3/05/2018

Los periodistas pal café. . .


El primero al turno fue José Antonio Meade, en el edificio central del Partido Revolucionario Institucional. La forma del acto fue de un priísmo clásico, subrayado el estilo con un maestro de ceremonias que con voz de emergencia y a la menor provocación soltaba frente al micrófono dominante todo tipo de porras y consignas, desde el ya tan ajado ¡Sí se puede! hasta concesiones de género como ¡Juana, primera dama! Ya no fue necesario que Meade implorara a los priístas que lo hicieran suyo: ya lo es, sin necesidad de credencial, aunque sí con el toque propio de su oficio: tecnopriísta.
Ausente estuvo el político de mínimas calificaciones demoscópicas pero máximas pretensiones de continuidad, Enrique Peña Nieto. Pero el acto en Insurgentes norte se desarrolló con cautela e insipidez que pareciera pensado y ejecutado para no generar ni un principio de agruras en algún salón de monitoreo instalado en Los Pinos. Pepe Toño se aventuró a invocar de manera desvaída a Luis Donaldo Colosio y la hambre y sed de justicia que el sonorense dijo ver en 1994, e hizo alguna enumeración de los males actuales del país, en lo que podría parecer una acusación o reproche al jefe Enrique, pero que no pasó del registro de las frases necesarias para aparentar que algo de cambio o corrección propone el tecnopriísta que ha sido secretario de Estado en cinco ocasiones.
En todo caso, la miga del discurso pronunciado al ¿celebrar? los 89 años de vida del partido tricolor estuvo en las referencias a los opositores. Meade, sin precisar nombres ni apellidos, dijo que ningún candidato puede usar la contienda presidencial para lavar culpas y que el que la hace la paga. También aseguró que los priístas no van a permitir que México regrese a ser un país de caudillos y mesías.
Apenas terminaba Meade de hablar y ya estaba Ricardo Anaya Cortés anunciando, a las 11:44 horas, que a la 13 horas daría un mensaje muy importante a nombre de#PorMéxicoAlFrente. Como en el caso de Meade, la aspiración de realce fue menor que la realidad alcanzada. En ambos casos se aumentó el grado de riesgo, con el tecnopriísta osando recordar a Colosio en tiempos aciagos adjudicables a Peña y el panista osando señalar directamente al ocupante de Los Pinos como responsable de una persecución política.
A final de cuentas, el mensaje muy importante quedó en más palabrería. Anaya buscó añadir teatralidad a su posicionamiento como víctima del sistema y llamó a Peña Nieto a sacar las manos del proceso electoral en curso. En lo que fue el ángulo novedoso de su exposición, advirtió que, de llegar a la Presidencia de la República, impulsará una comisión de la verdad, con asistencia internacional, para investigar los señalamientos de corrupción que se han hecho contra el mexiquense que va de salida de Los Pinos.
Es muy sugerente la referencia a ese tipo de comisión de la verdad, como la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala, que se instaló en 2006. Aprovechando el hartazgo ciudadano contra la corrupción impune y financiando a diversas organizaciones, fundaciones y líderes de opinión, se puede generar un cuadro de conflicto político manejable conforme a intereses de los financiadores de esas comisiones o expresiones de la sociedad civil, siempre con el Departamento de Estado y la CIA detrás de esos movimientos, según se ha denunciado en diversos foros internacionales de izquierda.
A pesar de la grandilocuencia de Anaya, incluso de la mención expresa de varias zonas oscuras de la gestión peñista (la Casa Blanca, Odebrecht, las estafas maestras, el socavón de Morelos y las acusaciones contra Rosario Robles y Meade), el candidato del Frente no se atreve a enfrentar abiertamente las preguntas de reporteros respecto del caso de la nave industrial queretana y las decenas de millones de pesos de ganancia que obtuvieron, sólo en este episodio, el político y algunos de sus familiares.
Ayer convocó a conferencia de prensa que duró 12 minutos y no permitió que le hicieran preguntas. Eso no es una conferencia de prensa, sino una declaración unilateral que igualmente pudo haber hecho en video para luego distribuirlo a los medios de comunicación. Como otras veces, Anaya se hizo acompañar de los presidentes de los partidos que le apoyan y de otros personajes afines. Esta vez tuvo como novedad la presencia de Luis Donaldo Colosio Riojas, hijo de quien fue candidato presidencial priísta. Fue colocado entre Anaya y Dante Delgado, pues Colosio Riojas es candidato a diputado local por Movimiento Ciudadano en Nuevo León.
Andrés Manuel López Obrador también dio nota dominical, al anunciar un Consejo Asesor Electoral que espera le ayude a detectar indicios fraudulentos e incluso impedir que haya conflictos posteriores al día de las urnas. Dio a conocer cinco nombres, de los cuales tres han dejado recientemente al Partido Acción Nacional: Germán Martínez Cázares, quien va de gane como candidato a senador mediante lista partidista, en un lugar que hace prácticamente seguro que llegue a un escaño, y fue uno de los más ácidos promotores y defensores de la victoria de Felipe Calderón en 2006; Gabriela Cuevas, a quien igualmente se le ha dado una vía segura para continuar como legisladora federal, y el actual senador José María Martínez, jalisciense que militó durante 27 años en Acción Nacional y ha generado polémica por sus declaraciones e iniciativas en busca de que las uniones de homosexuales no sean consideradas como familias y en contra del derecho a la interrupción voluntaria del embarazo.
Los otros dos integrantes de esa comisión son el constitucionalista de renombre Jaime Cárdenas Gracia y el especialista en derecho electoral Horacio Duarte (miembro, éste, del grupo del estado de México al que pertenece Delfina Gómez, encabezados por Higinio Martínez).
Y, mientras Donald Trump avanza en su estrategia de guerras comerciales, en lo inmediato con aranceles a acero y aluminio, sin que el gobierno de México reaccione más que con suspiros, ¡hasta mañana!
Twitter: @julioastillero, Facebook: Julio Astillero, Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx

Foto
El cártel inmobiliario sufrió un revés que puede resultarle muy costoso. El juez quinto de distrito en materia administrativa, Juan Carlos Guzmán Rosas, suspendió indefinidamente las obras de la inmobiliaria Be Grand para la construcción de un complejo habitacional en la zona de Copilco, que, a juicio de las autoridades universitarias, pone en riesgo el estatus de Ciudad Universitaria como Patrimonio de la Humanidad, otorgado por la Unesco. El proyecto, que ya está en preventa, consta de dos torres con 300 departamentos cada una. La UNAM promovió un amparo contra las autoridades capitalinas que autorizaron el proyecto. ¿Quiénes son los funcionarios? Ese dato es muy importante. Tendrán que comparecer ante el juez a explicar su decisión. En su resolución, el juez determinó que el Estado tiene obligaciones internacionales para proteger el área, incluyendo aspectos como densidad poblacional y altura de inmuebles aledaños. La empresa Be Grand cuenta con 10 días para impugnar la suspensión. Miguel Ángel Mancera se ha mostrado titubeante: la obra debe suspenderse, dice, pero si las autoridades deciden otra cosa… La Unesco declaró a Ciudad Universitaria como Patrimonio de la Humanidad el 28 de junio de 2007.
Presidencia en venta
En las elecciones de 1976, el PAN transó con el presidente Echeverría y no presentó candidato; José López Portillo fue candidato único. En las de 1994, Diego Fernández de Cevallos se enfrentó a Ernesto Zedillo y Cuauhtémoc Cárdenas. En el primer debate televisivo la opinión general fue que había derrotado a sus oponentes, pero existe la versión de que recibió dinero del presidente Salinas de Gortari para dejarse ganar por Zedillo, un candidato débil. En el proceso electoral de 2012, Josefina Vázquez Mota corrió a reconocer el triunfo de Enrique Peña Nieto. Existen acusaciones serias de que su asociación Juntos Podemos recibió mil millones de pesos por admitir su derrota. Con esos antecedentes, llamó la atención la presencia de Fernández de Cevallos en la taquiza del cumpleaños del candidato priísta. ¿Fue a saborear los tacos al pastor o fue como postor? Ayer, el nuevo abanderado del panismo, Ricardo Anaya, tronó contra todos: AMLO, Meade y Peña Nieto. Lo acompañaban dos personajes emblemáticos de la probidad política: los chuchos Jesús Ortega y Jesús Zambrano. No asistió, curiosamente, la dirigencia nacional del PAN, excepto Santiago Creel, el protagonista del asunto de las casas de juego cuando fue secretario de Gobernación. ¿Hasta dónde es creíble la firmeza de Anaya, o simplemente está tratando, con la intermediación de Fernández de Cevallos, de que suba la postura?
Los gastos de campaña
¿Qué haría usted con 86 millones 700 mil pesos? Si paga renta, de seguro compraría un departamento o una casita; si viaja en Metro, compraría un automóvil; tal vez cumpliría su sueño de ir a París y aseguraría la educación de sus hijos… o todo junto, porque alcanza. Posiblemente le indignará conocer que esa cifra fue la que gastaron seis de los aspirantes presidenciales durante los tres meses que duró la precampaña. José Antonio Meade gastó 23.6 millones de pesos, de esta cifra 7.8 millones de pesos fueron destinados a gastos de promoción por Internet. Sin embargo, no le alcanzaron para salir del tercer lugar. Jaime Rodríguez Calderón, El Bronco, gastó 19.1 millones, la mayoría proveniente, dijo, de aportaciones de militantes y simpatizantes. Invirtió 6.2 millones en publicidad en salas de cine y espectaculares. En tercero y cuarto lugares se encuentran Ricardo Anaya y Margarita Zavala, con un gasto de 15.4 y 13.8 millones, respectivamente. Por su parte, Andrés Manuel López Obrador gastó 9.6 millones y Armando Ríos Piter 5.2 millones.

