Escrito por Rita Magaña Torres
.-Ciudad
de México.- Rossana Reguillo, quien se define en sus redes sociales
como «investigadora-profesora; de la antropología al algoritmo, de lo
subjetivo al dataset y viceversa. Ver más allá de lo evidente», ha dado a
conocer que terminó su periodo de trabajo al frente del equipo de
Signa Lab, laboratorio del que estaba al frente donde protagonizó uno de los momentos más álgidos en la contienda electoral del 2024.
En
laboratorio interdisciplinario adscrito al Instituto Tecnológico de
Estudios Superiores y de Occidente fomentó un impulso a nuevas
investigaciones relacionadas con culturas urbanas, juveniles y vida
cotidiana.
Rossana Reguillo estuvo en tendencias de la opinión
pública, en febrero pasado, luego de que el Instituto Nacional Electoral
(INE) seleccionó a Signa Lab del ITESO como la institución académica
encargada de filtrar las preguntas ciudadanas presentadas en el primer
debate presidencial, pero Morena y sus aliados expresaron su rechazo a
que participara, por las criticas que había emitido en contra del
gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador.
La respuesta de Rossana Reguillo hacia las críticas de Morena sobre las preguntas para el primer debate presidencial, fue: “no hay manera de hacer trampa”,
al precisar que no hay manera de que “yo, personalmente, vaya a torcer
las preguntas o vaya a poner unas que no son” y agregó que el proceso
que realice el laboratorio será auditado por el Instituto Nacional
Electoral.
Sin embargo, estos argumentos no detuvieron a los
representantes de Morena, PT y PVEM que interpusieron una impugnación
ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF)
contra el acuerdo del Consejero General del INE que designó al
laboratorio Signa Lab, coordinado por Rossana Reguillo.
En ese
momento, integrantes de Morena se volcaron mediáticamente en su contra
porque su participación en tentaba contra el principio de neutralidad en
el proceso de selección de preguntas.
Al parecer la experta en
seguridad en el espacio digital, Rossana Reguillo fue víctima del
concepto que ella misma construyó: la tecno-artillería-política; por lo
que decidió bajarse del proyecto tras los días de presión mediática que
se utilizaron para denostarla.
Destacó que su intención de dejar
el primer debate presidencial fue por el bien del Instituto de Estudios
Superiores de Occidente (ITESO), y para dar certeza de la probidad del
equipo de Signa Lab y así como a la transparencia del proceso, expresó
la antropóloga.
La decisión de dejar Signa Lab, la dio a conocer a través de su cuenta de X, antes Twitter, donde publicó:
“Mi
ciclo en el querido Signa Lab ha concluido, gracias a ese equipo enorme
este apasionante trayecto. Otras tareas me aguardan. Gracias ITESO. Se
abren nuevas bifurcaciones en el valioso trabajo de la doctora Rossana
Reguillo”. donde dio a conocer una valiosa entrevista publicada en una
revista digital del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores y de
Occidente.
La integrante de la Academia Mexicana de Ciencias
expresó sentirse sumamente satisfecha y orgullosa de entrar a un mundo
tan complejo del análisis de datos y de lo que se logró en el
laboratorio; además, “dejo un equipo muy bien formado y sólido, de gente
muy comprometida, no solo con el ITESO, sino con la chamba”.
Los nuevos feminismos
Rossana
Reguillo manifestó que indudablemente la última ola feminista tiene
alguna incidencia importante en estas nuevas articulaciones, al explicar
que estos nuevos feminismos son clave.
En sus últimas
conversaciones con el escritor Javier Sicilia —con quien estuvo en
varias mesas y programas de la UNAM— coincidieron en afirmar que las
reservas morales de este país, que escasean, están representadas por las
madres buscadoras, que son un reservorio moral fundamental.
Por
otro lado, agregó, están en los pueblos originarios, el zapatismo, y por
supuesto, estos nuevos feminismos, que tienen una incidencia central.
De hecho, en un avance publicado en un libro colectivo que hizo con
Clacso, entrevistó a mujeres ingenieras, dedicadas a la organización
Codeando México, que trabajan la dimensión de lo digital en función de
los derechos de las mujeres.
“Hay
elementos muy esperanzadores, pero no en el sentido político clásico o
en un sentido macropolítico. No están interesadas en una toma de poder,
ni en hacer partidos. La lucha en muchos casos y en zonas muy precarias
es la sobrevivencia cotidiana”, precisó.
“Este
imaginario es el que yo he tratado de combatir muchísimo, junto con
otros investigadores, Amador Fernández-Savater en Madrid, por ejemplo,
quien habla de cómo fundamentalmente, por ejemplo, el 15M español lo que
hizo fue la transformación de la subjetivación. En el caso del Yo Soy
132 creo que pasaron cosas muy similares; entonces creo que es un poco
tramposo —como lo que dice Enrique Dussel— pedir que hicieran un partido
político. Eso es absurdo. Es no entender las nuevas configuraciones
micropolíticas”, señaló.
