En primer lugar, el profundo agravio cometido al ordenar la irrupción en la embajada mexicana en Quito para sustraer por la fuerza a un ex funcionario correísta al que México amparaba, con la intención de concederle asilo. Y en segundo término, pero no menos importante, por las evidencias claras del uso del aparato gubernamental para apoyar al candidato-presidente Noboa, que ni siquiera disimuló, pidiendo licencia al cargo, que su campaña se apoyaría en la estructura y los recursos gubernamentales, incluyendo el control del órgano electoral y el uso del ejército para amago, con base en un declarado estado de excepción.
La postura de Sheinbaum tiene especial relieve en el contexto de algunos gobiernos progresistas de Latinoamérica que han preferido cerrar los ojos ante los claros indicios antidemocráticos habidos en el proceso de Ecuador (el chileno Gabriel Boric, un ejemplo, aunque, en realidad, sus posturas acomodaticias no han sido la excepción).
Tanto la visita presidencial a Honduras, para participar en la sesión
de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), como
el rechazo a la imposición de Noboa en Ecuador constituyen signos
básicos de perseverancia de una fórmula política, de relativa distancia
de México respecto a la vecina nación imperial, que el largo periodo de
poder priísta cultivó a fin de adjudicarse tonalidades de izquierda
para exportación y que los gobiernos marca 4T han mantenido sin acentos provocativos.
Esos rasgos de no alineamiento con los dictados de la Casa Blanca tienen un especial rango de riesgo ante la mirada torcida de Donald Trump, que pretende retomar el papel de gran y vigoroso rector mundial, con castigos supuestamente ejemplares para los países y gobernantes que desafíen sus políticas.
En el caso mexicano se vive una circunstancia engañosa en lo retórico y gráfico. En apariencia, el escandaloso de Washington tiene gran aprecio por la Presidenta de México, a quien dirige elogios en cuanto puede. Pero en los hechos se vive una creciente toma de ganancias y un constante amago.
La administración Sheinbaum ha cedido-negociado-cooperado (escoja el lector el término que le parezca más aplicable) en términos que contrastan con la escurridiza conducta sexenal de López Obrador (incluso casi beligerante en su último año de gobierno). El secretario de Estado de Estados Unidos ha dicho, con intención de magnificar los logros de la era Trump, que nunca se había tenido una cooperación tan estrecha con México como en esta etapa claudista (Omar García Harfuch es el nuevo y temporal personaje favorito del flanco duro del gobierno gringo).
Y así, mientras la mirada pública se entretiene en los temas de la migración, el combate al crimen organizado
y los aranceles, Trump y sus halcones van militarizando la frontera a
niveles sugerentes de preparativos bélicos, ya sea para contención de enemigos
o para disuasión y presión cobrables en negociaciones civiles.
Una primera lectura de los inusitados movimientos militares en torno a México (buques de guerra, aviones espías, 27 kilómetros de boyas flotantes en el río Bravo, por dar ejemplos) podría sugerir que Trump va colocando sus piezas para lanzar en fecha aún indefinida un golpe espectacular contra los cárteles mexicanos ya declarados organizaciones terroristas.
Frente a esas maniobras amenazantes, el gobierno mexicano mantiene la política de no caer en provocaciones y dialogar cuanto sea posible, al tiempo que extiende lazos hacia la parte de Latinoamérica que le es posible, en busca de solidaridad.
Y mientras se sigue discutiendo sobre la eficacia de la prohibición de narcocorridos en espectáculos públicos, ¡hasta mañana!
X: @julioastillero, Facebook: Julio Astillero, juliohdz@jornada.com.mx
triunfo dudoso// Mantiene ruptura diplomática
observadoresconsideran que en las elección presidenciales del pasado domingo en Ecuador se registraron
irregularidadesque permitieron la
dudosa reeleccióndel hijo de papá Daniel Noboa, el gringuito (nació en Miami) que actualmente despacha en el Palacio de Carondelet. Sin embargo, todo apunta a un descarado fraude orquestado por la derecha de aquella nación (la cual ahora no
exige la publicación de las actas), con un
empujoncitode la Casa Blanca, como acostumbra. De hecho, el fantoche Donald Trump –igual que el subproducto Javier Milei– se apuró a felicitar al júnior en su intento de dar
legitimidada uno de sus cachorros. Algo similar hicieron los mandatarios chileno, Gabriel Boric, y brasileño, Lula da Silva, quienes al parecer perdieron la brújula, de tal suerte que igual navegan a la diestra que a la siniestra.
