La investigadora María de los Ángeles Magdaleno Cárdenas
localizó en el Archivo General de la Nación documentos que acreditan la
infiltración de grupos priistas en instituciones de educación superior
durante la década de los sesenta. Ese acervo contiene nombres y la
actuación de dirigentes que tuvieron un papel activo en la matanza del 2
de octubre de 1968, como la organización paramilitar conocida como
Grupo Lux.
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Al menos tres años antes de estallar el Movimiento Estudiantil de 1968, tres grupos políticos priistas se infiltraron en la UNAM
y en otras instituciones de educación superior. Sus integrantes estaban
en las nóminas gubernamentales y ahí cobraban sus sueldos.
Derrocharon abundantes recursos económicos para fomentar la violencia
y azuzar conflictos entre la comunidad estudiantil. Tal era su poder en
ese ámbito que incluso obligaron a un rector a presentar su renuncia;
también solían irrumpir en la Cámara de Diputados y en el Senado para
sabotear los trabajos legislativos.
Documentos localizados en el Archivo General de la Nación por la historiadora María de los Ángeles Magdaleno Cárdenas
acreditan que en la UNAM y en la célebre Dirección de Investigaciones
Políticas y Sociales (DIPS) de la Secretaría de Gobernación tenían
información sobre el modus operandi de esos grupos de choque, en cuyas
filas había políticos que con los años cobraron notoriedad.
Según los informes de las policías políticas, entre ellos se encontraban Manuel Bartlett Díaz,
dedicado a facilitar el financiamiento de un poderoso “grupo secreto”
en el que destacan como dirigentes Heladio Ramírez López y José Murat,
así como el Grupo Lux, una organización paramilitar financiada por el
entonces regente capitalino Alfonso Corona del Rosal, cuyos integrantes
llevaban un guante blanco en la mano derecha el 2 de octubre de 1968.
Los inicios
En 1966, cuando era rector de la UNAM, el cardiólogo Ignacio Chávez
enfrentó un movimiento aparentemente estudiantil, aunque en realidad
estaba financiado por el gobernador de Sinaloa, Leopoldo Sánchez Celis,
cuyo hijo, Leopoldo Sánchez Duarte, era estudiante de la Facultad de
Derecho. Desde ese reducto financió un grupo de porros y pistoleros
conocido como Grupo Sinaloa.
El 26 de abril de aquel año, Chávez quedó atrapado por ese grupo en
la Torre de Rectoría. Durante seis horas los miembros del Grupo Sinaloa
lo golpearon y amenazaron, hasta que, ante la falta de apoyo policiaco,
el rector firmó su renuncia.
En una carta de agradecimiento, enviada días después de su forzada
renuncia a Octavio Paz –quien, como gran parte de la comunidad
intelectual y académica, le expresó su solidaridad–, el cardiólogo habló
precisamente de grupos políticos que le armaron el conflicto.
Subrayó el silencio y la omisión del gobierno de Gustavo Díaz Ordaz, e
incluso expresó su certeza de que pronto sus agresores ocuparían cargos
públicos cobijados por el PRI porque, reprochaba, “hay que alimentar a
las fieras”.
Tenía razón. Sánchez Duarte terminó desarrollando una carrera
política de la mano del profesor Carlos Hank González, quien lo empleó
primero en la Compañía Nacional de Subsistencias Populares (Conasupo) y
luego lo llevó con él como funcionario al gobierno del Estado de México.
Cuando el profesor era regente de la Ciudad de México convirtió al hijo
del gobernador sinaloense en titular de la delegación Coyoacán.
La historia de Sánchez Duarte y su implicación en ese grupo fue
ampliamente documentada por Proceso en su edición 168, correspondiente
al 19 de enero de 1980. Y le dio seguimiento hasta que el junior cayó en
desgracia, acusado de corrupción. En la edición del 17 de diciembre de
1983, el reportero Carlos Acosta Córdova publicó la historia (Proceso
372)
El primero de los reportajes mencionados narra cómo el grupo
encabezado por Sánchez Duarte propinó una golpiza a Humberto Roque
Villanueva, el joven presidente de la Federación de Estudiantes
Universitarios que apoyaba al rector Chávez. La comunidad de la Facultad
de Economía, donde estudiaba el agredido, atestiguó la agresión.
Hoy, gracias a los documentos encontrados por María de los Ángeles
Magdaleno, es posible advertir que en los años sesenta Sánchez Duarte no
actuaba solo.
La carta de Chávez a Octavio Paz, hasta ahora desconocida, forma
parte del fondo Paz-Garro y no es tan abundante en detalles como un
informe de la DIPS, titulado: “Aspectos generales sobre las actividades
que desarrollan grupos políticos entre los jóvenes”.