Las glaciaciones son periodos geológicos que, de cuando en cuando, se presentan en nuestro planeta. (En el último millón de años se han dado en cuatro ocasiones.) Se manifiestan con una baja de temperatura, de tal magnitud, que trae como consecuencia que amplias zonas del globo terráqueo se cubran de hielo. La expansión de los casquetes polares es buen ejemplo.
Una de las varias teorías sobre cómo se pobló nuestro continente es que en la última de esas glaciaciones conocida como Würm o Wisconsin (que comenzó hace unos 100 mil años y acabó apenas ­ha­ce unos 15 mil) inconmensurables multitudes (sobre todo para esos tiempos y, además no acarreadas), transitaron desde Siberia, en el extremo oriental de Asia, hasta el oeste de Alaska. Des­de allí (ya divididos, faltaba más), unos se asentaron en los territorios iniciales y otros descendieron desde el estrecho de Bering hasta la llamada Tierra de Fuego.
Esas inmensas migraciones –hay quienes sostienen que fueron cuatro– son, para muchos científicos, el origen del poblamiento de nuestro continente (incluido Saltillo), lo que representa nada menos que: 42.55 millones de kilómetros cuadrados del globo terráqueo. Al espíritu de esos choznos históricos, a su arrojo, audacia, temple para afrontar lo desconocido debemos la existencia, por supuesto, y también el imperio del ser humano sobre la totalidad del planeta.
Recorrer durante miles y miles de años la distancia entre el estrecho de Bering y el Cabo de Hornos, en Tierra de Fuego, e ir sembrando vida humana a lo largo de los 16 mil kilómetros que separan estos puntos, creando durante ese peregrinaje innúmeras culturas y construyendo los cimientos de la civilización que, aunque con grandes e injustas diferencias, nos permite hoy día arrogarnos el ampuloso y ridículo título de reyes de la creación.
En estas extrañas disquisiciones me hallaba cuando el reclamo del celular me volvió a la realidad. Contesté y como balde de agua helada en la celebración del Día de San Juan, me cayó la preguntita que me hicieron a boca de jarro/móvil: ¿Ya terminaste la columneta? ¿De qué se trata?