En el caso mexicano, la presidenta Sheinbaum ha sido nítida: “no se
reanudarán relaciones con Ecuador mientras Daniel Noboa siga como
presidente, porque no hay condiciones para que eso ocurra. Fue muy
dudoso su ‘triunfo’ electoral”. Además, el júnior (hijo de Álvaro, el
más rico de esa nación sudamericana, cinco veces candidato –fallido– a
la Presidencia ecuatoriana por el PRIAN –así se llamó su partido
político–, contumaz evasor de impuestos y explotador laboral, entre
tantas otras gracias) es el responsable de la invasión de nuestra embajada en Quito
(ocurrida el 5 de abril del año pasado, por lo que el gobierno de López
Obrador rompió relaciones diplomáticas, decisión que se mantiene).
De qué magnitud es el fraude electoral cometido por Daniel Noboa y su
pandilla, que hasta la impúdica Organización de Estados Americanos, por
medio de su misión de observación electoral detectó con preocupación
que el proceso electoral estuvo marcado por condiciones de inequidad
durante la campaña, así como por indicios sobre el uso indebido de
recursos públicos y del aparato estatal con fines proselitistas. Estas
prácticas afectan la competencia en la contienda y erosionan la
confianza ciudadana en las instituciones democráticas
.
Además, constató que hubo incertidumbre por la falta de
pronunciamientos claros y oportunos de parte del Consejo Nacional
Electoral y el Tribunal Contencioso Electoral sobre aspectos normativos
sensibles. La existencia de normas ambiguas, sumada a la ausencia de
directrices por parte de las autoridades competentes, incrementó la
tensión y desconfianza entre actores políticos y ciudadanos. Lo anterior
se sumó a un contexto de polarización política extrema, evidenciado a
lo largo de la campaña en narrativas de fraude, que no contribuye al
fortalecimiento democrático del país. Ecuador enfrenta desafíos
profundos en materia institucional, social y de seguridad, que exigen
altura y responsabilidad democrática. La unidad de todas las fuerzas
políticas es fundamental para enfrentar estos retos. El pueblo
ecuatoriano lo merece
. Y lo reconoce un apéndice de la Casa Blanca.
Con el fraudulento júnior en el Palacio de Carondelet, ¿cuál es el futuro inmediato de Ecuador? Vale recordar el reciente análisis del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica: “el crecimiento de dinero ilícito (proveniente del narcotráfico) en el torrente legal coincide con el proceso de desregularización del sistema financiero y las superlativas tasas de ganancia que reporta la banca ecuatoriana desde 2017. Nuestros hallazgos están en concordancia con análisis periodísticos que aseguran que en el país se lava entre 2 y 5 por ciento del PIB anualmente.
“Seis años de minimización del Estado y desinstitucionalización del país dejan un saldo desalentador en lo social y lo económico: pobreza, violencia e instituciones capturadas por el narcotráfico. A esta economía del desastre social podemos sumar un efecto paradójico: la ‘estabilidad macroeconómica del narco’, entendida como la capacidad que tienen los narcodólares de penetrar en el sistema financiero, aumentar la tasa de ganancia de la banca y dar una falsa estabilidad financiera y monetaria, que es discordante con la salud de la economía real. El volumen de recursos disponibles en el sistema financiero ecuatoriano es absolutamente atípico. El alza en el monto de dinero que ese sistema regulariza al año ocurre cuando la actividad económica real ecuatoriana aún no supera el nivel de 2014”. En resumen, “regulariza dinero (del narco) mientras a la economía peor le ha ido”.
Las rebanadas del pastel
Fuentes bien enteradas revelan que en la Oficina Oval el anexionista Donald Trump ha colocado un cartel con la foto de James K Polk, a quien cotidianamente le reza.
Originaria de la Ciudad de México, donde estudió chino mandarín por tres años, cuando llegó, por su cabeza cruzaron los pensamientos más comunes sobre este país, como que su gente era grosera, antihigiénica o que fabrica productos baratos y de mala calidad.