El documento contiene pormenores sobre fondos públicos, estructura,
objetivos y nombres de los operadores, entre los que destacan políticos
que, si bien ya fallecieron, sus descendientes siguen activos en la vida
pública; otros siguen vigentes, aunque ya no militan en el PRI.
La estructura secreta
Jefa de la investigación documental en la extinta Fiscalía Especial
para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado (Femospp), Magdaleno
Cárdenas continuó, entre otros proyectos, sus investigaciones
independientes sobre lo ocurrido en los años del autoritarismo
hegemónico. Con documentos de archivo ha logrado descubrir líneas de
investigación hasta ahora inéditas y, a partir de sus hallazgos,
identifica una concatenación de actuaciones políticas que, antes y mucho
después de 1968, demuestran el grado de involucramiento de políticos
priistas, en el que reiteradamente aparecen vínculos y actuaciones
directas de Corona del Rosal.
El mencionado documento de la DIPS, por ejemplo, identificó tres
grupos políticos “en orden de importancia por los recursos de que
disponen”: primero, a Lauro Ortega, entonces dirigente nacional del PRI;
luego, a Caritino Maldonado Pérez, político de Guerrero que llegó a la
gubernatura de esa entidad en 1968; en el tercer término, al
Departamento del Distrito Federal.
La importancia de Ortega en ese momento se relacionaba con la
estructura que hasta entonces habían identificado los cuerpos de
espionaje político, describiendo su filiación secreta, el uso de charola
y de insignias para reconocer su nivel jerárquico.
“El Dr. Lauro Ortega, a través de los licenciados Manuel Bartlett,
Manuel Bonete e Ignacio Castillo Mena –señala el documento–, ha
canalizado importantes recursos económicos con el objeto de crear grupos
juveniles que, sin pertenecer al partido, son afines ideológicamente.
El denominador común de esos grupos es que no se les señala relación ni
militancia con el PRI, la entrega de credenciales metálicas e insignias
para la solapa que señala el grado de grado de jerarquía.”
Lustros después, a finales de los ochenta, Castillo Mena se adhirió a
la Corriente Democrática que abandonó el PRI, y cuando se fundó el PRD,
fue coordinador parlamentario de la primera bancada perredista en la
Cámara de Diputados.
Bartlett, por su parte, después de una larga carrera en el PRI, lo
abandonó y se fue al Partido del Trabajo, y a partir de 2012 se sumó a
las filas de López Obrador, quien lo postuló para la dirección de la
Comisión Federal de Electricidad.
El documento de la DIPS identifica al grupo como Movimiento Juvenil
Revolucionario (MJR) y da cuenta de su estructura piramidal, que va de
la dirigencia nacional hasta dirigentes distritales; incluye 8 mil 431
cuadros jóvenes, con 24 estructuras de esa dimensión sólo en el Distrito
Federal, con 202 mil miembros y una “escalera disciplinaria” en el
siguiente orden de importancia decreciente:
Lauro Ortega, jefe máximo; Francisco Berlín Valenzuela, jefe nacional
del MJR, y Heladio Ramírez López, jefe en el Distrito Federal.
Berlín Valenzuela y Ramírez López han tenido destacadas carreras en
el servicio público. El primero, en la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, y el segundo (tres veces senador, gobernador de Oaxaca,
dirigente de la Confederación Nacional Campesina y numerosos cargos)
ahora verá a su hijo Luis Antonio Ramírez Pineda como director general
del ISSSTE, pues ya fue anunciado por López Obrador.
Respecto al documento de la DIPS, en él se añade que la operación de
la estructura secreta incluye la renta de una casa por cada tres
distritos, con una oficina para cada distrito. Y tras describir las
insignias de rango, establece como “recompensas” un viaje al país que
desee al primer director que integre su estructura de 8 mil 431
miembros.
Además, “todos los directores de distrito, para el mejor desempeño de
su labor, tendrán puestos en dependencias oficiales y serán
comisionados al PRI”.
Y, finalmente: “Este trabajo debe permanecer en el mayor de los
secretos para que la opinión pública no lo conozca y lo desvirtúe, de
tal forma que ni los integrantes del MJR se enteren de que es manejado
por el PRI”.
Un segundo grupo, también bajo las órdenes de Lauro Ortega, fue
llamado “Benito Juárez”. Sobre él, la DIPS informó: “Este movimiento,
también secreto, se creará en las universidades, centros de enseñanza
superior, escuelas secundarias, con las mismas características del MJR.
“Tuvo su primer fracaso al tratar de ganar las elecciones de derecho de la UNAM.”
