9/15/2019

44 Festival de cine de Toronto


De mujeres en competencia

Este año me solicitaron de la revista Screen a participar en el jurado calificador, esto es el grupo de críticos que, en la última página de sus publicaciones diarias durante el Festival Internacional de Cine de Toronto (TIFF, por sus siglas en inglés), publican sus calificaciones en torno a la sección Platform, la única competitiva del encuentro. Eso me ha obligado a ver películas que quizá no hubiera visto bajo mi propia voluntad.
En ese caso estaría Rocks, de la británica Sarah Gavron, cuyo segundo largometraje, Las sufragistas (2015), me pareció filmado con singular impericia. Vaya, no esperaba que hubiera mejorado mucho en su siguiente realización. El título es el apodo que recibe la joven negra Shola (Bukky Bukray), quien vive con su pequeño hermano Emmanuel en un suburbio londinense, bajo el cuidado de su madre soltera. Ella asiste a una escuela donde la mayoría de sus compañeras son hijas de inmigrantes. Un día, la mamá de Rocks decide abandonar a sus hijos y la adolescente decide jugársela para evitar a los trabajadores sociales que los pondrían en algún orfanato.
Es un tema que Ken Loach podría haber filmado en su sueño con sus habituales rigor y sentido de la urgencia, pero Gavron está muy lejos de esa maestría. Como toda película juvenil, Rocks recurre a la cámara en mano, al corte rápido, a la música hip hop y a las imágenes tomadas de un celular. Hay que decir a su favor que tiene frescura y sinceridad en su retrato de la solidaridad como algo que une a esas jóvenes marginadas.
Por su parte, en Proxima, la francesa Alice Winocur intenta, también en su tercer largometraje, su trabajo más ambicioso a la fecha, una coproducción francoalemana sobre una mujer llamada Sarah (Eva Green) que aspira a ser la primera astronauta francesa. Para ello, se somete a un riguroso entrenamiento que le exige mucho en el terreno físico y sicológico. Sin embargo, la mayor prueba emocional es la separación que la misión espacial bautizada Proxima implica en relación con su pequeña hija Stella (Zélie Boulant).
Como es la única mujer en el equipo de astronautas que incluye a un gringo machista (Matt Dillon, todavía con expresión de asesino en serie), también hay en Sarah una urgencia por demostrar su igualdad. Todo eso suena interesante; sin embargo, la película no despega nunca.
Menos mal que Sarah es interpretada por Green, una actriz de probada sensibilidad e inteligencia, que sostiene el asunto cuando ya nos ha empezado a hartar con la monotonía del tema del amor maternal. Sarah es capaz incluso de violar la cuarentena a la que se someten los astronautas, con tal de tener un último momento junto a su pequeña berrinchuda. No esperen la respuesta francesa a Gravedad (Alfonso Cuarón, 2013), pues Proxima no es otra cosa que un tibio melodrama doméstico que no llega al espacio.
A ver si la francesa Julie Delpy o la argentina Paulina Hernández, también en competencia, logran algo más digno para representar a su gremio.

Twitter: @walyder

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