Para revertir el freno de la economía, gasto público
La desaceleración, principalmente por factores externos, asegura
El T-MEC será uno de los mayores elementos que impulsarán la actividad económica, expresa el secretario
Adelantar licitaciones para infraestructura y apoyar el consumo, las vías
El freno en la economía es por factores externos, afirma el titular de la SHCP
El gobierno federal echará mano del gasto público para
revertir el freno de la economía. Lo hará por dos vías: adelantar los
procesos para el inicio de obras de infraestructura y con el estímulo al
consumo entre la población de menor ingreso, describe el titular de la
Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), Arturo Herrera
Gutiérrez.
Atribuye a factores principalmente externos la desaceleración de meses recientes y reconoce como
altamente preocupanteslas cifras sobre el desplome de la construcción, sector que refleja el estado de la actividad productiva del país.
Herrera Gutiérrez, titular de la dependencia desde el 9 de julio
pasado, rechaza el planteamiento de que la economía sea la parte más
débil de la Cuarta Transformación (4T), como el presidente Andrés Manuel
López Obrador ha definido al actual gobierno.
En entrevista con La Jornada, no acepta que medidas tomadas
por el actual gobierno, como la política de austeridad o el retraso en
el gasto del presupuesto, hayan contribuido al estancamiento económico.
Se han dado, señala,
algunos temas que no explicamos.
Concede una probabilidad de
entre 65 y 75 por cientoa que el Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), que sustituirá al vigente TLCAN, será ratificado por el Congreso estadunidense
antes de finalizar noviembre.
–El miércoles fue dado a conocer el dato de que la construcción
acumuló 14 meses de caída. Un día después, la SHCP anunció un plan para
adelantar la licitación de obras de infraestructura. ¿Cómo relaciona la
coyuntura con el anuncio?
–Es, precisamente, un tema de coyuntura. Hay que diferenciar la
tendencia del ciclo. La tendencia de la economía mexicana desde hace 30
años es de un crecimiento de alrededor de 2.4 por ciento al año. Sobre
esa tendencia hay periodos de expansión mayor y otros de desaceleración.
Ahora, existe un proceso de desaceleración sincronizada en el mundo.
Están así 18 de las 19 economías más importantes. Lo que hemos hecho es
identificar el elemento cíclico, coyuntural, para utilizar instrumentos
que incidan en ese ciclo.
Lo que estamos haciendo, y hacia allá va el anuncio (del miércoles pasado), es utilizar el gasto y adelantar las licitaciones. Aunque ese gasto, en sentido estricto, se va a realizar en enero, al hacerse las licitaciones, las empresas que obtengan algún contrato van a empezar a contratar trabajadores, a comprar asfalto y maquinaria desde ahora. Es, precisamente, para efectuar un contraste en el ciclo.
Buscar el estímulo a través de adelantar licitaciones de
infraestructura tiene sentido por la relevancia de la construcción en la
actividad económica que, explica Herrera, se mueve antes que otros
indicadores.
Para nosotros es altamente preocupante si en cualquier momento la construcción comienza a moverseen el sentido que lo ha hecho.
Son dos acciones específicas las que el gobierno federal ha puesto en
marcha para reactivar la construcción: anticipar licitaciones para
proyectos, con inversiones por 8 mil 700 millones de pesos, e
identificar cinco concesiones a las que se ampliará el plazo y, por
tanto, los concesionarios aumentarán sus inversiones en ellas. Ambas,
dice,
apuntan en la misma dirección: asegurarnos de que estamos dando, a través de las acciones del gobierno, un impulso al sector de infraestructura.
Contexto incierto
–¿Qué dice de la economía mexicana el desempeño de la construcción y, en general, la infraestructura?
–México está en un contexto incierto a escala internacional. Para 19
de las 18 economías más importantes se revisó a la baja la previsión de
actividad económica en relación con los que tenían en enero. Cuando hay
un periodo de incertidumbre, el tipo de gasto que primero se frena es en
bienes durables, construcción o capital. Lo que nosotros hicimos fue
reconocer el momento del ciclo en que nos encontrábamos para empezar a
adoptar medidas.
