12/03/2014

Los periodistas pal café. . .






La respuesta a las calles se dio en las curules. De las manifestaciones públicas, crecientes, pacíficas y plurales, al madruguete en el Palacio Legislativo de San Lázaro, donde PRI y PAN, con el apoyo del Verde, aprobaron de manera relampagueante una carta represiva que mantenían bajo la manga desde abril pasado.
Diputados convertidos en trajeados granaderos que pretenden encapsular el derecho a la expresión pública de las inconformidades, utilizando como presunto justificante de sus decisiones provocadoras la movilidad y la ecología, al facultar a las autoridades gubernamentales a la virtual prohibición (encapuchada de regulación) de las manifestaciones públicas.
Falta la aprobación del Senado (donde le es más fácil al PRI imponer su voluntad, con panistas y perredistas alineados y la presidencia fársica de Héctor Miguel Bautista), pero ya en San Lázaro se confirmó la calculada intención del peñismo y sus aliados de generar un clima propicio para la cancelación de libertades de expresión y manifestación, a partir de los infiltrados, la provocación y los medios de comunicación que prefieren destacar los episodios violentos y no las marchas pacíficas. El gobierno federal, y su comisionado para el Distrito Federal, el mal procurador Miguel Ángel Mancera, han promovido o cuando menos han dejado correr la película de los destrozos, los incendios y la sangre para tratar de justificar medidas como la autorizada ayer por una de las dos cámaras legislativas.
No se trata de un arranque ni una ocurrencia. Gobernadores intensamente deseosos de hacer el trabajo sucio a Los Pinos (Chiapas, Quintana Roo y Puebla) ya dieron pasos, meses atrás, en la misma dirección, haciendo aprobar ordenamientos restrictivos de las manifestaciones públicas e incluso, en el caso de Rafael Moreno Valle, por ello apodado el Góber Bala, propiciatorios del uso extremo de la fuerza pública, con disparos de armas de fuego incluidos. Ante la crítica reacción popular, en esos estados se dio marcha atrás o se atenuaron las medidas autoritarias, pero el ensayo cumplió sus objetivos de presagio.
Lo que han aprobado los diputados-granaderos y llegará a la cachiporra senatorial es una propuesta de Ley Bala nacional. La restricción del derecho a manifestarse tiene como consecuencia natural la autorización a las autoridades gubernamentales para aplicar sus recursos de disuasión y represión para hacer cumplir las órdenes prohibitivas. En los hechos, los gobiernos federal y capitalino están aplicando un método de amedrentamiento a manifestantes mediante la provocación de violencia (cuyos verdaderos causantes siempre logran huir), luego que marchas y manifestaciones tan concurridas como pacíficas se han dado por terminadas, y la posterior arremetida contra ciudadanos sin relación con los hechos, los que suelen ser encarcelados, golpeados y amenazados, aunque luego se les puede dejar en libertad, como ha sucedido en episodios recientes.
La pretensión restrictiva aprobada ayer en San Lázaro da cuenta del ánimo desesperado de un gobierno federal que no atina a plantear salidas o soluciones pacíficas y prefiere apostar por el uso de la fuerza y la imposición de políticas de granadero.
El próximo sábado se cumplirá un siglo de que entraron triunfantes a la ciudad de México los revolucionarios ejércitos norteño y suriano, encabezados respectivamente por Francisco Villa y Emiliano Zapata. De aquellos episodios de poder popular cabalgante quedó como imagen perdurable la de los dos generales en Palacio Nacional, uno de ellos, Villa, sentado en la mera silla presidencial. En conmemoración de ese episodio se realizarán caravanas hípicas este 6, unas en cívico entendimiento con autoridades capitalinas e intencionalidad rigurosamente apacible, y otras desde más de una docena de puntos de la periferia, en una toma política en protesta por las políticas antiagraristas, antipopulares y entreguistas de la administración de Enrique Peña Nieto y de la inmensa mayoría de los gobernadores estatales.
Aun cuando la atención pública está centrada actualmente en las explosiones de descontento fundamentalmente urbanas y de clases medias (aunque detonadas por el caso de una normal rural, la de Ayotzinapa), en el campo mexicano se vive una presionante insatisfacción a causa de las políticas gubernamentales promovidas o toleradas por el peñismo. No se trata solamente del desasosiego derivado de los problemas de comercialización o de las trabas, corrupción y manipulación inherentes a la aplicación del sistema oficial asistencialista.
Campesinos, comuneros, ejidatarios y pequeños propietarios han recibido demasiadas señales de que van cambiando las reglas de la operación rural, con políticos gobernantes aliados a empresas nacionales y extranjeras en proceso de quedarse con tierras y riqueza (entre ellas el agua), en virtuales planes de expropiación desde las cúpulas. Un ejemplo impactante lo dieron las fórmulas aprobadas en la reforma energética, que mostraron las pretensiones de ceder a inversionistas nativos y foráneos franjas de propiedad privada para servidumbres de paso.
Otro tema inquietante es el de la renovación o cancelación de las concesiones de agua. Empleados de compañías particulares, contratadas por Conagua, han recorrido el país para verificar que unos 450 mil mexicanos están en uso de sus pozos. Una suma aún imprecisa de esos concesionarios se ha visto de pronto dictaminada como carente de condiciones para que se le dé nueva vigencia a los permisos que han vencido de 2009 a la fecha. Ha sido fácil encontrar causales para esa virtual cancelación (falta de recibos de pago de electricidad o consumo de diesel, equipo de bombeo retirado por no ser temporada de riego, etc.) Antes, el hombre de campo tenía un título de concesión y ahora a lo mucho se expide una jurídicamente manipulable constancia de registro de obra de alumbramiento. Si la del futuro es la guerra por el agua, pareciera que en México ha comenzado, con Conagua retirando concesiones y empresas particulares dispuestas a hacer negocio. ¡Hasta mañana!
Twitter: @julioastillero, Facebook: Julio Astillero, Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx



