Utopía
Eduardo Ibarra Aguirre
Como
pocas, contadas ocasiones en este sexenio, el titular del Ejecutivo
federal reaccionó de manera oportuna y clara a los pronunciamientos y
amenazas que formuló el presidente electo de Estados Unidos, Donald John
Trump, en su primera y muy accidentada conferencia de prensa, prevista a
realizarse en la Torre Trump de Nueva York, sólo que la divulgación de
una investigación sobre sus nexos empresariales con Rusia y las
bacanales moscovitas con trabajadoras sexuales, le echaron a perder la
fiesta al magnate venido a político y presidente, dentro de una semana,
de la principal potencia imperialista.
Incluso si
el discurso de Enrique Peña ante los embajadores y cónsules quedara en
pieza de oratoria sin consecuencias prácticas, lo que es imprevisible
por la compleja coyuntura en la relación México-EU y los enormes costos
en juego, resulta un pronunciamiento sin desperdicio con todo y las
alabanzas a las reformas estructurales, a que “El mundo está pendiente
de cómo reacciona México frente al desafío de romper el viejo esquema
para determinar el precio de las gasolinas” y que en las negociaciones
con el nuevo inquilino de la Casa Blanca “el mundo verá a México como un
país que con audacia y pragmatismo privilegiará el diálogo y el
entendimiento para lograr beneficios concretos para todos los
mexicanos”.
En medio de la tormenta que desató la
divulgación del informe por la cadena CNN y a cuyos reporteros trató
Donaldo Juan con prepotencia, se dio tiempo para volver a amenazar al
Estado mexicano con la renegociación del Tratado de Libre Comercio de
América del Norte y la construcción del muro fronterizo y su posterior
pago por México. Muro que está en construcción hace 13 años.
Compromisos
de campaña que rindieron frutos electorales al marido de la otrora
actriz (porno) Bianca y que con la brillantez que lo distingue explicó:
“México han sido lindos, muy lindos. Respeto al gobierno de México.
Respeto al pueblo de México. Quiero al pueblo de México. Tengo a mucha
gente de México trabajando para mí. Es gente fenomenal. El gobierno de
México es estupendo. No los culpo por lo ocurrido… por tomar ventaja de
Estados Unidos… no los culpo. Lo que estoy diciendo es que no deberíamos
haber permitido que eso ocurriera. Y no ocurrirá más”.
De sí mismo aseguró con gran humildad: “Dije que sería el productor de empleos más grandioso que Dios jamás haya creado”. Amén.
Como registra Rayuela (La Jornada): “Tiene razón el señor Trump... somos tan abusivos que hasta les cedimos medio territorio...”
Frente
a este personaje del imperio más agresivo y peligroso, sin precedente,
Peña Nieto buscará “una negociación abierta y completa, donde todos los
temas de la relación bilateral están sobre la mesa: seguridad, migración
y comercio”. Fijó como objetivo que el gobierno estadunidense “debe
asumir el compromiso de trabajar corresponsablemente para detener el
tráfico ilegal de armas hacia México y el dinero ilícito que reciben las
organizaciones criminales”.
Para el futuro de la
relación bilateral comprometió que “en ningún momento aceptaremos nada
en contra de nuestra dignidad como mexicanos. No son negociables
principios básicos como nuestra soberanía, el interés nacional y la
protección de nuestros connacionales”. Tampoco el muro que “México por
supuesto no pagará”.
La postergada diversificación
de mercados e inversores desde 1983 y más aún con el TLCAN, aparece hoy
como de gran urgencia para el grupo gobernante que, con el agua al
cuello, voltea hacia Argentina, Brasil, China…
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