Antonio Gershenson
En este periódico, el pasado lunes 14 vimos una foto en el lugar principal con una gran manta que decía
We are all immigrants, todos somos inmigrantes. Esto es cierto, y no sólo en sentido figurado, sino porque vemos a las personas en la foto y ninguno es indio. Incluso los indios, o sus ascendientes, inmigraron desde el norte, pero hace muchísimo tiempo, y los gorilas o lo que hubiera antes de ellos nunca iban a reclamar la nacionalidad.
La primera parte de lo escrito ha sido muy reproducida, pero no he
visto que la segunda también lo fuera. Y vale la pena que hagamos un
comentario sobre ella. Los indios han pasado a ser minoría, en parte por
el trato discriminatorio contra ellos, y recordemos que hubo la famosa
guerra entre norte y sur. Todavía hace unas décadas hubo un gran
movimiento en defensa de los negros y en general de los grupos genéricos
denostados en el sur.
Ahora la tendencia discriminatoria no se divide por la geografía,
sino por la política. Y no es sólo, ni siquiera principalmente, contra
los negros, tal vez el más numeroso grupo discriminado es el mexicano,
pero hay de varias nacionalidades. Y el pretexto es que no les han dado
el papelito de naturalizados.
Pero, muchos años después de la Segunda Guerra Mundial, y antes, hubo
una inmigración importante desde Europa. ¿Ellos fueron discriminados
así? Evidentemente, no.
Se quiere disfrazar esta discriminación como simple cumplimiento de
una ley, pero es evidente que éste ha sido muy diferente en cada
gobierno estadunidense. Y cambia con el viro gubernamental, como ahora,
hacia la derecha. Como lo tenemos aquí.
El encabezado principal del mismo periódico, arriba de la foto, dice:
Deportaré a 3 millones de indocumentados: Trump. El gobierno saliente también deportaba, pero el entrante amenaza con algo peor. Y una buena parte de los deportados lo ha sido hacia México.
Es muy importante que los gobernantes de las tres principales
ciudades de Estados Unidos –Nueva York, Los Ángeles y Chicago--, que
también tienen a muchos inmigrantes en su población, se hayan
pronunciado contra la deportación masiva anunciada por Trump, y presente
medidas para evitarlo. Otros funcionarios de diferentes lugares se
expresaron en el mismo sentido.
Al mismo tiempo se habla del Acuerdo de Asociación
Transpacífico (ATP), en formación, del que Trump dice que Estados Unidos
debe salir.
Se plantea que países latinoamericanos no deben salir, sino seguir
sin el país del norte. Al mismo tiempo, se está formando otro bloque
comercial del Pacífico, con 26 países, principalmente de Asia, incluidos
China e India.
Trump dijo que no quería el ATP, sino convenios bilaterales.
Agarrarse, por ejemplo, a cada país latinoamericano, aislado. Y ya ha
tenido conversaciones por teléfono con el presidente de México, que se
declara muy satisfecho.
En este contexto, se dio la visita del presidente de China a Perú y a
Chile, a partir del 12 de noviembre, con resultados precisamente de una
asociación estratégica y varios acuerdos comerciales. China es la
principal en el comercio exterior de Chile. Se firmó un tratado de Libre
Comercio entre Perú y China. Se firmaron en total 12 convenios de
cooperación. Este presidente también asistió a la reunión cumbre de
líderes de medios de comunicación de China y América Latina, donde
pronunció un discurso al respecto.
En México, el presidente Peña Nieto ha hablado por lo menos dos veces
por teléfono con Trump. Tal vez alguien piense que sea de los primeros
mandatario con los que el presidente electo
negocie, para no decir que le da órdenes. Lo que sí se podría pensar es que no sea una negociación entre iguales.
Ya hemos mencionado que el Banco Mundial informa que Estados Unidos
tiene un crecimiento económico promedio de 1.3 por ciento; en lo que va
de este año es aún menor. Y que en Asia hay por lo menos siete países
con crecimiento promedio de más de 5 por cietno, incluyendo los de mayor
población del mundo, posibles grandes mercados, China (9.2% de aumento
anual de producción en 9 años) e India (7.4%, mismas condiciones).
Digámoslo claramente. Entre los errores del presente gobierno está el
de atarnos a la peor de estas dos grandes opciones del Pacífico,
mientras otros países, también de América Latina, aprovechan la
situación para tener un mejor mercado comercial y a largo plazo.
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