2/03/2019

La canción del inmigrante

Jazz

Lo sabemos. Si antes tenían que pasar años (o siglos) para que los trazos, los andares o los sonidos de una cultura llegaran a otras regiones y se fundieran con otros pueblos, ahora todo es cuestión de un instante (o de dos). Y mira que estos embates no siempre son para fregar al vecino, no siempre se trata esparcir entes patógenos entre la incauta suciedad de nuestros tiempos.
Muchas veces, la inmigración de todos tan temida trae consigo cosas buenas. El jazz, de hecho, ha sido y sigue siendo el resultado de una y mil migraciones. El jazz nace como un mestizaje musical en más de dos sentidos, y su andar a través de los años no ha hecho sino ratificar esta vocación de argamasa, mixtura y coctel. Y mucho de esto, gracias a los migrantes.
Marcos Milagres, bajista, llegó hace 14 años de Río de Janeiro para cumplir un contrato de seis meses en un hotel de Los Cabos. Poco después se trasladó al DF y formó el grupo Naimah porque me dijeron que en el DF estaba toda la onda en el jazz; al llegar aquí fue cuando me decidí a quedarme en México, porque vi que había mucha posibilidad y un suelo muy fértil para la música instrumental y para el jazz.
Con Naimah graba el disco Quimeras (2013), y ya en plan solista, el maestro acaba de presentar Feira. “Este disco es un panorama del jazz brasileño –nos dice–, pero también hay música original mía. El proyecto se basa en el bajo eléctrico como el instrumento solista principal. Yo uso técnicas muy variadas en el bajo, técnicas de guitarra, tappings o técnicas de piano. Quise hacer un disco mostrando esas técnicas adaptadas a la música brasileña.”
Egberto Gismonti y Hermeto Pascoal son muy conocidos en México, pero el jazz brasileño en general no llega mucho a este país. –O tú, ¿cómo ves? –le preguntamos.
–No, no llega mucho. Entonces Feira es también un poco un trabajo social, en el sentido de mostrar un poco del jazz que se hace en Brasil. Nuestro jazz tiene muchos elementos del folclor brasileño –comenta.
Otro de nuestros inmigrantes ejemplos es Hernán Hecht, baterista argentino con un sorprendente panóptico para el ser y el sentir de las percusiones, que vendría a ser el eje central de su vida en este planeta; pero de igual manera admiramos y agradecemos su singular capacidad para entender y ejercer la producción, la promoción, la logística, el diseño y demás etcéteras que refuerzan el buen andar de la música.
Sólo por mencionar su andar en el jazz a los 43 años de vida, necesitaríamos de un libro entero (no exagero); así que limitémonos a compartir lo que nos comentó sobre X-Pression Quartet.mx, su primer disco como líder, y Formas, recién presentado por ASH Trío:
“Sin lugar a dudas, un disco muy especial para mí. Fue la primera gran experiencia como líder de un proyecto; aquí fue donde aprendí cómo desenvolverme, cómo enfocar la energía, cómo pensar, cómo ser un buen líder, entendiendo que a veces eso está muy lejos de ser un buen músico, sino más bien ser solvente en la estética, en las decisiones, ser humilde en los errores. Avanzar gracias a este buen disco fue inevitable.
ASH Trío es el nombre de los tres: Natalio Swen, un extraordinario saxofonista que vive en Ámsterdam; Juan Pablo Arredondo, un tremendo guitarrista de Buenos Aires, y yo. Organicé una gira en México y la música fluyó tan bien, que decidimos sentarnos a grabar. Hay muchos elementos de la música contemporánea; no necesariamente del jazz contemporáneo, sino de composición contemporánea, con muchos elementos de armonías abiertas y compases muy irregulares.
–¿Por qué decides quedarte a radicar en México?
–Hay muchos factores extramusicales: me gusta México, me siento bien, aquí está mi casa; está mi familia, mi perro, mi estudio; están mis amigos, los jugos que amo tomar cada mañana; me encanta la comida, me encanta la cultura… y también me encanta la facilidad que me ofrece para conectarme con el resto del mundo; siento que es mucho más fácil estar en el resto del mundo desde México que desde Argentina o Sudamérica, y para mí es muy importante, porque me estoy moviendo todo el tiempo.

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