La guerra comercial comenzó con el anuncio del presidente Donald Trump de imponer aranceles a las importaciones de acero y aluminio de 25 y 10 por ciento, respectivamente. Muy pocos fueron los que festejaron el anuncio, entre ellos los productores de acero y aluminio de Estados Unidos por la protección que se les concede frente a la competencia de las industrias que exportan esos productos a dicho país. La respuesta más contundente llegó de la bolsa de valores, que sufrió una caída temporal de 500 puntos. Fue reacción a una decisión que, en primer término, rebotará en el encarecimiento de todos los productos que utilizan acero y aluminio como insumos.
La falta de información sobre la estrategia y detalles detrás de la decisión crearon incertidumbre dentro y fuera de Estados Unidos. Por lo pronto, en el plano externo, China, Canadá y la Unión Europea la han rechazado y amenazado con represalias que incluyen el incremento en los aranceles de los productos estadunidenses, el levantamiento de severos obstáculos a las inversiones de aquel país y la suspensión en la venta de insumos que son indispensables a la industria estadunidense. En el caso de Canadá y México, el asunto es particularmente delicado debido a que pudiera poner en grave peligro el ciclo de negociaciones que los funcionarios de las tres naciones llevan a cabo para poner al día el TLCAN.
En el plano doméstico, integrantes de la mayoría de los sectores económicos, en especial los del Partido Republicano, han advertido a Trump que su decisión va en contra de la libertad de intercambio comercial, tan cara a ese partido. A su irresponsable declaración, en la que ponderó las guerras comerciales como benéficas y fáciles de ganar, diversos especialistas le respondieron que una de las consecuencias sería el rompimiento de las cadenas de abastecimiento de la industria estadunidense, lo que detonaría una nueva crisis económica. Su demagógica promesa de campaña a los trabajadores y empresarios de la industria del acero, de la que se beneficiarían si acaso 140 mil personas, se revertiría causando un colapso en la producción industrial y un sensible aumento en el desempleo en momentos en que el país ha empezado a recuperarse de la que explotó en 2008.