Esa percepción quedó atrás en un viaje de apenas 15 días a esa
nación; quedó tan sorprendida por la historia y la calidad de vida que
prometió seguir sus estudios y regresar. Así lo hizo. Tras dos años de
cursar una maestría sobre la modernización en China, ahora define a este
país en una sola palabra: impresionante
.
algo que más le asombra fue el alto nivel de seguridad: si sales de fiesta puedes llegar en la madrugada y nadie te va a robar
. Relata que varias veces ha olvidado el celular en lugares públicos y siempre lo encuentra: puedes dejar la computadora, joyas, dinero y siempre van a estar ahí
. Incluso resalta el respeto hacia las mujeres, puedes traer una minifalda y no te van a acosar
.
También le sorprendió la dedicación de los chinos por el estudio: yo,
en México, era estudiosa, pero cuando llegué aquí y comparé, pues nada
qué ver; desde las 6:30 de la mañana todos están estudiando, leyendo
textos, la universidad está llena de gente que está estudiando todo el
tiempo. Eso me impresionó. Es gente muy trabajadora
.
Incluso pensaba que la gente vivía controlada por su gobierno, pero descubrió que no era cierto: yo veo a la gente muy contenta
. También se quedó sorprendida con el modelo chino porque siempre hemos pensado que el comunismo es malísimo.
la verdad es que el Partido Comunista ha sacado a millones de
personas de la pobreza. Ves este proceso de transformación y lo comparo
con el neoliberalismo en el que ha vivido México, y ves cómo los precios
van subiendo y los salarios bajan, y aquí es al revés. Yo creo que
México tendría que virar y mirar más hacia China, sería otro cantar.
ella y sus compañeros Camilo, de Colombia, y Taimi, de Cuba –quienes coinciden en el alto nivel de bienestar del país–, son parte de la plantilla de estudiantes extranjeros de la Universidad de Estudios Internacionales de Pekín, una de las más reconocidas del país.
a 60 años de haber sido fundada, esta institución se ha convertido en un lugar de enseñanza de 29 lenguas, incluso del turismo, para lo cual posee un sistema de estadísticas en tiempo real sobre la cifra de visitantes en la capital y los lugares donde más se reúnen.
Uno de sus egresados más importantes es el actual canciller chino Wang Yi.
Un estudio publicado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en 2019 corrobora las apreciaciones de la presidenta Sheinbaum: la banca mexicana es la que ofrece el cuarto peor acceso de las pymes al crédito entre los países miembros del organismo, tiene una de las tasas de intermediación (diferencial entre los intereses que cobran a sus acreedores y los que pagan a los ahorradores) más altas y desincentiva de manera grave a las pequeñas empresas al ser la segunda con mayor diferencia entre los intereses cobrados a compañías grandes y los que exige a las pymes.
Además, como informó ayer este diario, el producto más usado por el consumo privado –las tarjetas de crédito– cobra una tasa promedio 5.7 veces superior a la de referencia del Banco de México y 13 veces mayor a la inflación. La banca justifica el alto costo de las tarjetas de crédito en que tienen un riesgo de morosidad mucho mayor que los préstamos hipotecarios, de nómina o automotrices, pero eso no explica que los plásticos emitidos en México cuesten el doble que los mismos productos en Estados Unidos. Lo mismo vale para el crédito hipotecario, que es injustificadamente alto en comparación con otros países y se erige en uno de los principales obstáculos para el acceso al derecho a la vivienda. Tampoco la morosidad puede dar cuenta de las desproporcionadas tarifas que se cobran a los usuarios de servicios financieros, pues ésta se ubica en apenas 2 por ciento y en el último periodo completo para el que hay datos (2023-2024) incluso registró una reducción marginal.
El tratamiento abusivo a los clientes mexicanos se explica por una regulación permisiva, por una relativa ausencia de competencia (existen 51 bancos, en contraste con los más de 4 mil en Estados Unidos) y una concentración a todas luces excesiva de las operaciones y las ganancias en un puñado de entidades: del medio centenar de instituciones, ocho de ellas (15 por ciento) acapara alrededor de 85 por ciento de las ganancias, lo que les permite fijar precios y condiciones de manera arbitraria.