–¿Era posible hacerlo antes, o por qué hasta este momento?
–No era secretario de Hacienda antes.
–Los primeros anuncios fueron en julio.
–Yo tenía tres semanas de ser secretario.
Además de la infraestructura, otra acción para estimular la actividad
económica está relacionada con apoyar desde la banca de desarrollo
créditos al consumo,
que es la otra variable, junto con la construcción, que normalmente se desacelera en el ciclo.
Una de más largo plazo es el inventario de proyectos de
infraestructura hecho por el sector privado y que será anunciado en los
siguientes días.
Están pensados para ayudar al país en el largo plazo, pero en la medida en que son implementados apoyan en el corto plazo, en la coyuntura.
Detalla que ha estado trabajando con grupos del sector privado, que han empezado a clasificar esos proyectos en tres grupos:
Obras de infraestructura que son rentables por sí mismas y lo único
que requieren es una concesión o aprobación del gobierno; en estos casos
el sector privado aporta los recursos.
El segundo son aquellos no rentables completamente y que requieren
alguna garantía o un contrato de asociación pública-privada, y el
tercero son aquellos rentables socialmente, que son muy importantes para
el país o para una comunidad pero no se pagan solos y serán realizados
con recursos públicos.
Nos estamos poniendo de acuerdo con ellos en la secuencia, y cuando hagamos el anuncio oficial será con proyectos muy específicos. Eso es lo que se tiene que hacer en una coyuntura como esta.
–Habló del contexto externo. ¿Cuáles identifica como los factores internos que han llevado a la situación actual de la economía?
–Hay una parte cíclica y ahí el tema externo pesa mucho, como el de
los conflictos internacionales, sobre todo el de China y Estados Unidos o
el Brexit, en los que poco podemos hacer nosotros. Hay otro
tema de economía internacional que va a ser el que probablemente va a
jugar más para nosotros, que es la ratificación del T-MEC. Si se firma,
probablemente será uno de los mayores elementos que impulsarían la
economía. Vemos una probabilidad de entre 65 a 75 por ciento de que se
ratificará antes de finalizar noviembre. Otro elemento que va a empezar a
operar ya, de manera muy importante, es que cuando hay procesos de
desaceleración se da una disminución del consumo en la base de la
pirámide, y si el estímulo va a la base de la pirámide tiene mayor
impacto. Estamos dando ese estímulo a través de los programas sociales.
▲ Es necesaria una política explícita para revertir el ciclo económico, afirma Arturo Herrera.Foto Luis Castillo
–¿En la situación de la economía tuvo algún impacto el retraso en el ejercicio del gasto público?
–No hay necesariamente un retraso en el sentido que ha sido planteado
en los medios. Existe un problema de programación que parecía menor y
ha tenido más impacto mediático que real. Un ejemplo muy claro: la
nómina parecería que se paga en doceavas partes, 24 quincenas. El hecho
es que en diciembre se pagan 40 días adicionales de aguinaldo. Como las
secretarías lo programaron en doceavas partes, claramente va a aparecer
un subejercicio técnico en los primeros 11 meses, hasta que llegue el
aguinaldo.
–Entonces, según lo que dice, ¿no ha habido por parte del gobierno
decisiones políticas que hayan contribuido a esta situación de
estancamiento, sino es, básicamente, por cuestiones externas?
–Sí. Creo que no explicamos algunos temas. Por ejemplo, cuando se
hablaba de la política de austeridad, ésta no era la disminución de
renglones de gastos para ahorrarnos. Era gasto que se llevaba a otro
renglón. Si hubo una disminución en los salarios de los funcionarios
altos, se fue a los salarios de los funcionarios de menor rango o a los
programas sociales, lo cual también es gasto.
