Por: Angélica Jocelyn Soto Espinosa
Cimacnoticias | México, DF.-Tras
ser liberadas del Centro Federal de Readaptación Social Femenil en
Tepic, Nayarit, este sábado 29 de noviembre, las tres jóvenes detenidas
arbitrariamente durante la marcha del pasado 20 de noviembre en esta
capital, en apoyo a los normalistas desaparecidos de Ayotzinapa,
denunciaron haber sido víctimas de violencia y tortura.
En conferencia de prensa ayer, Liliana Garduño Ortega, Tania Ivonne
Damián Rojas y Hilary Analí González Olguín declararon que la forma
violenta y arbitraria en la que fueron detenidas les hizo pensar que
serían “desaparecidas” y que no regresarían con vida.
El sábado, el Juzgado 17 de Distrito, en Xalapa, Veracruz, declaró por
falta de pruebas el auto de formal libertad para las 11 personas
detenidas el 20 de noviembre (entre ellas las tres mujeres recluidas en
el penal femenil de Tepic), acusadas de intento de homicidio,
asociación delictuosa y motín.
Las tres jóvenes coincidieron en que asistieron a la marcha para
protestar de forma pacífica y documentar el movimiento social; que
durante su detención hubo exceso de violencia; y que en el traslado a
la Subprocuraduría Especializada en Investigación en Delincuencia
Organizada (SEIDO), de la PGR, no se les informó de lo que estaba
pasando.
Por: Angélica Jocelyn Soto Espinosa
Cimacnoticias | México, DF.-Las
Abuelas de Plaza de Mayo (organización con más de 37 años en busca de
sus familiares desaparecidos durante la dictadura militar en Argentina)
brindó su experiencia y solidaridad a madres y padres de los 43
normalistas desaparecidos el pasado 26 de septiembre en Iguala,
Guerrero.
En una charla de tres horas, familiares de los estudiantes de la Normal
Rural “Raúl Isidro Burgos”, desaparecidos presuntamente por policías
municipales y el grupo criminal “Guerreros Unidos”, se reunieron con
Estela de Carlotto, presidenta de las Abuelas de Plaza de Mayo, quien
reconoció que la búsqueda de las madres de Ayotzinapa es similar a la
lucha de su propia organización.
De
Carlotto dijo ayer en conferencia de prensa en el Centro de Derechos
Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, en esta capital, que al igual que
las abuelas que perdieron a sus hijas y nietos durante la dictadura
militar (1976-1983), en México son las familias de Ayotzinapa quienes
están saliendo a buscar a sus hijos.
“He recordado mi misma historia, la historia de mis compañeras las
abuelas, que con lágrimas de no saber qué hacer empezamos la búsqueda”,
destacó la activista, quien apenas hace tres meses recuperó finalmente
a su nieto.
Recordó que durante los inicios de su organización la prensa
desinformaba a la población y culpabilizaba a las víctimas, como (según
acusan las familias de Ayotzinapa) ocurre en México con la desaparición
de los 43 normalistas.
Por: Lydia Cacho*
Cimacnoticias | México, DF.- Hay
quienes corren por su vida y quienes corren hacia la vida. Tal vez la
razón primordial para huir sea la misma, pero la decisión estratégica
de la salida es lo que me interesa comprender.
La corresponsal de guerra australiana Jill Jollife escribió una brutal
biografía titulada “Run for your life” (Corre por tu vida), en la que
la periodista detalla su extraordinaria tozudez para encontrar la
verdad dentro de un movimiento insurgente en Indonesia, búsqueda que
estuvo a punto de costarle la vida.
Era el Estado y no los guerrilleros el que intentaba asesinarla, porque
en esos contextos en que la mayoría de los medios reproducen los
discursos oficiales sin cuestionarlos, ella supo entender que la
rebelión social era no solamente válida, sino un asunto de justicia y
ética social.
Jill se pregunta: “¿Por qué una sociedad no entiende que sólo unida puede reconstruir a un país entero?”.
En otro continente, desde Portugal, un hombre tierno y sabio nos había
dado ya algunas respuestas a estas preguntas. Se llama José Saramago,
el Premio Nobel de Literatura y autor, entre otros libros, de “Ensayo
sobre la ceguera”, “Todos los nombres”, “Ensayo sobre la lucidez”, “El
viaje del elefante”, y “Caín”.
