8/19/2019

México y Turquía, la misma compañía



La compañía es Álamos Gold, de Canadá, y no es una buena compañía. Está metida en ambos países en líos y reclamaciones por su conducta abusiva en exploraciones o explotaciones mineras de oro con empleo de cianuro. Todos ellos están reportados en el EJAtlas (www.ejatlas.org) y bien documentados. Veamos brevemente los casos de Sonora. Allí Álamos Gold tiene dos minas, de las que presume en su página web para atraer accionistas. Una es El Chanate (en Altar, muy cerca de la frontera) y la otra es Mulatos, en Sahuaripa, al este de Hermosillo. Una dista de la otra unos 400 kilómetros. Ambas se han dado a conocer por importantes accidentes, de esos que ocurren con tanta frecuencia en la minería de oro, más habituales que accidentales. Como suele ocurrir, las empresas se escapan sin responder. En El Chanate ocurrió un importante derrame de cianuro en 2016 mientras Mulatos sufrió un deslave de tierras en diciembre de 2018, riesgo que había sido anunciado desde 2014. Murieron algunos trabajadores.
En Morelos, durante varios años ha habido una lucha en Miacatlán contra la empresa canadiense Álamos Gold en defensa del territorio y de la arqueología de Xochicalco. Mientras en Sonora los reclamos son para reparar y compensar los daños causados y evitar otros nuevos, en Morelos se trata de una lucha preventiva. Así, el primero de agosto de 2016 se celebró en Miacatlán un encuentro del Movimiento Morelense en contra de las Concesiones de Minería a Tajo Abierto que concluyó con una marcha por las principales calles en rechazo a las concesiones de mineras con esa práctica para extraer metales. Se coreaban consignas como: Queremos frijoles, queremos maíz, queremos la minera fuera del país, y portaban pancartas con lemas como: No minería, Viva la vida, No a la minería de tajo abierto en Morelos.
Dos años después y ya pasadas las elecciones presidenciales, en julio de 2018 los Integrantes del Movimiento Morelense en contra de las Concesiones de Minería a Tajo Abierto realizaron la segunda caravana Por la Vida y la Defensa del Territorio para exigir a las autoridades federales, estatales y municipales electas cancelar las concesiones de minería. Esta es una petición vigente contra Álamos Gold dentro y fuera de México.
Porque no sólo en México tiene esa compañía un comportamiento abusivo y colonialista sino también en un caso ya antiguo y célebre en Turquía que recientemente (en julio y agosto de 2019) ha tomado una gran dimensión: el proyecto de minería de oro a tajo abierto y con empleo de cianuro en el Monte Ida.
Es una lucha que se arrastra desde hace 10 años (documentada en el EJAtlas, en artículos de prensa y hasta en tesis doctorales) en la que los habitantes lograron parar el proyecto en 2013. Ante la resurrección del proyecto, se está dando ahora un verdadero levantamiento local donde confluyen el ecologismo popular, los intereses rurales locales y la oposición política al gobierno de Erdogan. Parece probable que Álamos Gold tenga que batirse en retirada tras un atentado ecológico de primera magnitud: la tala de decenas de miles de árboles en julio de 2019 preparando el terreno para las operaciones de minería. Se ha instalado un campamento rotatorio de ecologistas y decenas de miles de personas han marchado por la montaña en días recientes para protestar. Esta lucha ecologista –apoyada por la oposición– en el oeste de Turquía ha sacudido la política del país, entre acusaciones contra el gobierno de permitir dañar la naturaleza para que lucre una empresa extranjera. La mina de Kirazli pertenece a la compañía canadiense Álamos Gold que la adquirió en 2010 por 90 millones de dólares en la provincia turca occidental de Çanakkale, al sur de los Dardanelos. Çanakkale es el lugar que en idiomas europeos se llama Galípoli, que dio nombre a una batalla de la Primera Guerra Mundial de hondas resonancias patrióticas en Turquía. Esta es, otra vez (en pequeña escala y sin armas de guerra), otra batalla de Galípoli contra una empresa extranjera.
La desmesurada tala de árboles ha provocado protestas de ecologistas que, además, denuncian que la empresa empleará cianuro para lixiviar el oro. La mina está próxima al parque nacional de Kazdagi, un área boscosa que incluye el monte Ida, de mil 774 metros de altura, y ríos y reservas hídricas. El alcalde de la capital provincial de Çanakkale, Ülgür Gökhan, que pertenece al partido socialdemócrata opositor a Erdogan, critica la concesión minera, mientras el alcalde de Estambul, también de la oposición, se ha entrevistado con el embajador de Canadá para discutir el caso ante la irritación del gobierno de Erdogan.
Es en Canadá, en Turquía y en México donde, con la presión de la opinión pública sobre las autoridades locales, se debe meter a Álamos Gold en vereda. No es difícil paralizar estas minas de oro y dar un ejemplo a otras compañías. El agua y la vida valen más que el oro.
* ICTA-Universitat Autònoma de Barcelona

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