7/25/2010

La columna de Ibarra Aguirre


Utopía

Diálogo con el SME

Eduardo Ibarra Aguirre

Con acuerdos básicamente verbales entre el novel secretario de Gobernación y el líder del SME, aunque están contenidos en una hoja con tres rúbricas, y la molestia del ingeniero Cayetano Cabrera Esteva, horas antes de cumplir 90 días en huelga de hambre, se puso fin a una muy eficaz pero extrema forma de resistencia civil pacífica en torno al respeto al derecho al trabajo y la organización sindical, que concitó el interés de voluntades institucionales, políticas y sociales diversas, y trascendió nuestras fronteras.

La trascendencia del ayuno iniciado el 25 de abril ni remotamente logró la cobertura informativa brindada por la dictadura mediática global al cubano Guillermo Fariñas Hernández, pero tampoco se atrevió a ignorarlo porque implicaba exhibirse como parte del instrumental de los poderes imperiales. Sin embargo, colocó al gobierno mexicano en circunstancia complicada, tanto que el punto número dos del convenio negociado y suscrito por el bajacaliforniano José Francisco Blake Mora y el hidalguense Martín Esparza Flores, además del poblano Javier Lozano Alarcón para cubrir las formalidades, dice a la letra:

“La representación del Sindicato Mexicano de Electricistas se compromete a instar a que concluya, a partir de este momento, la huelga de hambre que realiza en el Zócalo de la ciudad de México”. Ese momento era la madrugada del viernes 23 y hasta las cuatro de la mañana se retiró del Palacio de Covián el titular de Gobernación. Es evidente que los exabruptos del otrora tesorero del SME, Alejandro Muñoz Reséndiz –“¿Dónde están los que se estaban muriendo de hambre, sí el más grave salió caminando ayer?”-- no le sirvieron a Bucareli más que para la morralla de las condenas de oficio, aunque horas más tarde fue recibido por funcionarios para cobijarlo.

El levantamiento de la huelga de hambre sostenida hasta el final por 14 trabajadores, se hizo bajo el compromiso presidencial --así lo expresó Blake a Esparza-- de otorgar la toma de nota al Comité Central integrado por 26 dirigentes y que, como se recordará, fue el origen del conflicto entre el gobierno federal y el sindicato al serle negada por Secretaría del Trabajo y (dizque) Previsión Social.

Unas cuantas horas más tarde volvió a interponer sus pésimos oficios Alarcón Lozano –así dicen llamarlo sus amigos de la infancia--, de vocero de la intransigencia y la provocación gubernamentales. Poniendo en duda el compromiso de su jefe institucional, dijo el secretario: “Y sólo si satisfacen estos requisitos se les da la toma de nota, como a cualquier otro sindicato en cualquier otro momento”. Allí está el Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros y Napoleón Gómez Urrutia como prueba de la veracidad de sus palabras, y cualquier organismo que se atreva a indisciplinarse con las políticas laborales y económicas de Los Pinos.

Hoy se instala “la mesa de diálogo de alto nivel” y comienzan las negociaciones entre las partes en agudo conflicto desde que la Presidencia de la República decretó la extinción de Luz y Fuerza del Centro, en octubre de 2009, avalada por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, pero dejando a salvo los derechos de los 17 mil trabajadores que no aceptaron su liquidación al ser despedidos.

Pese a lo pactado, el curso de la negociación es incierto por las visiones e intereses grupales e individuales en juego por parte de un gobierno que tendrá necesidad de subordinar a un desbordado y duro secretario del Trabajo, mismo que no asimila el reciente cambio habido en las filas gubernamentales, amén de que en éstas será preciso demostrar que no se empeñan sólo en ganar tiempo y acreditarse ante una opinión pública que muestra simpatía por las demandas de los electricistas.

Acuse de recibo

Hilda Venegas Negrete, abogada penalista y perito criminalista, comenta: “Encantada de leer tu artículo de ¡Todos al suelo! (19-VII-10). ¡Haces gala de síntesis que envidio y nos entregas una muestra de por qué Calderón está siendo el presidente más odiado de los últimos tiempos (debería darse un vuelta por las redes sociales ) ante su falta de legitimidad, el abuso de censura y represión”. Aclara que “además de defensora de los derechos humanos, soy integrante del Consejo Nacional de la Unión de Juristas de México, participo en el Colectivo de Alternativa Latinoamericana quien entre otras cosas tiene un programa de radio en la Universidad de Guelph (Canadá), en donde tengo un programa de una hora sobre género, pero no soy profesionista de la radio”… La misma Utopía fue publicada por www.gurupolitico.com (…) La reportera Gabriela Coutiño denuncia: “Les escribo para informarles y solicitarles su solidaridad y apoyo ante una campaña que cobardes desde el anonimato han desatado en contra de dos amigos periodistas de Chiapas, Isaín Mandujano, corresponsal de Proceso y su esposa, Ángeles Mariscal, corresponsal de La Jornada. Desde blogs, correos electrónicos y páginas web constantemente difaman y desprestigian a Ángeles y a Isaín, cuando sólo realizan su trabajo periodístico”.

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