.-Ciudad
de México.- Durante el fin de semana de principios de febrero, la
presidenta del Observatorio de Violencia Social y de Género de
Aguascalientes, Mariana Ávila Montejano se vio atravesada por una serie
de circunstancias de acoso y tentativa de irrupción forzada en su
domicilio.Esta no es la primera vez que atentan contra integrantes de esta colectiva. En junio del 2024, parte de las instalaciones del Observatorio de Violencia Social y de Género de Aguascalientes, registró un incendio luego de una serie de denuncias a las que habían dado acompañamiento, donde están involucrados funcionarios y servidores públicos de primer nivel.
“Todo este aumento de las agresiones se da en el marco de una serie de denuncias que hemos realizando, a partir de acompañamientos de revisiones de carpeta, en donde están involucrados funcionarios públicos y servidores públicos, pero principalmente servidores públicos de primer nivel”, aclaró. Mariana Ávila
Las mujeres defensoras de derechos humanos en México enfrentan un doble riesgo al realizar su trabajo: por defender los derechos humanos y por ser mujeres. A los altos niveles de violencia, que inhiben su participación en la vida pública, se suman estereotipos y normas culturales que cuestionan la actuación política y social de las mujeres.
De acuerdo con la Red Nacional de Defensoras de Derechos Humanos en México (RNDDHM) desde el año 2020 al 2023, 33 mujeres periodistas y defensoras de derechos humanos en México fueron víctimas de feminicidio y 23 tentativas de asesinatos, de acuerdo al Registro Nacional de la Red de México, que señala que mil 547 mujeres periodistas y defensoras de derechos humanos de este país han sufrido hasta 6 mil 870 agresiones diversas.
Integrantes del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF), se han posicionado en contra de que estos hechos queden en impunidad y las autoridades no realicen las debidas diligencias de investigación y protección a la defensora. Asimismo, exigen al Gobierno de Aguascalientes que implemente y active los mecanismos de protección necesario para garantizar un ejercicio libre por la defensa de los derechos humanos; los actos vividos en contra de Mariana Ávila Montejano mina seriamente la seguridad y tranquilidad, no solamente de manera individual, sino también, colectiva.
Dimensionando el quehacer como defensora
«En días pasados intentaron abrir mi domicilio, no sé con qué intención (…) metieron una varilla a mi cochera para doblarla, afortunadamente, yo tengo mis medidas de protección que impidieron que la forzaran y entraran»
El PAN en Aguascalientes y los nulos contrapesos
La entidad de Aguascalientes se ha colocado dentro del visor nacional a causa de una serie de inconsistencias y retrocesos en materia de derechos humanos; no sólo se nombran los tropiezos con la violencia, sino además, la administración hidrocálida ha sido duramente cuestionada por organizaciones civiles y sus embates por cooptar, por ejemplo, el ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos.
Paralelamente, se recuerdan los hechos de uso desmedido de la fuerza en contra de 8 mujeres que participaron en la manifestación del 8 de Marzo en 2021; fueron golpeadas, sometidas contra el suelo y posteriormente, aprehendidas por el delito de «lesiones dolosas», cuando gobernaba el, igualmente, panista Martín Orozco.
Al frente, está la gobernadora Teresa Jiménez quien, recientemente, encabezó la develación de la Placa de Recertificación del Centro de Justicia para las Mujeres comprometiéndose a garantizar una atención integral y de calidad a toda mujer en riesgo. Paralelamente, también carga desde hace 5 años señalamientos por actos de corrupción -al igual que su esposo-, luego de firmar un contrato con una empresa de iluminación bajo la premisa de crear el proyecto Modernización del Sistema de Alumbrado Público del Municipio por un valor de 900 millones de pesos; un sobrecosto aproximado de 600 millones de pesos.
Así, Aguascalientes se ha convertido en una de las entidades bastiones del PAN de manera histórica, sin embargo, el problema escencial no son las dificultades para contener la violencia -fenómeno que se replica a nivel federal-, sino las dificultades para acceder a una democracia más justa. La defensora refiere que el panorama político actual es muy complejo pues no existe ningún tipo de contrapeso institucional que permita frenar, cuestionar o indagar en prácticas irregulares al interior del gobierno de Jiménes: «Todo aquí es del mismo grupo político», concluye Mariana Ávila.
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