Los malos mexicanos que vieron con desconfianza el regreso del PRI y sacaron su dinero –convertido en dólares– del país, y compraron condominios o casas en Houston, San Antonio, San Diego o Nueva York, e invirtieron en negocios locales, porque les latió que el priísmo que volvía era el mismo que se había ido en el año 2000, esos malos mexicanos están viendo que sus cálculos no fallaron. Compraron dólares a 11 o 12 pesos, y la devaluación les ha dado un premio magnífico: ayer la moneda mexicana continúo devaluándose. En cambio, los buenos mexicanos que conservaron su capital en el país, y lo invirtieron aquí, fueron premiados con una artera reforma fiscal que trasladó parte de su dinero a las arcas del gobierno, muchos tienen que pagar derecho de piso a las mafias y en ciertas regiones viven bajo narcogobiernos, como el perredista de Iguala. Para ponerlo en cifras: el dólar brincó ayer a $14.40 y el barril de petróleo de Pemex bajó a $61.07 dólares.
Los árabes
Si lo que buscaban los países árabes del cártel de la OPEP era quebrar a sus nuevos competidores, lo están logrando. Los inversionistas estadunidenses que ayudaron a financiar el boom del petróleo de esquisto o shale están enfrentando pérdidas potenciales por 11 mil 600 millones de dólares por la caída de los precios del crudo. Las compañías que prestaron 90 mil millones de dólares en deuda a firmas como Halcon Resources, Sandrige o Goodrich Petroleum han sido las más golpeadas por la decisión de la OPEP de no reducir la producción petrolera y el consecuente desplome de los precios a los niveles más bajos en cinco años. Por lo menos 21 regiones productoras de shale en Estados Unidos están en riesgo de dejar de ser redituables si el precio del crudo cae por debajo de los 60 dólares. El precio del barril de West Texas Intermediate ha bajado 18 por ciento desde junio y llegó esta semana a 66.15 dólares, según datos de la oficina de Información sobre Energía.
Buena inversión
El departamento en Miami cuya propiedad hizo pública Angélica Rivera en el video de Youtube sobre la Casa Blanca fue adquirido mediante la creación de una empresa, UNIT 304 OTO Inc, de la cual es única propietaria, de acuerdo con una investigación de la periodista Dolia Estévez. Es un amplio departamento con vista al océano Atlántico, que se encuentra en la unidad Ocean Tower One, en la isla Key Biscayne, de Miami. Mide 286 metros cuadrados y el conjunto cuenta con piscinas, canchas de tenis y acceso directo a la playa. Su costo el año que fue adquirido era de un millón 775 mil dólares, hoy su precio sería de 3 millones 262 mil dólares. La señora Rivera paga anualmente impuestos por la propiedad de alrededor de 30 mil dólares. ¿Hay, propiedades más caras en la zona? Sí las hay, por supuesto. También resulta favorecida por la devaluación.
Urbi sobrevive
La desarrolladora de vivienda Urbi –la más importante de Baja California, propiedad de los hermanos Pérez Román– informó que solicitó, junto con la mayoría de sus acreedores, el concurso mercantil con plan de restructura de su deuda por 33 mil millones de pesos y otras obligaciones. Urbi sigue el camino de sus similares Geo y Homex, que también están en concurso mercantil para renegociar sus pasivos. Las tres empresas comenzaron a incumplir con el pago de sus deudas el año pasado, debido a un cambio en la política de desarrollo habitacional que impuso el nuevo secretario de la Reforma Agraria, Jorge Carlos Ramírez Marín. Según esto ya no quiere conjuntos horizontales, sino edificios altos. Tronó a las vivienderas y desató una crisis que no termina. Urbi, con 33 años de actividad, espera vender 10 mil viviendas el próximo año y 29 mil para el año 2020 en el plan de negocios en el que basa su restructura. De acuerdo con un comunicado emitido por la empresa, continúa teniendo una situación de liquidez limitada para manejar sus operaciones y cumplir sus obligaciones, por lo que sigue trabajando en obtener un financiamiento adicional y la reactivación de créditos puente parte de sus principales bancos acreedores. Es gente norteña muy trabajadora, desafortunadamente le cayó la plaga.




