. El resultado de esta vivencia se antoja deshilvanado y un tanto caótico, aunque no mucho más que la propia confusión y caos que la directora advierte en las vidas de sus protagonistas.

En muy poco difieren esas vidas de las que suele presentarse en comedias románticas juveniles estadunidenses o europeas. Un elemento en común –vuelto ya un cliché cultural– es la proverbial apatía o egocentrismo de una generación que concentra su atención en los smartphones, los videojuegos y los chats interminables; los sitios de ligue y las fiestas donde se evocan los viejos juegos sociales de sus padres: juegos de botella, de escondidas o juego de la verdad ( truth or dare), hasta la diversión a la que alude el título original de la película, Stop-Zemlia. Una posibilidad para el mayor disfrute de esta cinta es que cada espectador arme su propio juego interpretativo.

Se exhibe en la sala 3 de la Cineteca Nacional. 13:30 y 18:30 horas.

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