Esta última afirmación se refiere al origen del conflicto que terminó
con el secuestro y la dimisión del rector Ignacio Chávez, donde la
cabeza visible era Sánchez Duarte, hijo del gobernador sinaloense
Leopoldo Sánchez Celis. Pero había otros dirigentes, según los informes
de la DIPS:
“Las cabezas visibles de estos dos movimientos son Francisco Berlín
Valenzuela, Carlos Tarrab, Nelson Murat Casab, Lidio Nava y Jesús Anlen,
quienes tienen especial relación con los hermanos Salvador y Rafael
Corrales Ayala.”
De acuerdo con el informe de la DIPS, este último grupo compacto era
aconsejado y protegido por el periodista Ángel Trinidad Ferreira.
Rafael Corrales Ayala llegó a ser gobernador de Guanajuato, el último
del PRI en los años ochenta. En tanto, como el ya mencionado Berlín
Valenzuela en la Suprema Corte, Carlos Tarrab tuvo una larga
trayectoria, pero en el Poder Judicial, lo mismo que Jesús Anlen en el
sistema capitalino, donde es magistrado del Tribunal de Justicia
Administrativa.
En tanto, Nelson Murat es exgobernador de Oaxaca y padre del actual gobernador Alejandro Murat.
Fechado en agosto de 1967, el informe de la DIPS establece que estos
dos grupos –en realidad uno solo, pero con dos estructuras secretas–
“están patrocinando a los grupos de estudiantes de la UNAM y el Poli que
piden desaparición de poderes en Guerrero y que se presentan en la
Cámara de Diputados y Senadores”.
Los otros grupos
Enfrascados en conseguir posicionarse para la sucesión presidencial,
los políticos de la época construían sus estructuras, aunque, en 1967,
la DIPS desconocía cuáles eran los propósitos de determinados
movimientos.
Uno de los grupos, diferentes al patrocinado por Lauro Ortega, era el
del guerrerense Caritino Maldonado, quien envió a uno de sus
colaboradores, Augusto Ponce Coronado a organizar la federación
estudiantil a lo largo del país. Ponce tuvo “contacto con las
asociaciones de estudiantes de provincia que radican en la Ciudad de
México para que se incorporen” a la Confederación Nacional de Jóvenes.
El documento añade: “Se han manejado cantidades económicas muy
importantes e impreso diversos manifiestos firmados por algunas
federaciones estudiantiles.”
Maldonado, quien llegó a la gubernatura de Guerrero en 1968, falleció
en un accidente aéreo en 1971. Ponce Coronado se acercó después a
Fernando Gutiérrez Barrios, el hombre más importante del espionaje
político en México durante décadas.
Pero el grupo más oscuro en el informe de la DIPS era el impulsado
por el regente Alfonso Corona del Rosal, reportado como “Juventudes
Universitarias Revolucionarias”, cuyo dirigente era Jaime Bravo, hijo
del político michoacano Enrique Bravo Valencia.
Según la DIPS, este grupo estaba formando núcleos en todo el país, a
través de Rafael Cervantes, colaborador de Corona del Rosal, pero
desconocía sus actividades.
Si la DIPS no tenía idea de cómo operaban los grupos de Corona del
Rosal, la Dirección Federal de Seguridad (DFS) sí dejó registros de una
organización paramilitar: el Grupo de la Lux, una enorme estructura en
la que convergían policías, empleados de limpia, boxeadores, luchadores y
locatarios de La Merced.
Según un informe fechado el 5 de julio de 1969, tenía 20 mil miembros
en la Ciudad de México, 5 mil de los cuales tenían un sueldo de 70
pesos diarios y se desplazaban por todo el país desde 1960.
Sobre la participación del Grupo Lux el 2 de octubre de 1968 en la Plaza de las Tres Culturas, el informe de la DIPS indica:
“En las pasadas orgías estudiantiles, este grupo se dedicó a
contraatacar a los estudiantes de leyes y de otras escuelas, y para
identificarse entre ellos, usaban un guante blanco en la mano derecha.”
El 26 de febrero de 1968, la DFS abrió una ficha sobre Sergio Mario
Romero Ramírez, El Fish, en el que se da cuenta de su paso por “Los
Escuderos”, grupo juvenil de la orden de los Caballeros de Colón; su
designación, mediante maniobras, como dirigente de la Federación
Universitaria de Sociedades de Alumnos (FUSA), y su papel, también
contrario al rector Ignacio Chávez en 1966.
El documento establece también que Romero Ramírez era empleado del
Departamento del Distrito Federal, pero en realidad era informante sobre
lo que pasaba en la UNAM, bajo las órdenes del coronel Manuel Díaz
Escobar –identificado como el mando del Grupo de la Lux conforme a los
documentos localizados por Magdaleno Cárdenas–, como hombre del Estado
Mayor Presidencial comisionado al DDF como subdirector de Servicios
Materiales.
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