Días atrás comentamos en este espacio que una de las herencias más peligrosas y costosas del gobierno peñanietista es la voluminosa deuda pública, pues no sólo ha crecido en forma acelerada (alrededor de 4 billones de pesos a diciembre de 2017), sino que condena a las futuras generaciones de mexicanos, dado el creciente costo financiero de tal débito.
En este sentido, la estadística oficial revela que a lo largo del sexenio que movería a México” (todo indica que al precipicio) de las arcas nacionales habrán salido casi 3 billones de pesos sólo para pagar los intereses de la deuda del sector público federal, lo que ayuda a entender el por qué del vertiginoso endeudamiento en el periodo referido. Se contrató más y más débito para pagar los intereses de la propia deuda en una carrera que nadie sabe cuándo acabará, pero todos conocen quién será el perdedor.
En una suerte de tienda de raya modernizada, los mexicanos pagan cada vez más por una deuda contratada por el gobierno federal, que no ha sido utilizada para promover el crecimiento económico del país, y mucho menos para procurar un mejor nivel de bienestar. Al contrario, se han hinchado de ganancias los bancos privados, que acaparan los contratos de deuda de los llamados tres niveles de gobierno.
Cierto que el de Peña Nieto no ha sido el único gobierno –por llamarle así– que ha endeudado a los mexicanos de aquí a prácticamente el infinito. Recuérdese que a partir de la administración foxista, pasando por la calderonista y llegando a la peñanietista, el saldo de la deuda pública del país se multiplicó por cinco, al pasar de alrededor de 2 billones de pesos a la llegada del ranchero mariguanero a cerca de 6 billones con el tal Jelipe y a más de 10 billones con el actual inquilino de Los Pinos (un avance de 16 puntos porcentuales de PIB –de 30 a 46 por ciento–, sin olvidar que falta la contabilidad de 2018), y el grueso de ese endeudamiento se destinó al pago de los crecientes intereses de la propia deuda.
Sólo en 2017, según cifras de Hacienda, de las arcas nacionales salieron alrededor de 536 mil millones de pesos (cerca de dos veces el presupuesto de la Secretaría de Educación Pública en ese año) para cubrir el costo de la deuda pública (interna y externa), y de ese monto, 525 mil millones se destinaron exclusivamente al pago de intereses.
Así, en el periodo 2000-2017 la deuda per cápita subió, de alrededor de 10 mil pesos en el inicio de Fox, a unos 83 mil pesos (incluyendo a recién nacidos) al cierre del quinto año de Enrique Peña Nieto. Esto sin considerar el débito de estados y municipios, que se cocina aparte. Y en este aumento participaron decididamente tres inquilinos de Los Pinos (Fox, Calderón y EPN) y cinco secretarios de Hacienda (Francisco Gil Díaz, Agustín Carstens, Ernesto Cordero, Luis Videgaray y José Antonio Meade, quien ocupó el puesto con el tal Jelipe y con Peña Nieto, y hoy es sonriente candidato tricolor al hueso mayor). Y la moderna economía nacional sigue creciendo 2 por ciento.
Sirva lo anterior para dar contexto a la más reciente estadística de la Secretaría de Hacienda –enero de 2018– sobre la situación de la deuda pública, información que por ley periódicamente entrega al Congreso.
Con base en dicha estadística, en enero de 2018 el saldo de la deuda del sector público federal (interna y externa) aumentó cerca de cien mil millones de pesos, a razón promedio diario de 3 mil 225 millones de pesos (más de 134 millones por hora). Si a lo largo del presente año se mantiene esa dinámica, el débito público habrá crecido alrededor de un billón 200 mil millones
En ese mismo mes el gobierno federal erogó alrededor de 74 mil millones de pesos por el costo financiero de la deuda (interna y externa), de los que alrededor del 98 por ciento (98 centavos de cada peso paga-do) correspondió a pago de intereses. Sólo para dar una idea de qué se trata, el monto referido representa alrededor de 1.7 veces el presupuesto anual (2018) de la Universidad Nacional Autónoma de México, y 4.6 veces el del Instituto Politécnico Nacional.

Albiricias! Con el cambio de año base estadístico de 2008 al actual 2013 nos enteramos de que en 2012 (último año de la anterior administración) la economía de México (PIB) no creció 4.0% sino 3.6, y que, al contrario, en 2014 el crecimiento no fue 2.3% sino 2.8, en 2015 no 2.6 sino 3.3, y que en 2016 no 2.3 sino 2.9. Estas nuevas tasas promediadas con la de 2017 (2.0) indican un crecimiento medio (TMCA) en el quinquenio 2013-17 de 2.48% anual (Gráfico 1).
Con todo y estos ajustes, ninguno de los grandes segmentos de la actividad económica se salvó de un retroceso en 2017. Incluso el PIB Agropecuario bajó de un crecimiento de 3.8% en 2016 a 3.3% (Gráfico 2).
El PIB Industrial acumula ya cuatro años en caída libre y tuvo en 2017 un decrecimiento de -0.63% (Gráfico 3), y una tasa de crecimiento medio anual de 0.64% en el quinquenio.
Por sectores industriales, la Minería (incluye petróleo) decreció -9.8%; Electricidad, agua y gas por ductos -0.2%; la Construcción volvió a caer -1.0%; y sólo la Industria manufacturera creció 2.9% (Gráfico 2).
En lo particular, la debacle petrolera profundiza su curso. La producción de crudo y gas tuvo en 2017 su peor caída histórica: -10.3% (Gráfico 4), la que se adiciona al desplome de los cuatro años previos para registrar una reducción anual de -5.17% en el quinquenio.