El tamaño y el crecimiento continuo de las ganancias en México, que se incrementó en 15 mil 668 millones de pesos en 2024 y en 35 mil 320 millones en 2023, indica que estas empresas deben tratar a sus clientes locales con mayores consideraciones. Ante todo, es imperativo que dejen de funcionar como extractores de rentas a través de intereses leoninos y se conviertan en catalizadores del desarrollo, cumpliendo su papel de facilitadores de capital para el consumo y la inversión. De otro modo, más que aliados de sus usuarios en la consecución de sus metas de ahorro e inversión, serán un lastre para las finanzas de las familias y de los sectores productivos.

orgullosa de tener unas gotitas de sangre de los Galeana. Llegó a la Ciudad de México en 1926. No sabía ni leer ni escribir, trabajó de sirvienta, vendedora de zapatos, en la oficina de Correos y en el cabaret El Viejo Jalisco, donde conoció a su compañero de vida, Manuel Rodríguez.
Ingresó al Partido Comunista, se convirtió en líder de la colonia
Escuadrón 201. Siendo presidente de México Miguel Alemán Valdés, los
dirigentes fueron encarcelados. Benita preguntó al dedo chiquito del mandatario ¿dónde puedo ver al presidente para liberar a los presos?
Le contestó que era muy difícil que veas al presidente, pero tal día va venir al campo militar número 1
. Ella dijo: ¡Ah sí!, pos ahí voy estar
,
y en una curva vio llegar el carro de Alemán. Traía la ventanilla
abierta; cuando dio la vuelta, se aventó sobre el automóvil. El chofer
se asustó y frenó. Pescó a Alemán de la corbata, éste se puso pálido; la
manzanita le subía y le bajaba. ¿Me vas a dar a los presos?
, le preguntó ella. El presidente respondió: sí te los doy
, y los liberaron. Benita relató: Alemán sintió mis manos
.Marcelo González Bustos, profesor jubilado de Chapingo
Tanto las cifras récord que cada año se registran en rubros relacionados con el clima, como la creciente magnitud de las catástrofes asociadas, elevan –o deberían– el sentido de urgencia para tomar acciones inmediatas y contundentes para mitigar y ralentizar los efectos del cambio climático. Según el Programa de Investigación en Cambio Climático de la UNAM, 40 por ciento de la población mundial vivió su año más cálido en 2024. Además, 2024 fue el primer año en que la temperatura promedio global superó la barrera de 1.5 grados Celsius de aumento de temperatura en relación con la época preindustrial, cifra que no debería ser rebasada, como se estableció en los Acuerdos de París. En México, por cierto, el incremento fue de 2.14 grados y, si bien no basta un solo año para estimar el incremento de la temperatura global, las cifras son alarmantes, especialmente si consideramos que estas rebasan ya las predicciones de calentamiento previstas para toda la década.
Este aumento récord se refleja en diversas expresiones que atestiguamos en nuestro país el año pasado. Por ejemplo, la sequía histórica que azotó a México durante la primavera, que alcanzó un pico de afectación de 89.58 por ciento del territorio a finales de mayo, según registros oficiales. Las sequías han ocurrido año con año, pero ciertamente no en estas magnitudes. Esta condición crítica favoreció el incremento récord de incendios forestales, alcanzando en 2024 una cifra de afectación de 16 mil 722 kilómetros cuadrados, casi 1 por ciento del territorio nacional en un solo año, equivalente a cerca de la mitad del territorio del estado de Puebla. Esta cifra representa un incremento de 341 por ciento respecto de la superficie afectada por los incendios forestales en 2020 y 60 por ciento mayor a la superficie afectada en 2023.
Desde esta perspectiva, fue afortunada la época de lluvias, al término de la cual las cifras de precipitación fueron mayores a las usuales, lo cual favoreció la recuperación de nuestros cuerpos de agua. No obstante, estos extremos climáticos se traducen en mayores riesgos a la población, como lo vimos en Guerrero con las inundaciones provocadas por el huracán John, lo mismo que en otras regiones del mundo como los casos de las inundaciones súbitas en Carolina del Norte provocadas por el huracán Helene, o el fenómeno de la depresión aislada en niveles altos (DANA) en Valencia.
