67 Festival Internacional de Cine de Cannes
Leonardo García Tsao
Cannes, 19 de mayo.
En el día más sólido de la competencia en lo que va del festival, dos películas lanzaron miradas críticas sobre el american way of life. Por una parte, el director canadiense David Cronenberg ofreció una perversa sátira al modo de vida hollywoodense en Maps to the stars (Mapa a las estrellas).
Basada en un guion de Bruce Wagner (escrito hace casi 20 años), la
película examina la conexión cósmica entre varios personajes típicos, a
través de la presencia de la joven y sicótica Agatha (Mia Wasikowska),
hija de una familia disfuncional en la que el hermano (Evan Bird) es
una insufrible estrella adolescente y el padre (John Cusack) un gurú de
la autoayuda, que le da terapia a una actriz de tercera (Julianne
Moore) quien, a su vez, contrata a Agatha como su asistente personal.
Con su conocida distancia ante su material, Cronenberg ha firmado
una carta de odio hacia Hollywood, sistema que nunca ha padecido. (Maps to the stars
fue filmada básicamente en Toronto, con unos días en Los Ángeles para
las tomas exteriores). Eso no le ha obstado reflejar con fidelidad sus
actitudes, complejos, vicios y anomalías a través de diálogos y
situaciones empapadas de mala leche. Si bien el cineasta se ha retirado
del cine de horror del inicio de su carrera, en esta ocasión ha creado
no sólo una historia incestuosa de fantasmas, sino también una galería
monstruosa de personajes reconocibles. En especial, sobresale la actriz
desesperada que Moore interpreta con una vulgaridad temeraria –imaginen
a Lindsay Lohan dentro de 10 minutos– que no se intimida ante las
escenas más denigrantes.
La visión del estadunidense Bennett Miller sobre su propia sociedad es mucho más sobria en Foxcatcher,
su tercer largometraje. Adaptada de una historia real, la película es
un drama que narra el destino de dos hermanos, Mark (Channing Tatum) y
Dave Schultz (Mark Ruffalo), medallistas olímpicos de lucha cuando, en
1987, entran bajo la influencia del siniestro millonario John du Pont
(Steve Carell, en un registro totalmente ajeno a la comedia),
obsesionado con ganar más medallas de oro en las olimpíadas de Seúl, y
así ganarse la aprobación de su madre (Vanessa Redgrave).
Sin
caer en la obviedad, Miller y sus guionistas E. Max Frye y Dan
Futterman, delinean la frágil sicología de Mark, quien siempre se ha
sentido a la sombra de su hermano. Detalle que es manipulado por Du
Pont para lograr su objetivo de sentirse dueño de la situación. Con una
estupenda dirección de actores y su estilo nada ostentoso, el
realizador pinta un cuadro patológico derivado de la filosofía del
ganador. Aunque uno advierte que las cosas no pueden marchar bien en
esas condiciones, el clímax trágico es tan sorprendente por la forma
casual con la que Miller la resuelve.
Una forma diametralmente opuesta de cine hollywoodense es la que se
ha promovido aquí en días recientes. Trepados a un tanque de guerra que
circulaba por la Croisette, posaban las estrellas principales de The expendables 3 (Los indestructibles se llama la franquicia en México). El Star System
no ha estado tan presente en la sección oficial de Cannes, pero bien
que ha venido al puerto para promoverse y hacer negocios. Si alguien
quiere fotos y entrevistas, pues ahí están Sylvester Stallone, Harrison
Ford, Mel Gibson y Antonio Banderas, entre otros, para lo que se
ofrezca.
Twitter: @walyder
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