El presidente del muy influyente think tank Council on Foreign Relations (CFR) –que publica Foreign Affairs (nov/dic 2014)–, el israelí-estadunidense Richard Haass, acepta el desenredo del mundo desordenado.
Es mejor leer su ensayo al estilo desconstructivista del filósofo galo Jacques Derrida, cuando Richard Haass atribuye, aun en un escenario de óptimo desempeño de Estados Unidos, la mayor erosión del orden como consecuencia de una más amplia distribución del poder y una descentralización (sic) de la toma de decisiones, así como de la percepción sobre Estados Unidos y sus actos, por lo que la cuestión no es tanto saber si el mundo continuará desenmarañándose, sino qué tan rápido y tan lejos lo hará.
Aduce que el orden se ha desenredado debido a la confluencia de tres tendencias:
1) El poder en el mundo se ha difundido a un mayor número y rango de actores.
2) La disminución del respeto al modelo político y económico de Estados Unidos.
3) Las opciones específicas de la política de Estados Unidos, especialmente en el Medio Oriente, han provocado dudas sobre el juicio estadunidense y la confianza de las amenazas y promesas de Estados Unidos.
El resultado neto sería que mientras la fuerza absoluta (¡supersic!) de Estados Unidos sigue siendo considerable, su influencia ha disminuido.
¡Vaya paradoja: mientras Estados Unidos es supuestamente más poderoso que nunca, como sucedió en la breve cuan atípica fase unipolar, ahora es más débil en la fase multipolar!
Considera que una mayoría del público estadunidense ha incrementado su escepticismo en su involucramiento global, no se diga en su liderazgo, y juzga que el presidente debe persuadir a una sociedad estadunidense cansada de guerras de que el mundo es todavía importante.



