Antonio Gershenson
Fue una sorpresa, entre
otros para los autores del fraude electoral, que en la votación de la
jornada extraordinaria para diputado federal en el distrito uno de
Aguascalientes, realizada el domingo 6 de diciembre, el Partido del
Trabajo (PT) no sólo lograra la cantidad de votos necesaria para anular
dicho fraude, sino que fue de más del doble: rebasó los 14 mil sufragios
frente a los 3 mil y pico que tuvo en los comicios anteriores, que
fueron invalidados.
Yo esperaba que se superara de todos modos el monto necesario, por el
trabajo intenso que se desarrollaba ahí. Pero resulta, y me enteré por
un parrafito medio perdido, casi al final de una nota al respecto del
lunes 7 de diciembre en la página tres de este diario, que esto también
fue posibilitado
porque sus ex aliados, el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y Movimiento Ciudadano, no presentaron candidatos.
Esto es, en mi opinión, muy importante en varios sentidos. Además de
la intensa labor del PT, suficiente para romper los efectos del fraude,
en estas condiciones, al no haber otros candidatos de izquierda, la gran
mayoría de los votos de ese sector fue para el Partido del Trabajo.
Segundo, porque la no presentación de candidatos fue un acto
solidario que debe ser reconocido como tal, no simplemente
descalificarlo como
agentes del gobiernoo algo así, porque fue lo contrario, fue contra la expresión del gobierno, que en este caso era el fraude electoral, acompañado de medidas que ya daban por muerto al PT y sólo preparaban su entierro.
Es muy importante que la ventaja fuera muy amplia sobre lo necesario
para matar el fraude. Y con esto, se mata de antemano también cualquier
nuevo intento en ese sentido. Quienes orquestaron el fraude estaban
sorprendidos por el número de votos. Y no es que sean muy inteligentes,
que son lo contrario, sino que esta sorpresa muestra que ya nada pueden
hacer al respecto.
Una información importante, que afloró ahora de nuevo, es el
argumento empleado por los abogados del PT desde el principio, de que
para que cualquier medida, en especial la expulsión, tuviera efecto, se
necesitaban los 300 distritos, y en la realidad faltaba uno.
La Constitución repite, para el derecho del PT a seguir viviendo, el
requisito de 300 distritos en los artículos 41, 51, 52, 53 y 54. El
planteamiento está en el artículo 94. Los partidarios del fraude se
basaron en leyes reglamentarias, ubicadas en segundo lugar frente a la
Constitución.
Los argumentos y el apoyo popular fueron muy importantes en la
campaña, que tuvo dificultades, como el hecho de que a ellos les tocaba
la séptima copia de los documentos, y en varios casos eran ilegibles.
En situaciones de dificultades, había compañeros de refuerzo o para
sustitución. Llegaron apoyos humanos, miembros del PT de varios estados.
Al final, lógicamente, había un ambiente de fiesta. Con todo esto, creo
que para nosotros ya no puede ser una sorpresa, sino que es un proceso
muy explicable.
Hay otro hecho importante en estos días en relación con el PRD. Se publicó, en La Jornada,
página cinco, del martes 8 de diciembre, un desplegado de plana entera
contra la alianza en Veracruz entre autoridades de ese instituto
político y el Partido Acción Nacional (PAN), para las elecciones de
gobernador del estado. Firma un amplio número de personalidades,
funcionarios de varios niveles y diferentes lugares de la entidad.
Ya hemos mencionado la publicación de otros desplegados de miembros
del sol azteca, pero éste es del estado en que supuestamente este
partido participaría junto con el PAN, y digo supuestamente porque el
desplegado da la impresión de ser tal vez hasta mayoritario.
Unos días antes, en el mismo periódico, el pasado viernes 4, se
informó que tres senadores de la misma opción política plantearon al
dirigente nacional del PRD que estaban en contra de las alianzas con el
PAN.
Ya lo hemos dicho, no se puede juzgar al PRD en bloque, en general,
pero también dadas las contradicciones evidentes en sus filas.
Esto nos da más elementos porque no sólo puede haber un acto positivo
en el PRD, como el del apoyo efectivo al Partido del Trabajo, sino hay
una lucha amplia y sostenida por eliminar los aspectos negativos de su
política, como la alianza con el blanquiazul.
Detrás de esto hay una discusión más general, en la que ya hemos
participado: ¿Debemos seguir pugnando por una izquierda unida contra sus
enemigos, el Partido Revolucionario Institucional y el PAN, o se debe
perpetuar la división que tantos daños causó a la izquierda y al pueblo
en las pasadas elecciones? ¿O el
yo o nadiecomo bandera de la pulverización de la izquierda?
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