Frente a estas dimensiones del daño provocado por el cambio climático, se imponen como prioritarias las acciones de organismos internacionales, gobiernos y sociedades nacionales en defensa de los equilibrios de nuestra casa común; sin embargo, la agenda climática sigue siendo un asunto marginal en los hechos y, peor aún, ha sido objeto de graves retrocesos a escala global y motivo de represión de movimientos, comunidades y líderes defensores del agua y el territorio en México y otros países.
De acuerdo con el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda), con 123 eventos de agresión y mil 317 personas afectadas, 2023 fue el segundo año más violento contra personas y comunidades defensoras de derechos humanos ambientales en el país desde que se tiene registro. De éstos, 57.7 por ciento de los casos de agresión fueron contra integrantes de pueblos indígenas. El fenómeno se agrava en contextos de macrocriminalidad, donde las grandes redes de poder conspiran para el silenciamiento de quienes defienden la casa común. Muestra de ello es que, en los casos registrados por el Cemda, el principal agresor es el gobierno con participación en 49.6 por ciento de los casos, seguido del crimen organizado (29.6) y las empresas privadas (15.5).
Estas cifras colocaron en 2023 a México como el tercer país más letal para las personas defensoras del ambiente y el cuarto en la última década con 203 asesinatos, superado sólo por Colombia, Brasil y Filipinas, según Global Witness, organización que también reporta que en nuestro país ocurren 9.6 por ciento de los asesinatos de defensores del territorio a escala global, en tanto que América Latina es la región más violenta tanto por la cantidad de eventos como por su letalidad.
Las acciones para detener el cambio climático no pueden seguir aplazándose, pues cada año empeoran los efectos de la explotación de nuestra casa común. Por ello las sociedades necesitan provocar un giro drástico en las perspectivas gubernamentales y empresariales que hoy dominan el escenario. Son las comunidades campesinas e indígenas quienes siguen siendo vanguardia y ejemplo en la defensa del territorio y en la convivencia armoniosa con la Madre Tierra, pero son al mismo tiempo las más atacadas por los grandes poderes globales.
Ante la crisis climática necesitamos mucho más que medidas paliativas, se requieren acciones de alcance estructural que pongan en el centro a los defensores de nuestra casa común, y que convoquen al conjunto de la sociedad tanto al impulso de otras pautas de consumo como de formas sustentables y justas de producción y distribución de los recursos. Por y para ello, la socioambiental debe ser una perspectiva transversal prioritaria para afrontar nuestro presente y futuro, sólo así podremos responder a las graves amenazas del cambio climático que nos imponen el imperativo de la colaboración y la fraternidad.
Entre centros, institutos, programas educativos, bancos de datos, organismos oficiales y civiles suman –si conté bien– 87 instituciones estadunidenses dedicadas al estudio y la investigación de los países de América Latina y el Caribe. Más de 30 de ellas se hallan insertas en estructuras universitarias.
Aparte debe contarse una miríada de think tanks (centros o tanques de pensamiento). Unos operan como oficinas gubernamentales (dependen del Departamento de Estado, de otras agencias, diversas secretarías y del Pentágono); son también organismos civiles (dependientes de individuos, partidos, universidades, empresas u organizaciones empresariales), que pueden ser de apoyo a las políticas y estrategias de Washington. Google Custom Research indica mil 200 centros y think tanks de investigación. En una lista restringida conté casi 320 de los más visibles. Sólo en los temas de economía y política Wikipedia enlista 150 y la Heritage Foundation alrededor de 130.
La temática de esos centros y think tanks es muy variada y no se limita a la realidad de Estados Unidos; es de hecho global. Muchos tienen que ver con defensa y seguridad nacional y con su reverso: estrategias para controlar y combatir donde se presente –sobre todo en su patio trasero, que no hemos dejado de serlo– aquello que milite contra sus intereses o de los intereses convergentes de sus trasnacionales. Desde vivienda, salud, educación y recursos naturales hasta las principales ramas económicas, el gobierno, la ciencias y la tecnología, así como problemas sociales, son algunos de sus temas que, por supuesto, implican aquí y allá a los países de América Latina y el Caribe.
Añádanse las agencias, oficinas, consejos, comisiones, donde se realizan numerosas investigaciones vinculadas a la gestión estatal, el control sociopolítico interno y externo del gobierno estadunidense y la defensa y la seguridad. Son cientos. El cine y ciertos hechos nos han familiarizado con la FBI, la CIA, la DEA: la punta del iceberg.