De repente la oscuridad, crueldad y obscenidad derechista que intenta imponerse en este país es interrumpida por una ferocidad digna, transparente y solidaria que rehúsa someterse, que se decide por la rebelión.
La historia de este país esta hecha de eso también y aunque por ahora esa resistencia rebelde aún no alcanza las dimensiones que se requieren para revertir uno de los asaltos reaccionarios más severos en este país en tiempos recientes, está brotando por todas partes, y desde esquinas desconocidas e inesperadas, como si viniera de la nada.
En West Virginia, uno de los estados más pobres del país, acaba de surgir una de las acciones laborales más grandes en años: en los pasados siete días hábiles, una huelga de más de 15 mil maestros y personal escolar, muchos vestidos de rojinegro –han cerrado todas las escuelas públicas en los 55 condados– en un estado donde no gozan del derecho a la huelga. La demanda por un sueldo digno y seguros de salud continuó aun después de que a mediados de la semana pasada el liderazgo del sindicato magisterial llegó a un acuerdo con el gobernador por un incremento de 5 por ciento, con lo que se había anunciado la reanudación de clases el jueves pasado, pero las bases se amotinaron y decidieron desobedecer a sus líderes, declarando: nosotros somos los líderes. La huelga continuará, prometen, hasta que cumplan sus demandas y esto sea concretado en ley.

Si no fuera porque el sector empresarial parece ser el único contrapeso que el gobernador Francisco Vega reconoce, la disputa entre la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), encabezada por Gustavo de Hoyos Walther, y la administración local por el control del Sistema Estatal Anticorrupción (SEA) podría pasar inadvertida.
Originario de Mexicali, el presidente nacional de la Coparmex es un actor político que se ha movido siempre dentro de la esfera del Partido Acción Nacional (PAN), y en el patronato de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC) concentra otra parcela del poder.
La Coparmex intentó tener mayoría en la comisión de selección del SEA, pero el Congreso retrasó más de una vez la decisión hasta que consiguió pactar con otros grupos cerrar el paso a los prospectos del sector patronal. Al final, la comisión de cinco integrantes que habrá de seleccionar a los 15 miembros del Comité de Participación Ciudadana que operará el SEA quedó integrada por Daniel Valdez Delgadillo, Yolanda Sosa y Silva, María Luisa Walther Cuevas (madre de De Hoyos Walther), Enrique Gómez Llanos León y Jesús Esteban Castro Rojas.
En algunos amables lectores la columna anterior (Inspiración compartida, La Jornada, 19 /2/18) tuvo efectos variados y contrastantes, que fueron de la indignación a la exaltación, pasando por la risa y la reflexión, reacciones que agradezco cumplidamente, pues en la medida en que un escrito divide opiniones propicia meditaciones, incluso en torno a temas tan tediosos como el ejercicio de una democracia sin suficiente preparación ni experiencia (otros países latinoamericanos meten a la cárcel a ex funcionarios corruptos; aquí son absueltos por las instituciones y la desmemoria colectiva).
Un correo que ni siquiera alude a la nota en cuestión hace una solicitud insólita: “Favor de enviar un saludo afectuoso y una felicitación al soldado u oficial que tuvo a bien izar al revés la bandera, precisamente en el acto oficial de su celebración… Haya sido un acto deliberado o un reflejo inconsciente, proyectó con oportunidad el sentir colectivo, incluso no consciente, de la sociedad mexicana, hasta la madre de sucesivos gobiernos ineptos, entreguistas y frívolos… Ojalá ese miembro del Ejército no haya sido muerto o encarcelado por esa falta”…




Los resultados parciales de las elecciones legislativas realizadas ayer en Italia dejan entrever un futuro político incierto, caracterizado por un retroceso del hasta ahora gobernante Partido Democrático (PD) del ex primer ministro Matteo Renzi (que obtendría 21 por ciento de los sufragios) y de sus potenciales aliados de la formación progesista Libres e Iguales (LeU) (4 por ciento, según sondeos a pie de urna); el estancamiento de los partidos derechistas Liga Norte y Forza Italia, del proscrito Silvio Berlusconi, que obtendrían 15 por ciento de los votos cada uno –y que podrían sumar hasta 35 por ciento con el apoyo de la organización ultraconservadora Hermanos de Italia–, y el crecimiento espectacular del Movimiento 5 Estrellas (M5S, por sus siglas en italiano), que habría recibido 33 por ciento o más del respaldo ciudadano.

