Madrid,
17 jun. 13. AmecoPress.- Los modistos, esos gurús contemporáneos con el
poder de diseñar el cuerpo de las mujeres, lo tienen claro. Primero
diseñan un traje que imaginan puesto encima de un alfiler; es posible
que les parezca que ahí encima -sin cuerpo- ”su obra” luce mucho mejor.
Basta con poner, por ejemplo, “bocetos moda” en google para ver sobre
qué supuestos cuerpos diseñan la ropa que luego se van a tener que
encajar las mujeres.
Este es sólo un pequeño ejemplo, pero cualquiera puede hacer la prueba.
Como esta
mujer es un poco rara, vamos que podría venir del espacio exterior, lo
que se hace es hacer muñecas que tengan exactamente esa pinta. Barbie
es un ejemplo archiconocido, pero como Barbie está un poco anticuada,
en cuestiones de muñecas no se deja de innovar, pero todas con un
cuerpo parecido. Ahora tenemos las posmodernas Monster high. El nombre
de “monstruo”, les viene bien a las muñecas y nadie se lo toma en
serio, pero monstruos -en el sentido etimológico de la palabra- serían
las mujeres que tuvieran un cuerpo siquiera parecido a estos.
Pero las
muñecas no son inocentes; son juguetes con los que las niñas van
aprendiendo modelos, en este caso modelos físicos. Antes las niñas
aprendían a ser mamás con los muñecos bebés y muñecas con las que se
practicaba la maternidad, pero que no pretendían parecer reales.
Ahora, siguen
existiendo los bebés, pero cada vez más las niñas quieren estas muñecas
que lo que te enseñan es a ser guapa y moderna, divertida y sexy. Así
aprendes también, de paso, que lo mejor es ir ahorrando en cuanto
puedas para pagarte un buen cirujano plástico (Y ni es broma ni
exageración, vistas las cifras de adolescentes que piden operaciones de
cirugía estética como regalo de cumpleaños).
Por si alguien
se confunde y llega a pensar que estas muñecas no son reales ni
pretenden serlo, que no son más que un juego inocente y que en nada se
parecen a las personas reales, entonces estos mismos
diseñadores-sádicos van y convierten a personas reales, a modelos de
éxito, a cantantes o actrices muy conocidas y admiradas, en esas mismas
muñecas o en esos mismos bocetos, para que creas que ese cuerpo puede
llegar a tenerse, aunque sea a través de un lejano parecido. Es posible
que creas también que si tienes ese cuerpo tienes más posibilidades de
alcanzar el éxito.
Vease aquí lo
que ha hecho el diseñador Roberto Cavalli con Beyoncé. La Beyoncé
muñeca monster y la de verdad, que al diseñador le parecía ancha y
gorda.
Y finalmente,
si piensas que nadie puede creer que ese cuerpo tiene ninguna relación
con la realidad, ellos te dicen que sí. Después de hacer el boceto
sobre un alfiler, se trata de que los cuerpos de las mujeres se
parezcan al alfiler. Esta foto de Pamela Anderson se supone que es
real. Según Mario Testino, el fotógrafo, la sesión se hizo con el
mínimo maquillaje y sin fotoshop, así que intentan venderla como una
imagen natural. Ella es así, se nos dice, tú también puedes ser así.
Vivimos en una
cultura visual que pretende modificar el cuerpo femenino a partir de
fantasías masculinas. No hay manera de escapar a la imposición de estos
modelos. Todas nos sentimos en alguna ocasión gordas o anchas o
triponas comparándonos con estos modelos inexistentes, con unas muñecas
monster o con un alfiler. A todas nos mina la autoestima sentir que
nuestros cuerpos reales están a años luz de lo que se supone que
deberían estar, por mucho que sepamos que es una locura. No puede haber
no ya igualdad, ni siquiera un atisbo de igualdad, mientras estas
imágenes no sean públicamente ridiculizadas, públicamente y socialmente
denostadas, mientras no exista tal presión social contra ellas que
dejen de ser usadas como sinónimo de éxito y/o como modelo a seguir.
Mientras tanto…seguimos en la línea de partida.
Fotos: Post.
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