Por otro lado, abundó,
en cuanto a la desarticulación, ve que existe en la escala macro. Hay un
retorno a los procesos previos a los años noventa u ochenta, cuando el
barrio y el territorio cercano eran el universo por cuidar. Pero al
mismo tiempo ve emerger movimientos colectivos y colectivas de
juventudes disidentes, de diversidades sexuales, muy comprometidos con
esto que llamo el mundo-ambiente.
Respecto a si ve una
transformación o un cambio alrededor del tema de juventudes, sobre todo
por lo que pasó con muchos movimientos ya estudiados, si hubo alguna
especie de desencanto en sus articulaciones, después de lo que ya habían
logrado, la especialista admitió que hay una bifurcación: por un lado,
está la exigencia un poco adultocéntrica o políticamente más tradicional
de pensar que estos movimientos en red estaban obligados a llegar a
algún punto específico.
Cuando estalla movimiento Occupy Wall Street
La
historia del laboratorio Signa Lab se remonta a 2011, cuando Reguillo
es invitada a hacerse cargo por un semestre de la Cátedra Andrés Bello
de la Universidad de Nueva York, justamente cuando estalla el movimiento
Occupy Wall Street, el colectivo hacktivista que denunciaba el poder de
las grandes empresas y las evasiones fiscales del uno por ciento más
rico de la población mundial.
Al respecto, señaló que se dio
cuenta de que no tenía categorías construidas para saber quiénes eran
esos sujetos que parecían una especie de minotauros sentados en las
mesas del Zuccotti Park, que simulaban ser una sola persona con las
computadoras, por eso empezó a hacer notas y a comprender que si no me
preguntaba por lo digital no iba a entender nada.
Mencionó que se
tenía que hacer el giro hacia lo digital en los estudios
socio-antropológicos y comunicativos. Resultó vital entonces, pues no
mucha gente estaba interesada en el tema, las redes no habían adquirido
la relevancia de hoy en día.
Luego vino el 2013, después del
estallido del Yo Soy 132, y Rossana entró en contacto con activistas,
gente joven; hackers, programadores, diseñadores de interfaces, pero al
mismo tiempo activistas.
“Empecé a entender lo que son las matemáticas discretas, qué es un código y qué es el frontend y el backend”.
Hasta
que llegó 2015, cuando Rossana Reguillo tuvo un papel relevante en
Acción Global por Ayotzinapa, como parte del grupo internacional
coordinador. Esto le valió amenazas de muerte, tanto que fue ingresada
en el Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos
Humanos y Periodistas, de la Secretaría de Gobernación.
“Se
presentaron denuncias, pero los agentes del Ministerio Público me
decían: ‘es que no se puede saber qué pasó ahí’. Entonces dije: ‘Si
ustedes no van a entender, yo sí’. Y empecé a diseñar una estrategia que
derivó en la creación de Signa Lab”, mencionó.
A
principios del 2016, en conjunto con colegas del ITESO, se creó una
iniciativa interdepartamental, que involucró al Departamento de
Electrónica, Sistemas e Informática (DESI), a la carrera de Psicología y
al Centro de Innovación y Desarrollo Experimental Académico (CIDEA),
con Reguillo como coordinadora.
Fue presentada a la Dirección de
Investigación y Posgrado, finalmente Signa Lab fue albergado en el
Departamento de Estudios Socioculturales, pero manteniendo vínculos con
distintos departamentos y con aliados externos.
Ella trabajó en
función de las preguntas que no puede responder, es esa imaginación que
se persigue todo el tiempo como investigadora.
«Eso
representó la oportunidad de acceder a un mundo sumamente complejo,
brutal en algunas cosas, porque no es que algo sea la realidad y otra
cosa lo online, están profundamente implicados: suelo afirmar en
conferencias que nuestras arrobas son nuestros cuerpos en el espacio
digital».
Rossana Reguillo relató que el primer gran trabajo
de Signa Lab y que los puso en el mapa de los laboratorios de vanguardia
en el análisis de datos es el análisis que hicieron de la red AMLO, en
2019, cuando apenas llegaba a la presidencia Andrés Manuel López
Obrador, la cual tuvo un gran impacto, porque mostró cómo eran esas
estrategias no orgánicas, coordinadas por fuera de Twitter, ahora X.
“Digamos
que eso nos catapultó y llamó la atención de laboratorios como el de
(Richard) Rogers en Ámsterdam, o el de Harvard, más que por el análisis
en si, por la solidez de la metodología diseñada”.
Otra
investigación que destacó Rossana Reguillo como una contribución
inmensa al análisis de datos es el caso del feminicidio de Ingrid
Escamilla, la mujer que fue desollada viva por su pareja. Ese estudio es
brutal, pero hermosísimo, en el sentido de cómo logró que la
articulación colectiva de la indignación pueda parar el horror.
Un
trabajo también clave, agregó, fue el que hicieron cuando los talibanes
volvieron a entrar en Kabul: un trabajo que analiza las narrativas y
las transformaciones que padecen las mujeres con la entrada de los
talibanes; se publicó en español y en inglés, y lo retomaron algunos
medios de habla inglesa. “Esos tres serían los que destacaría como hitos
en la contribución a la comprensión de lo que son las dinámicas
sociodigitales”.
Cuestionada sobre si queda un equipo robusto y
con mucho trabajo por delante, la especialista respondió un contundente
sí, al referir que es un equipo genial, por ejemplo, en el último año
han desarrollado muchísimas estrategias analíticas con inteligencia
artificial; de hecho, es un equipo que ha estado preparando profesores
para la Dirección General Académica (DGA), porque muchos están muy
preocupados con el ChatGPT. “Creo que queda mi huella, no puedo ser
falsamente humilde en ese sentido, pero es un equipo que va a despegar y
seguramente habremos de oír grandes cosas de lo que van a realizar en
el futuro”.
Rossana Reguillo dijo que su trabajo previo como
investigadora le dio elementos de interpretación para entrar al análisis
de datos, pues cuando hizo su investigación en la maestría en
Comunicación, a finales de los años ochenta, hizo un trabajo de
inmersión profunda en los barrios calientes. “Me tocó presenciar cuando
los carteles del crimen organizado decidieron cambiar la estrategia de
pago, de dejar el efectivo y empezar a pagar en producto”.
“Muchos
de los barrios se pintaron de ‘nieve blanca’ y muchos policías
obligaban a los chavos a ser dealers de barrio: fue una etapa sumamente
difícil. Ahí fue mi bautizo de fuego y desarrollé mi capacidad
etnográfica, de mimetizarme con el paisaje, de relacionarme con la
gente. Luego viene la investigación sobre el 22 de abril, cuando las
explosiones en Guadalajara, y eso también me dio muchísimos elementos
formativos, fortaleció mi músculo investigativo”, detalló.
Además,
mencionó que se fue metiendo cada vez más en lo que ella llamó su
trabajo con los objetos peligrosos, no por la peligrosidad que implicaba
para el investigador, sino por el enfoque que uno pone en los
acercamientos. Desarrolló una estrategia que le ayudó cuando hizo la
investigación latinoamericana sobre la construcción social del miedo, lo
que hizo fue armar equipos en Argentina, Colombia y Puerto Rico.
Y
para financiar el trabajo iba y capacitaba a la gente, daba talleres.
Hacer investigación en países que no son tuyos, en zonas que no son las
tuyas, te desarrolla un instinto. Y luego está la lectura, el desarrollo
de competencias teóricas, la formación rigurosa en el doctorado; fui
acumulando saberes de tal manera que, cuando surgió esto de lo digital,
vi que ahí había algo, refirió.
Sobre su mayor legado hasta este
momento, Rossana Reguillo declaró sentirse muy orgullosa porque ha
enseñado a trabajar a mucha gente, formó muchos cuadros que hoy son
grandes profesores en el ITESO, dirigió varias tesis de académicas y
académicos que son hoy investigadores muy reconocidos, integrantes del
Sistema Nacional de Investigadores, y formó gente en los valores
itesianos, con el compromiso, la búsqueda, la curiosidad y el respeto
por los demás.
Y a Rossana Reguillo le queda su palabra escrita,
pues son algo más de 15 libros y más de 100 artículos y metodologías
replicables, y “creo que también ha sido una contribución llevar el
nombre del ITESO a nivel nacional e internacional, pero yo llevo mucho
del ITESO en mí y es mucho mi agradecimiento”.
En el 2020 Reguillo presentó el informe «Tecno-artillería política» Antecedentes y puntos de partida para abordar los comportamientos anómalos de cuentas en redes sociales”,
concepto que utiliza para determinar la evolución de los ataques en el
espacio digital, específicamente documentó cómo se dejaron atrás los bots,
para utilizar cuentas automatizadas que posicionan hashtags o etiquetas
y así generar tendencias contra una persona en específico.
En otra investigación presentada en el 2019 por Reguillo: Democracia, libertad de expresión y esfera digital. Análisis de tendencias y topologías en Twitter. El caso de la #REDAMLOVE documentó
una red digital para generar tendencias en favor de las propuestas de
Andrés Manuel López Obrador y atacar masivamente a sus detractores.