Cien mujeres con Ricardo Rocha
De Ricardo Rocha sólo hemos recibido respeto, cariño y apoyo para nuestros propósitos y las mejores causas de las mujeres.

Se nos ha ido un gran intelectual latinoamericano, que con otros críticos en la década de 1960 lanzó uno de los grandes hallazgos de la cultura latinoamericana que se expandió globalmente, junto al boom literario y la teología de la liberación, la denominada teoría de la dependencia. Theotonio dos Santos, quien hace todavía unos meses nos visitó en la universidad en Toluca, siguiendo los pasos, entre otros, de Mauro Marini, definió los términos de esa teoría que estuvo de moda hasta 1975 aproximadamente, cuando en el importante congreso de Quito de sociología fue declarada no marxista, por no tener espacio teórico en el pensamiento marxista, opinión, por ejemplo, de Agustín Cueva.
Varios centros de investigación de Europa, Canadá y Estados Unidos han publicado informes en los que se muestra cómo durante los 100 años pasados el nivel del mar aumentó entre 10 y 20 centímetros. Y en lo que va de este siglo, unos tres milímetros cada año. Al igual que las agencias internacionales que estudian el cambio climático, ese aumento lo atribuyen a la creciente e irracional utilización de combustibles fósiles y otras actividades naturales y humanas, responsables de emitir enormes cantidades de gases que atrapan el calor dentro de la atmósfera. Tales emisiones ocasionan el aumento de la temperatura de la Tierra. A su vez, los océanos absorben alrededor de 80 por ciento de ella. Mientras se eleva la temperatura de los océanos, existe un progresivo derretimiento de Groenlandia, la Antártida, los glaciares y los casquetes polares por el aumento de la temperatura global. El agua que ocasiona la desaparición de esas grandes formaciones de hielo va a los océanos.
Como se preveía en buena medida, las elecciones del presente año no sólo serían disputadas, sino que sacarían a la luz buena parte del mar de fondo que ensucia la política mexicana. Desde luego, los intensos ataques contra Ricardo Anaya, candidato de la coalición México al Frente, implican ya una sospecha de irregularidades que no le hacen nada bien a las elecciones. Al parecer, por el tono de las acusaciones, el PRI tendría la intención de desbancar a Anaya como candidato y de eliminar a quien en las encuestas, hasta el momento, alcanza sistemáticamente el segundo lugar.
En toda sociedad, si se concentra el poder, se está en los umbrales del abuso; lo mismo en la comunidad internacional que en una familia, pasando por los estados, las agrupaciones sindicales, las empresas y los partidos. Ojo, también los partidos; donde quiera que un grupo o una persona acumula funciones, maneja recursos, acapara toma de decisiones, los riesgos del exceso se presentan de inmediato. Por eso desde antiguo, la Grecia clásica, luego cuando aparecieron en Europa los estados nacionales, ahora en todo el orbe, se han buscado mecanismos de control del poder.
Puede parecer una mera casualidad que Donald Trump declare una guerra comercial prácticamente al mismo tiempo que

¿Qué tal si la lectura y la escritura están sobrevaloradas, y se les atribuyen virtudes que no necesariamente tienen? ¿O si asumimos que su aparente extinción nos devolverá al culto minoritario, monástico y muy dedicado de la conservación –así sea digital– del libro y sus pollitos, que no desaparecerán? Hay hechos innegables. Uno, los demasiados libros. Alguien de dentro del gigante editorial más grande en el país (mera sucursal de un mastodonte mundial) estimaba en días pasados que esa empresa habría producido unos 8 millones de ejemplares en 2017, sólo en México. Otro hecho que no podemos obviar es que los lectores reales existimos en un planeta diferente y somos muchos menos de lo que el mercado sugeriría, y que pese a la concentración monopólica de sellos y editoras no dejan de aparecer y mantenerse vivas centenares de pequeñas editoriales, mientras las grandes y respetables editoras nacionales fuera de monopolios (FCE, Era, Siglo XXI, UNAM) no dejan de producir títulos a montón, aunque en tirajes reducidos.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario