2/01/2011

Don Samuel


Alejandro Encinas Rodríguez


Murió don Samuel Ruiz, obispo emérito de San Cristóbal de las Casas, Tatic —Gran padre, abuelo mayor—, como lo llamaban las comunidades de los Altos de Chiapas, defensor de las causas indígenas y de los desamparados. Personaje clave en la pacificación en esa entidad tras el levantamiento del EZLN en 1994.

Su muerte deja un vacío, en particular en la iglesia comprometida con los pobres, de la que don Samuel fue un referente indiscutible, distinto de la jerarquía eclesiástica.

Durante su gestión al frente de la diócesis de San Cristóbal, a lo largo de 40 años, Samuel Ruiz fue objeto de distintas campañas de persecución y calumnias que pretendían desacreditar su misión.

Don Samuel ha partido, pero su causa sigue vigente. La marginación y la discriminación a las comunidades indígenas en Chiapas prevalecen lacerantes. De acuerdo con el Conapo, Chiapas ocupa el segundo lugar nacional en marginación, siendo los municipios de los Altos de Chiapas los que registran el mayor grado.

Chiapas es el estado con mayor concentración del ingreso a nivel nacional. El ingreso per cápita de los pueblos indígenas representa sólo un 32% del ingreso de los no indígenas en el estado. El 42% de los indígenas chiapanecos no perciben ingresos, en tanto otro 42% sobrevive con menos de un salario mínimo mensual. Menos del 10% de la población indígena chiapaneca gana de uno a dos salarios mínimos mensuales.

Chiapas concentra la mayor riqueza en agua del país (30% del agua superficial), y de energía hidroeléctrica (el 54% de la energía). Pese a ello, las comunidades indígenas aún carecen de la luz eléctrica y agua entubada.

El 43% de la población chiapaneca de 15 años o más no tiene primaria completa, y el 20.4% no ha recibido ninguna instrucción formal. El 14% de la población de seis a 14 años no asiste a la escuela. El promedio de escolaridad de la población indígena de más de 15 años fue de 3.9 años en 2005.

Ese año, Chiapas registró el nivel más alto de analfabetismo en el país. El 10% de la población general chiapaneca de ocho a 14 años no sabe leer ni escribir. El 39% de la población indígena con 15 años o más es analfabeta.

La mayoría de las comunidades indígenas no han tenido el acceso al sistema de salud, lo que ha llevado a la agudización y reproducción de enfermedades curables. Según la Secretaría de Salud en 2007, Chiapas contaba con menos de un médico por cada mil habitantes.

Chiapas ocupa el segundo lugar de desnutrición en el país; 60 municipios presentan desnutrición severa. Los niveles de mortalidad en Chiapas son de los más altos en el país; las enfermedades infecciosas ocupan ocho de las 10 causas principales de enfermedad.

La tasa de mortalidad infantil es de 75 por cada mil menores. En 2006, nacieron 132,205 niños; de estos, mil 146 no lograron sobrevivir su primer año. En 2007, la tasa de mortalidad infantil era 21.7 por cada mil nacidos vivos, la segunda más alta del país.

Por ello, el mejor reconocimiento que se puede rendir a don Samuel es el cumplimiento de los Acuerdos de San Andrés Larráinzar, suscritos en 1996, y que hasta la fecha se mantiene la renuencia gubernamental para hacerlos efectivos. Estos acuerdos reconocen los derechos de la cultura indígena, la necesidad de sentar las bases para una vida democrática y justa, para su bienestar y desarrollo.

Ello significa asumir que México es un país pluriétnico y pluricultural, en el que se integran una diversidad de pueblos y comunidades indígenas culturalmente diferenciados del resto de la sociedad. Donde el territorio indígena se integra en sus dimensiones política, cultural y natural. Es decir, con sus propias formas de gobierno, normas y decisiones. Como un espacio socialmente organizado, compuesto por el conjunto de usos y costumbres, en el que existe una relación entre lengua, actividad productiva y recursos naturales.

alejandro.encinas@congreso.gob.mx
Coordinador de los diputados federales del PRD

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