Cimac Foto.- Ciudad
de México.- Desde que en el 2013, la Organización de las Naciones
Unidas instauró el 22 de mayo como un día para visibilizar en todo el
mundo la necesidad de erradicar prácticas que generen fístulas
obstétricas en mujeres y niñas, ha sido posible agregar el tema a la
agenda mundial, no obstante, en este 2024 seguimos sin claridad en las
estadísticas exactas debido al silencio que guardan quienes viven con
las secuelas pero lo que sí sabemos es que sigue siendo una causa de
muerte materna.
No perdamos de vista que la constante incidencia
de la fístula obstétrica es una violación de los derechos humanos de
mujeres y niñas, que refleja la marginación de las mujeres que padecen
este trastorno y el fracaso de los sistemas de salud en satisfacer sus
necesidades.
A pesar de que esta lesión no distingue de edades,
las niñas son particularmente vulnerables porque sus cuerpos no están
preparados para un parto. En todo el mundo, las complicaciones derivadas
del embarazo y parto son la causa principal de muerte en niñas de entre
15 y 19 años, según datos del UNFPA.
Sabemos que la fístula
obstétrica es la causa del ocho por ciento de las muertes maternas a
nivel mundial; además, el 90 por ciento de los casos terminan en el
fallecimiento de un bebé dentro del útero, y puede ocurrir durante el
parto o previo a éste, así como por la lesión ocasionada por un parto
mal practicado, así lo informó el Fondo de Población de las Naciones
Unidas (UNFPA por sus siglas en inglés).
La Asamblea de las
Naciones Unidas, en su septuagésimo séptimo período de sesiones, se
informó que medio millón de mujeres y niñas en África Subsahariana,
Asia, la región de los Estados árabes, América Latina y el Caribe viven
con esta lesión y que cada año se producen miles más debido a la falta
de medidas de salud necesarias. El 90 por ciento de los casos terminan
en muerte prenatal.
Es importante señalar que el estigma que
rodea este padecimiento genera que las mujeres guarden silencio, oculten
la situación y esto dificulta conocer la realidad que atraviesan.
Se
esperara que entre 2020 y 2030 se celebren entre 10 y 13 millones de
matrimonios infantiles a nivel mundial y es probable que ello contribuya
a aumentar el número total de casos de fístula, como lo reportó la
UNFPA en el 2022.
Las complicaciones del embarazo y el parto son
la principal causa de muerte entre niñas de 15 a 19 años de edad en los
países de ingreso bajo y mediano. Aproximadamente, una de cada cinco
niñas de todo el mundo estará casada o en una unión informal antes de
los 18 años de edad.
En el 2003, UNFPA y sus socios lanzaron una
campaña mundial para acabar con la fístula en consonancia con los
objetivos internacionales de mejorar la salud materna y neonatal con el
objetivo de erradicar esta práctica y lograron evidenciar algunos
testimonios que permiten acercarse a lo que una mujer vive con esto:
Testimonio de Kadiatou Bah, superviviente de una fístula obstétrica, vivió con esta afección durante casi 20 años:
“Sucedió
en el hospital. Me di cuenta de que estaba perdiendo orina”, dijo
Kadiatou Bah, sobreviviente de fístula, al UNFPA, la agencia de salud
sexual y reproductiva de las Naciones Unidas.
Bah quedó
embarazada por primera vez hace más de cuatro décadas, cuando tenía 17
años. Con pocos centros de salud disponibles en su aldea montañosa en
Labé, Guinea, había tenido pocas posibilidades de aprovechar los
servicios médicos durante su embarazo; tampoco tenía previsto dar a luz
en un centro de salud.
Sus
planes cambiaron después de dos días de parto. “Cuando quisimos ir al
centro de salud, di a luz en el camino”, dijo. «El niño ya estaba
muerto».
Aunque no se dio cuenta en ese momento, Bah
había sufrido una fístula obstétrica: una lesión devastadora durante el
parto que conlleva riesgos que ponen en peligro la vida de las mujeres y
sus embarazos. Aproximadamente nueve de cada diez mujeres que
desarrollan fístula obstétrica sufren muerte fetal; Mientras tanto, las
investigaciones muestran que el trabajo de parto obstruido genera el 6
por ciento de las muertes maternas.
Los efectos de la
fístula también son graves para las supervivientes; muchas enfrentan
incontinencia, dolencias físicas y mentales y ostracismo social. La
discapacidad de Bah abrió una brecha entre ella y su marido, quien le
ofreció poco apoyo.
«Ya no podía mostrarme en público», dijo. “La gente me evitaba; Sufrí mucho”.
La
UNFPA, señaló que pesar de sobrevivir, mujeres y niñas siguen sujetas a
niveles extremos de estigma. «Entre las complicaciones relacionadas con
el embarazo, la fístula obstétrica es una de las más graves, ya que
también provoca exclusión social», afirmó el doctor Sékou Diallo,
ginecólogo de Mamou.
