9/20/2025

Condón femenino

 

De acuerdo con el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), el condón femenino es un método eficaz en la prevención de embarazos e infecciones de transmisión sexual que proporciona una gama de opciones para las mujeres como oportunidades sobre su salud sexual y reproductiva.

UNFPA señala que el condón femenino es una funda de 170 milímetros de longitud que actúa como una barrera entre el pene y la vagina. Se caracteriza por tener un anillo flexible en cada extremo: el primero es el más cerrado que facilita su inserción y lo mantiene adherido al cuello uterino, mientras que el segundo anillo es abierto y ancho porque está hecho para permanecer afuera de la vagina cubriendo los genitales externos (labios mayores, labios menores, clítoris y abertura vaginal) y el orificio uretral.

Las principales diferencias entre el condón femenino y masculino es que los primeros están elaborados por nitrilo sintético o poliuretano en vez de látex y le permite soportar mejores condiciones de luz, temperatura y humedad; están lubricados y son compatibles con lubricantes hechos a base de aceite o agua; se insertan en la vagina incluso 8 horas antes de la relación sexual; y protegen los genitales externos e internos de la mujer como el pene del hombre.

Por otro lado, el condón masculino está fabricado a base de látex, puede estar o no lubricado; no soporta lubricantes a base de agua; solo puede colocarse cuando el pené está erecto; se deteriora rápidamente si no se almacena en condiciones adecuadas de luz, temperatura y humedad; y solo cubre el pene y genitales internos femeninos.

Siguiendo las recomendaciones de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), entre las principales ventajas de su uso se encuentran: autonomía y control de quien lo usa para decidir cuándo y cómo protegerse, no interrumpe la práctica sexual, protección frente a infecciones de transmisión sexual (ITS) ofreciendo una barrera adicional, mayor comodidad al adaptase al tracto vaginal y menor riesgo de ruptura o desplazamiento, funciona para personas alérgicas al látex, puede ser usado con juguetes sexuales que faciliten la excitación, y estimula tanto el pene como la vulva y el clítoris.

Además, se puede colocar hasta 8 horas antes de la relación sexual, si así lo deseas, o en cualquier momento antes de la relación sexual, no se requiere acudir a consulta ni tener receta para obtenerlo, se puede utilizar durante la menstruación o durante el embarazo, para prevenir infecciones de transmisión sexual.


Crédito: Unsplash/Reproductive Health Supplies Coalition

Prevención

Datos de la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (ENADID) 2023 señalan que, en ese año, 979 mil mujeres de 15 a 49 años tuvieron un aborto como resultado de su último embarazo. El 77.4% declaró que fue espontáneo, 20.6% inducido y el 1.9% no aclaró la forma en que ocurrió. Por otro lado, (enfermedades)

Históricamente, la salud de las mujeres se ve influenciada por la desigualdad ya que ellas experimentan brechas sociales y económicas que refuerzan su posición de desventaja social por factores como el género, etnia y edad. De esta manera, en las sociedades patriarcales existen barreras en el bienestar físico, mental y social relacionados con el sistema reproductivo.

Según se estableció en la Conferencia Internacional de Población y Desarrollo (CIPD) en 1994, la salud reproductiva no solo implica la ausencia de enfermedades, sino que se trata de un estado de bienestar físico, mental y social de las personas relacionado con el sistema reproductivo, así como sus funciones y procesos. Parte de ello es la capacidad de disfrutar libremente una vida sexual satisfactoria sin relacionarla con la procreación no deseada.

Debido a las desigualdades sociales, generadas de la estructura patriarcal, las mujeres incrementan su situación de vulnerabilidad frente a la salud sexual y reproductiva. Por ejemplo, la pobreza, falta de acceso a recursos físicos y simbólicos (educación o ingresos) o los medios de producción, restringen la su capacidad de autocuidarse y protegerse frente a escenarios que amenazan su salud.

De acuerdo con ENADID 2023, el 98.7% de las mujeres de 15 a 49 años conocía al menos un método anticonceptivo, de ellas el 96.6% sabía el uso correcto de al menos uno de ellos. Respecto a los grupos de edad, se observó que aquellas entre 30 a 34 años tenían mayores conocimientos que las mujeres entre 15 a 19 años. Asimismo, la encuesta registró que la población de mujeres en edad fértil sexualmente activas (MEFSA) alcanzó los 18.6 millones, de las cuales el 74.6% refirió haberse protegido al momento de la relación sexual.

Entre los métodos más utilizado por mujeres se encontraron la operación femenina con 44.3%, seguido de mecanismos no hormonales o de barrera (condón masculino, condón femenino, dispositivo intrauterino (DIU), espermicidas y diafragma) con 29.4% y métodos hormonales (implante, pastilla, parche, anticonceptivos inyectables, dispositivo intrauterino con hormonas y anillo vaginal) con 18.7%.

UNFPA también señala que el uso de preservativos ha sido decisivo para combatir la pandemia mundial de infecciones por el VIH: según las estimaciones de las simulaciones de modelos, la mayor utilización del preservativo registrada a partir de 1990 ha evitado aproximadamente 117 millones de nuevas infecciones por el VIH.

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