10/12/2024

Ada Loveace, la británica programadora que permitió crear las primeras computadoras

 

.-Ciudad de México.- Son los primeros días de octubre lo que significa que es el momento del año de nombrar a una de las matemáticas y programadoras más poderosas de la historia; Ada Lovelace, a quien se le atribuye la posibilidad de haber creado las primeras computadoras de la humanidad y por ello, el segundo martes de octubre se celebra un día en su honor.

Nacida en Gran Bretaña en 1815 es hija de Anabella Milbanke quien fue la responsable del cuidado de Ada; ella se encargó de que su hija aprendiera las matemáticas desde una edad muy temprana con tutores y posteriormente, de forma autodidacta.

En aquella época, las mujeres eran educadas para el trabajo doméstico y que su vida girara en torno al matrimonio y labores de cuidado, sin embargo, la madre de Ada Lovelace, la impulsó para elevar sus conocimientos matemáticos a la creación de planos de aeronaves, máquinas y resolver problemas complejos, esto, a pesar de que la salud de Ada se ha reconocido como «muy débil desde su nacimiento«.

Su padre, el escritor Lord Byron se desentendió de ella a los meses de su nacimiento; nunca le conoció, ni la buscó, según refiere la revista National Geographic.

El tema de la programación resultaba lejano para la época, sin embargo, a principios de sus veintes, la vida de Ada Lovelace cambiaría luego de un encuentro con un hombre llamado Charles Babbage considerado el padre de la programación e inventor de las máquinas calculadoras.

El programador compartió con Ada el desarrollo de un innovador dispositivo que permitiría calcular valores y funciones; la idea se enquistó en la joven matemática y convirtió la programación en su terreno de investigación.

La curiosidad se había despertado y esto sería sólo el primer paso para desatar el potencial de la mujer que crearia las bases de la programación contemporánea.

Ada Lovelace comenzó a realizar anotaciones y algunas recomendaciones importantes sobre el proyecto de su par, Charles Babbage quien se encontraba por Italia exponiendo el prototipo de su máquina constituida por 25 mil piezas.

Difundiendo este hecho y en un intento de recaudar fondos, Ada Lovelace tradujo los folletos -que estaban en italiano- y comenzó a repartirlos; la sorpresa fue grata, no sólo para su compañero, sino que la esfera intelectual británica puso especial foco en Lovelace.

Sus anotaciones eran visionarias e incluían términos innovadores que continúan siendo aplicados en la actualidad como el algoritmo informático.

Paralelamente, desarrolló planos de otro aparato que permitiría leer datos y resolver problemas matemáticos con precisión y velocidad, Ada Lovelace siempre tuvo la mirada en el futuro y aseguraba que la humanidad crearía maquinaria que pudiese hacer más que sólo calcular o procesar números, sino que podrían realizar millones de tareas a la vez, la matemática proyectaba que el futuro sería mucho más complejo y brillante.

Esta idea le permitió entender que, a través de la manipulación de símbolos y reglas definidas, las máquinas podrían actuar en otras cosas, como por ejemplo, piezas musicales complejas.

Esto es, probablemente, la punta de lanza que la distinguió de sus pares, Ada Lovelace entendió que no todo se trataba de cálculos, sino más bien, de computar los aparatos para que estos pudieran acotar tareas elaboradas que sólo fueran limitadas por la creatividad de quien programe. A sus 28 años, Ada Lovelace habló, por primera vez en la historia, en hablar de lenguaje binario de programación.

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Ada Lovelace no accedió a la educación universitaria como el gremio de matemáticos, ni tampoco gozó del reconocimiento por su mente brillante; Ada Lovelace debía cumplir con su rol de esposa luego de contraer matrimonio con el duque de Lovelace y posteriormente, cuidar de sus 3 hijos.

La maestra Amanda Hernández de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales refiere en el artículo académico para el Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (CONACYT) que las mujeres de aquella época no eran enseñadas hacia las ciencias exactas y que si bien, algunas clases sociales más nobles y aristócratas podían acceder a la educación, esta estaba limitada a aprender de literatura, poesía, danza, letras o canto.

Materias consideradas propio de su sexo y que sólo eran consideradas un «aditamento» a su personalidad, pues al momento de contraer nupcias, su prioridad sería el cuidar de su esposo y posteriormente, tener hijas e hijos.

A pesar de este rígido sistema patriarcal, algunas mujeres, como Ada Lovelace, se rebelaban y de manera autodidacta, consultaban libros de matemáticas y ciencias, de esta resistencia, es que existió la astrónoma Caroline Herschel, la matemática Marie Sophie Gereximirmain o la estadística sanitaria, Florence Nightingale.

Paralelamente, el artículo de la CONACYT, refiere que estas pequeñas rebeldías se gestaban entre mismas mujeres apasionadas por las matemáticas, pues en aquella época, se publicaba «El diario de las señoritas» que contenía datos de interés para las mujeres victorianas, algunos crucigramas o recetas, sin embargo, entre sus hojas, se encontraban a veces problemas matemáticos complejísimos.

Las mujeres resolvían estos ejercicios, los firmaban de forma anónima -o con seudónimos- y posteriormente, los enviaban a la revista que a la siguiente edición, publicaba las respuestas. Esto incentivo a las matemáticas y aficionadas británicas que encontraban en la revista un refugio.

Con esto se apunta a derribar el mito de que no existían las mujeres programadoras o matemáticas en la época victoriana; siempre lo hicieron.

A pesar de ser una de las mentes más brillantes y reconocida por su par, el maestro de la Universidad de Londres, August Morgan como una matemática de primera categoría, el mismo Morgan, refirió en una carta que su problema era no ser un joven (varón), pues de serlo, él lo habría profesionalizado.

Ante la injusticia que la excluía de los círculos de matemáticos a causa de su género, se unió el deber que debía cumplir como madre y esposa de un conde.

Tenía compromisos todo el tiempo, educaba y procuraba a sus hijos pequeños y la idea de desarrollar la máquina que tanto anhelaba parecía cada vez más lejana; no había posibilidad de dedicarse de lleno a la programación como el maestro Morgan o Babbage, aunado a esto, la salud de Ada Lovelace empeoraba sintiéndose cansada todo el tiempo y muy débil.

A la edad de 36 años recibió la noticia de que tenía cancer y sólo un año después, murió. Su máquina nunca fue construida, sus textos fueron olvidados por más de un siglo y nunca fue reconocida por sus importantes aportes a la programación.

No fue hasta 1953 que estas notas fueron recopiladas y publicadas con su nombre real, originándose de aquí, el reconocimiento que en vida tanto mereció y nombrándola como la primera programadora en la historia que permitió la construcción de las computadoras contemporáneas.

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