–¿Cuál es el margen para mantener el equilibrio fiscal y, al mismo
tiempo, generar estímulo a la actividad económica con gasto público?
–Nos interesa mucho dejar claro por qué queremos ser muy cuidadosos
con las variables fiscales. Otras economías en una coyuntura como ésta
generan el estímulo a través de aumentar el déficit, con endeudamiento.
No necesariamente eso es malo. Es lo que la receta keynesiana
tradicional indicaría. Para México esta posibilidad ya se agotó. La
deuda pasó de 28 por ciento del producto interno bruto (PIB) en 2008 a
49 por ciento en 2016. No tenemos ese espacio. La tarjeta de crédito
llegó a su tope.
En este punto, adelanta: además del estímulo económico por medio de
infraestructura y consumo, es necesario diseñar una política explícita
para, cuando es el caso, emprender acciones para revertir el ciclo
económico.
Tenemos que crear un fondo, con reglas muy claras, para utilizar sus recursos cuando la economía se desacelere y generar ahorros cuando la economía se acelere. Lo que llama
las semillas de ese fondoya existen, asegura. Se trata del Fondo de Estabilización de los Ingresos Petroleros, creado con recursos generados cuando el petróleo tiene precio mayor al previsto en el presupuesto.
Sostiene que la parte técnica para crear ese fondo ya va muy
avanzada. Pero, agrega, su equipo en la SHCP lo convenció de que antes
de hacer la propuesta legal para crearlo es importante conversarlo con
legisladores, convencerlos de que es un mecanismo para
suavizar el ciclo y no para permitir abusos del gobierno; también hablarlo con analistas económicos, organismos financieros internacionales y calificadoras.
Un mecanismo bien entendido y bien diseñado en ese sentido va a disminuir los riesgos crediticios del país y nos dimos cuenta de que no bastaba nada más tenerlo diseñado bien, sino socializarlo bien.
–¿Qué responde cuando se afirma que la economía es la parte más débil de la 4T?
–Tendría que ser muy débil la 4T para afectar no solamente la
economía mexicana, sino la de Reino Unido, Francia, Japón o Argentina.
Estamos viendo desaceleración en la mayor parte del mundo. En segundo
lugar, Hacienda ha venido refinando y fortaleciendo la forma de ejercer
las finanzas públicas. Se nos olvida qué pasaba en México en periodos de
recesión. Había devaluaciones, desempleo, etcétera. Es necesario ver lo
que pasó en 1982, 1986, 1995, 2000 y 2008. Nosotros tenemos que estar
listos a reaccionar a esto, pero tenemos que tener claro que el ciclo
económico es parte de la naturaleza de la economía y lo tenemos que
incorporar a la forma del diseño de la economía. Ha habido seis
recesiones en 44 años, más o menos una cada siete u ocho años. Si no le
toca a la administración anterior, le toca a la siguiente. El país tiene
que estar listo no nada más para aumentar la tasa de crecimiento en el
largo plazo, sino para tener instrumentos que le permitan suavizar los
efectos del ciclo.
–Hay una evidente necesidad de recursos para atender necesidades de
gasto y programas sociales. ¿Considera que debería iniciarse la
discusión de una reforma fiscal?
–Esa discusión, más allá de si hubo banderazo de salida o no, ya se
está dando. Basta ver las discusiones que se han dado en torno al
paquete económico. Los mecanismos para aumentar la recaudación son de
dos tipos: los que tienen que ver con una reforma tributaria, con el
cambio o de los impuestos, y con dar instrumentos al gobierno para que
recaude de mejor manera lo que tiene autorizado. Estos segundos están en
muchos elementos de la miscelánea fiscal propuesta para 2020, como la
ley contra las empresas que emiten facturas falsas, los mecanismos para
recaudar los impuestos a la economía digital o el articulado que obliga a
las compañías a que reporten su planeación fiscal para determinar si es
legal o no.
Roberto González Amador
Periódico La Jornada
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