Para efectos prácticos, y con el fin de ahorrar tiempo y esfuerzo, quienes se dedican a realizar estimaciones de corto y mediano plazos sobre el comportamiento económico del país decidieron utilizar una calculadora que sólo reste, porque en los últimos 24 meses esa ha sido la tendencia real del crecimiento nacional, cada día más alejada del discurso oficial.
Tal es el caso de los especialistas en economía del sector privado permanentemente consultados por el Banco de México, quienes para noviembre del presente año aplicaron un tijeretazo adicional a su de por sí alicaída proyección en la citada materia, algo que por lo demás fue práctica común también en 2013. Así, el prometido futuro promisorio (Videgaray dixit) para el país y sus habitantes no sólo se mantiene en lista de espera, sino que se desmorona.
Independientemente de los recurrentes tijeretazos aplicados por organismos internacionales, instituciones académicas y agrupaciones de profesionales, al cierre de noviembre pasado tales especialistas (37 grupos de análisis y consultoría nacionales y extranjeros) nuevamente recortaron su estimación sobre el crecimiento económico mexicano (de 2.3 en octubre a 2.19 en el mes citado), el número 10 de 11 posibles en el periodo (el círculo no fue perfecto, porque en agosto y septiembre de 2014 mantuvieron su pronóstico, previamente revisado a la baja).
Así, en los 11 meses transcurridos de este zarandeado 2014 el recorte acumulado entre la estimación original y la de noviembre fue de 36 por ciento (de 3.41 al referido 2.19 por ciento, sin olvidar que aún falta la reconsideración de diciembre), con todo y que a mediados de año el ministro del año todavía se animaba a declarar que una vez aprobadas las leyes secundarias, los beneficios serán tangibles para la gente.
El problema se agudiza, cuando esos mismos especialistas consultados por el Banco de México también utilizan las tijeras para recortar su proyección económica para 2015, la cual a lo largo del presente año ha caído en alrededor de 12 por ciento, toda vez que del 3.97 por ciento original reconsideraron a 3.51 por ciento, y descontando. Y para 2016 ya afilan el artefacto.
Como se menciona líneas arriba, a lo largo de 2013 los grupos de análisis y consultoría que participan en dicho ejercicio trabajaron arduamente en eso del corte y la confección de la estimación económica, y cerraron el año con una raquítica proyección de 1.3 por ciento. Sin embargo, la realidad incluso fue más cruel, porque en los hechos el crecimiento a duras penas fue de 1.07 por ciento, el cual para efectos prácticos se redondeó en 1.1.
Es decir, los grupos quedaron ligeramente cortos en su estimación para 2013, algo que puede repetirse para sus recortadísimos pronósticos de 2014, porque el 2.19 por ciento hasta noviembre puede ubicarse, incluso por debajo del 2 por ciento, ya considerado diciem bre. Y los especialistas están confiados en que el inquilino de Los Pinos no los sume al complot del que se dice víctima, pues la realidad cada día está más lejana del discurso.
Aun en la incierta posibilidad de que se conviertan en realidad sus pronósticos para 2014 y 2015, la tasa anual promedio de crecimiento en la primera mitad del sexenio peñanietista a duras penas alcanzaría 2.2 por ciento, o lo que es lo mismo, la misma mediocridad registrada en los cinco sexenios previos, o si se prefiere un logro en extremo alejado de lo mínimo requerido por el país para comenzar a salir del hoyo.
En otro orden, los especialistas del sector privado estimaron que a lo largo del año la generación de empleo formal no pasará de 675 mil plazas y que la tasa oficial de desocupación abierta no presentará mayores alteraciones. Para 2015 proyectan 697 mil plazas y una mínima reducción de la citada tasa.
En cuanto a los principales factores que podrían obstaculizar el crecimiento económico del país, a juicio de los grupos consultados por el Banco de México la primerísima posición la ocupan los problemas de inseguridad pública, indicador que de noviembre de 2013 a igual mes de 2014 reportó un crecimiento de 160 por ciento.
En la segunda y tercera posiciones los especialistas ubicaron la debilidad del mercado externo y la economía mundial y la debilidad en el mercado interno, aunque ambos se mantuvieron en niveles similares. Contra el sentir de los empresarios y de los causantes cautivos, los grupos consultados por el Banco de México redujeron sensiblemente el efecto negativo de la política fiscal, aunque el peligro que ésta implica lo ubicaron en el cuarto escalón.




Leticia Luna, poeta y editora, leyó hace una semana frente a la Procuraduría General de Justicia las siguientes y otras palabras: “Nos balacearon, nos golpearon/ quemaron nuestros cuerpos/ nuestras cenizas las tiraron al río San Juan//… confirman las mentiras de la tv/ por la mañana/ 43 días después/ 43 jóvenes desaparecidos por el gobierno// Me vestiré de negro 43 meses/ 43 años 43 siglos/ ¿Alguien ha visto a mi hijo?/ ¿Alguien vio el cadáver de mi hermano?” (Declaración de otoño). La referencia es clara, pero el motivo específico de esa acción pacífica –a la que acudieron alrededor de 40 lectores más– era la liberación, finalmente conseguida, de los 11 detenidos de la manifestación del 20 de noviembre.




El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, expulsó ayer de la coalición gobernante a los ministros de Finanzas, Yair Lapid (de la formación Yesh Atid), y de Justicia, Tzipi Livni (del partido Hatnua), y pidió la disolución del parlamento y una convocatoria a elecciones anticipadas, a raíz de los disensos provocados en el gabinete por la impugnada ley del Estado nación judío, en curso de aprobación.

Arqueólogos piden justicia por Ayotzinapa
Los participantes de 22 países en la XII Conferencia Internacional de Antropología, en Cuba, firmamos el siguiente pronunciamiento, que fue acompañado el 28 de noviembre por una marcha en demanda de justicia para Ayotzinapa, en apoyo a los padres de los 43 normalistas desaparecidos y de la sociedad mexicana:

De Martí a Fidel, del Moncada a Cuito Canavale, de Sierra Maestra a Playa Girón y aquel obligado socialismo de guerra para conjurar la invasión, los tiempos heroicos de Cuba pasaron, y hoy emprende los nuevos caminos que le garanticen patria con independencia, justicia y más revolución.