Además, se les debe dar atención médica,
psicológica y socioeconómica. Estas lesiones pueden ser reparadas
mediante cirugía, no obstante, las brecha en salud hacen complejo que
mujeres y niñas tengan acceso a estos servicios.
La fístula
obstétrica afecta a numerosas mujeres y niñas quienes carecen de acceso a
servicios de salud oportunos y de alta calidad, lo que a su vez depende
de que haya un número adecuado de proveedores de atención de salud
debidamente capacitados.
Según datos de la UNFPA, en los últimos
años desde la pandemia de Covid-19, hubo un colapso en la prestación de
servicios de salud, lo que paralizó avances en materia de salud materna y
neonatal, lo que probablemente contribuyó al aumento del número de
casos de fístula y a la reducción del acceso a servicios quirúrgicos
durante el tiempo de la enfermedad.
Incluso, en 2007, la Asamblea
General de la ONU reconoció por primera vez que la fístula obstétrica es
un problema de salud para las mujeres. En 2020, fue aprobada la
resolución 75/159, en la que pedía mayores inversiones y medidas
aceleradas para erradicar la fístula obstétrica en el plazo de un
decenio, como parte de la agenda de las Naciones Unidas en favor del
adelanto de las mujeres.
México
En
México, no estamos exentas de esta mala práctica que afecta la salud y
vida de las mujeres, por ejemplo en el Hospital Civil de Guadalajara
cada año, al menos hay dos casos son atendidos.
Para la
coordinadora de especialidades médicas del Centro Universitario de
Ciencias de la Salud (CUCS) de la Universidad de Guadalajara (UdeG) Eva
Elizabeth Camarena Pulido, aseguró que este tema no figura en Jalisco ni
a nivel nacional, sin embargo se pronunció por la importancia de llevar
un registro estatal de fístula obstétrica en áreas que realizan este
tipo de intervención quirúrgicas como es coloproctología y sean
calificadas como salud materna.
Babatunde Osotimehin, director del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), señaló que :
“Para
tratar la fístula y facilitar atención médica de seguimiento a mujeres,
debemos saber más sobre cuántas mujeres y niñas necesitan servicios y
dónde viven. En la mayoría de los casos, el estigma obliga a las mujeres
que viven con la fístula a permanecer escondidas y las aísla de sus
familias y comunidades.”
El 14 de julio de 2021, el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas aprobó la resolución 47/25, reconoció que:
“la
morbilidad prevenible asociada a la maternidad es un motivo de
preocupación en materia de derechos humanos y que las muertes y lesiones
graves y prevenibles de las mujeres y niñas durante el embarazo y el
parto no son acontecimientos inevitables, sino que son consecuencia
directa de que existan leyes y prácticas discriminatorias y normas y
prácticas nocivas en materia de género, de que no se establezcan y
mantengan sistemas y servicios de salud eficaces, y de que no se rindan
cuentas”.
¿Qué es la fístula obstétrica y cómo afecta a las mujeres?
La
Fístula obstétrica está definida en la ONU como una lesión de alta
morbilidad, que ocurre durante la prolongación u obstrucción de un
parto, es decir, la presión continua de la cabeza del bebé contra la
pelvis de la madre que interrumpe el flujo sanguíneo, lo que ocasiona
que el tejido muera y se desprenda; el orificio que queda se denomina
fístula y afecta a mujeres y niñas que con frecuencia viven en zonas
remotas, y a quienes se niega el acceso a una asistencia sanitaria de
calidad, a la igualdad y a la dignidad.
Si no se realiza una
intervención de emergencia a tiempo; la herida, por no recibir
tratamiento médico oportuno de calidad, provoca incontinencia y graves
consecuencias médicas, psicológicas, sociales y económicas, además de
infecciones frecuentes, nefropatías, llagas dolorosas e infertilidad y
en casos más graves, la muerte.
Para
acabar con este problema es igualmente importante disponer del
tratamiento cuando se produce la lesión, y poder acceder a él. Sin
embargo, no todas las mujeres y niñas que la necesitan pueden disponer
de este, puesto que el coste medio de la cirugía reconstructiva para la
fístula obstétrica es alrededor de 10 mil pesos.
Estos altos
costos son obstáculos para mujeres y niñas que ya se encuentran en una
situación de pobreza. A esto se suma la escasez de cirujanos altamente
capacitados y especializados que presten el procedimiento.
En
México, el uroginecólogo del Instituto Nacional de Perinatología
(INPer) “Isidro Espinosa de los Reyes”, de la Secretaría de Salud,
Ernesto Rodolfo Rivera Medina, afirmó que el buen estado de salud y
adecuado control médico antes y durante el embarazo pueden prevenir la
aparición de la fístula obstétrica.
El especialista subrayó que
este problema de salud se puede corregir con cirugía, y en el INPer la
atención es gratuita para las mujeres que no cuentan con seguridad
social. Resaltó que el objetivo de la conmemoración es concientizar a la
población acerca de este problema que puede tener impacto negativo en
la calidad de vida y en el ámbito social de las mujeres.
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