Por: Anayeli García Martínez
Cimacnoticias | México, DF.-Con
todo y la violencia que azota al país –entre cuyas principales víctimas
está la población migrante– y el desinterés de las autoridades para dar
seguridad, la caravana de madres centroamericanas –que por décimo año
visita México en busca de sus hijas e hijos desaparecidos– cosechó
logros al localizar a mujeres y hombres migrantes de los que no se
sabía su paradero.
Cuarenta y cinco mujeres de Nicaragua, El Salvador, Honduras y
Guatemala integran este año la X Caravana de Madres Centroamericanas
“Puentes de Esperanza”, que el pasado 20 de noviembre llegó a nuestro
país para recorrer, hasta el próximo 7 de diciembre, más de tres mil
kilómetros y visitar 23 ciudades en 10 estados, en un intento más para
localizar a personas migrantes.
Al llegar al punto fronterizo de El Ceibo, en el estado de Tabasco, las
mujeres denunciaron que prácticamente el gobierno mexicano orilló a las
y los migrantes a buscar la “invisibilidad, el anonimato y la ayuda de
profesionales por las rutas de la clandestinidad”.
Dijeron que las “maras”, pandillas, cárteles, bandas locales de México,
policías, autoridades corruptas, maquinistas y “garroteros” de los
trenes controlan la ruta migrante, y “enganchan, extorsionan, roban,
secuestran, violan y asesinan”. Tan es así que –advirtieron– México se
convirtió en una “gran fosa clandestina”.
Por: Anayeli García Martínez, enviada
Cimacnoticias | Oaxaca, Oax.- Esta vez la hondureña Juana Oliva Vázquez no pudo aguantar la indignación y rompió en llanto al saber que su hijo, Carlos Humberto Murillo Oliva, desaparecido hace 16 años, presuntamente fue torturado, incriminado de homicidio, condenado a 50 años de prisión, y recluido en el penal de Santa Martha Acatitla, en la Ciudad de México.
La mañana del pasado viernes, un grupo de mujeres de la X Caravana de Madres Centroamericanas “Puentes de Esperanza” –que recorre el país desde el pasado 20 de noviembre y hasta el próximo 7 de diciembre– fue a revisar la lista de extranjeros presos en el Reclusorio Norte del Distrito Federal, donde Juana Oliva encontró el nombre de su hijo desaparecido.
Ella, acompañada por otras madres y por integrantes de la Clínica Jurídica del Programa de Derechos Humanos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), pidió ver las fichas fotográficas.
Al observar la de Carlos, aseguró que era su hijo y exigió verlo, pero le informaron que él fue trasladado al penal de Santa Martha Acatitla, hasta donde la llevaron para verlo y corroborar que era su hijo.
Por: Anaiz Zamora Márquez
Cimacnoticias | México, DF.- El
Estado mexicano ignora cómo actúa la epidemia de VIH y Sida en las
mujeres, pues no ha creado una base de datos con cifras desagregadas
por situación geográfica, económica o características poblacionales,
que permitan desarrollar políticas públicas específicas; lo que también
le impide responder al llamado internacional de reducir la brecha entre
quienes viven con el virus y quienes acceden al tratamiento.
Este año, en el Día Mundial de Lucha contra el Sida –que se conmemora
hoy–, el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida
(ONUSIDA) lanzó la campaña “Cerremos la brecha”, que busca acortar la
distancia entre quienes reciben los servicios de salud contra la
enfermedad y quienes quedan rezagados.
Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), aunque el número
de personas que acceden al tratamiento antirretroviral aumentó
considerablemente en los últimos 10 años, existe un rezago considerable
que debe ser atendido.
El informe “Tratamiento antirretroviral bajo la lupa: un análisis de
salud pública en América Latina y el Caribe 2014”, publicado por la
OPS, da cuenta de que mientras en 2003 se estimaba que 210 mil
personas de todas quienes vivían con VIH recibían el medicamento, en
2013 el estimado ascendió a 795 mil, es decir el 56 por ciento del
total de quienes necesitan tratamiento, y el 44 por ciento de todas las
personas con VIH.
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