Apesar de haber dedicado muchos años de mi vida a fundaciones e iniciativas sociales que apoyan la lucha contra la pobreza y la discriminación, no puedo mirar sin recelo la metodología del Teletón. Como pocas veces, la emisión 2014 del Teletón topa con cuestionamientos cada vez más severos, evidentes en las redes sociales, como críticas de la Organización de Naciones Unidas (ONU). Quizá mi reparo está motivado porque es una obra vinculada a los legionarios de Cristo, tal vez porque el Teletón está emparentado a la imagen de empeño social que quiere, contradictoriamente, difundir Televisa. Dos instituciones importantes en la sociedad mexicana que han generado poder y ambivalencias culturales.

El imaginario de los presidentes mexicanos, respecto de sus modos de vida futura, poco o nada tiene en común con los de la gran mayoría de los ciudadanos normales. Revisando la historia reciente (que ya es antigua) se verá cómo, desde los tiempos idos del siglo pasado, Luis Echeverría A. acumulaba propiedades en cuanto desarrollo turístico se abría en el país. Sus casas y amplísimos terrenos se cuentan por docenas. Su compañero de andanzas infantiles, López Portillo, se apoltronó en el regalo que le hicieron: una ciudadela amurallada de finísima calidad para él y su familia. Ya en años más recientes la opulencia y la megalomanía han sido compañeras inseparables de los titulares del Ejecutivo federal. Carlos Salinas está sentado sobre una fortuna que le permite (a través de varios medios sobre los cuales ejerce más influencia de lo aconsejable) seguir presentándose como un factor en el diario quehacer actual. Vicente Fox se retiró a retozar, como hacendado decadente, en su rancho convertido, de improviso, en monumento (pagado por los ricos regiomontanos harto favorecidos por él) a la tontería pedagógica. Ernesto Zedillo, después de levantar una residencia de exposición, que pocas veces usa, se marchó al extranjero para someterse a una aventura trashumante de predicador neoliberal. Los favores que otorgó a grandes trasnacionales durante su gestión le fueron recompensados, aunque con la tacañería acostumbrada de esos centros de poder mundial. El turno de Peña Nieto no se quiere quedar atrás. Su Casa Blanca de Las Lomas apunta hacia un modo de vida equiparable al de 0.1 por ciento de privilegiados. Muy distante anhelo del restante 99.9 por ciento de sus gobernados, los cuales no pueden, ni en sueños guajiros, igualar.

El 20 de noviembre Barack Obama decidió hacer efectiva una de las herramientas que los presidentes del vecino país tienen para cambiar alguna política doméstica o bien por cuestiones de guerra, la denominada orden ejecutiva. Si bien se señala que tendría que haberlo hecho antes, lo que parecería quedar claro es que quiso intentar convencer a los republicanos de la importancia de transformar la política migratoria y consensuar una reforma migratoria integral. En esta estrategia de búsqueda de consenso, aceptó llevar a cabo una política de deportaciones, de tal magnitud –2 millones de personas– que fue llamado Jefe de Deportaciones. Se le pidió que reforzara la frontera si quería que se discutiera la reforma migratoria, lo que también hizo, pues incrementó el presupuesto 24 por ciento en 2012 para alcanzar la cifra de 18 mil millones de dólares para luchar contra la inmigración a lo largo de la frontera (Papademetrious) y se aumentó a 21 mil 391 los miembros de la Patrulla Fronteriza. Es decir, fue cumpliendo con las exigencias de los republicanos, pero sin el más mínimo éxito. Y eso lo impulsó a tomar la decisión que ha provocado la ira furibunda de sus adversarios republicanos, quienes señalan que el presidente está envenenando el debate, que es como poner delante de un toro un trapo rojo, y que ahora sí, la reforma migratoria se quedará en el limbo.
La declinación del imperio romano comienza después de la muerte de Marco Aurelio y estuvo marcada por el predomino de lo que los historiadores llaman el despotismo militar. Pero la fuerza armada y la represión no pudieron detener el deterioro institucional, político y moral. La caída de Roma era inevitable. Habiendo desaparecido la justicia de la lista de prioridades del cuerpo político, el proceso culminaría con la disolución, por más que una casta privilegiada pretendiera apoyarse en la violencia para dominar y sojuzgar.

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