Buena cantidad de ese universo de lugares desde los cuales se hace investigación sobre nuestros países se halla en manos de la derecha (los famosos neocons o neoconservadores). De algunos hemos conocido sus programas e informes estratégicos que atentan contra el interés soberano de los países latinoamericanos y caribeños: el Instituto Santa Fe, el Instituto Baker de Políticas Públicas, Pro Pública, la Heritage Foundation, la Red Atlas y la Usaid (ya extinta).
Frente a esa enorme acumulación cognitiva sobre nuestras realidades, los gobiernos, las entidades educativas de nivel superior y los centros civiles de cada uno de los países que integramos la América al sur del río Bravo, o bien nada hacen o lo que hacen es insignificante acerca de lo que geopolíticamente representa Estados Unidos para el subcontinente. Como si lo que irradia todos los días y a cada hora hacia nosotros no tuviera la importancia que tiene.
De ahí que ante decisiones que afectan nuestro presente y futuro, como las que hoy se derivan del gobierno encabezado por Donald Trump, nuestras respuestas sean usualmente reactivas. Carecemos de estrategias de defensa territorial, soberana, de nuestros recursos naturales, de economía (sobre todo financiera y de inversiones), de objetivos y operaciones militares, de migración, tráfico criminal, expresiones culturales.
Por lo que hace a México, sólo en unas cuantas instituciones educativas se realizan estudios e investigaciones sobre Estados Unidos. Están el Centro de Investigaciones sobre América del Norte (UNAM), y programas en torno al tema en El Colegio de México, El Colegio de la Frontera Norte, la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, la Universidad de Guadalajara, el Instituto Politécnico Nacional, la Universidad Autónoma de Querétaro, la Universidad Autónoma de Yucatán, el Tecnológico de Monterrey, la Universidad Iberoamericana, la Universidad Intercultural Maya de Quintana Roo, la Universidad de Guanajuato, el Instituto Tecnológico Autónomo de México, la Universidad de las Américas. Y los estudios que desarrollan, a título individual o de grupo, los investigadores inscritos en el Conahcyt. Menos, en todo caso, que el número de instituciones y centros de estudios que existen en las principales universidades de Estados Unidos sobre México.
Algunos de esos programas están patrocinados por el Departamento de Estado y en colaboración con empresas mexicanas y extranjeras. Por ejemplo, el Fondo de Innovación 100K in the Americas, en coparticipación con la Fundación Jenkins, Coca-Cola en México y Sempra Energy. Su orientación ideológica, es claro, obedece a los intereses de Estados Unidos. Y lo que se requiere es de estudios e investigaciones sobre Estados Unidos con una visión estratégica desde América Latina y el Caribe. A esta región pertenece México, aunque a veces no se lo piense así. Justo como lo expresó la presidenta Claudia Sheinbaum en la reciente cumbre de la Celac.
Estudiar con esa visión a Estados Unidos. Y de igual manera, para entenderlo cabalmente, asumir ese necesario ejercicio respecto a los países de América Latina y el Caribe. Estudiar, pues, las Américas. Creo que es imperativo.
Los grupos de guardabosques comunitarios siempre han sido claves para detener el fuego y este año no ha sido la excepción. A ellos se suman las redes populares que los alimentan, hacen acopio de víveres y herramientas. A diferencia de años anteriores, las autoridades municipales y estatales actuaron rápido y en coordinación con los grupos locales. Sin embargo, las fuerzas colectivas volcadas a detener el desastre han resultado insuficientes. Además, hay otros 15 incendios activos en el estado.
Las igniciones han avivado el debate en torno a la necesidad de mejorar los equipos y presupuestos federales para su combate. Se piden más helicópteros y se clama por drones cisterna (que no existen) para atender mejor eventos futuros. Sin embargo, la solución al problema debe buscarse en las causas y no en el estado de fuerzas para atender estos siniestros que, hasta hace poco, no eran tan recurrentes ni devastadores.
En 1997, en medio de la lucha contra la construcción de un club de golf, el pueblo tepozteco enfrentó un incendio sin ayuda alguna del gobierno. Murieron tres brigadistas y se consumieron 70 hectáreas de bosque. El hecho conmovió al pueblo y quedó marcado en su memoria como excepcional. Pero en años recientes los incendios han sido brutales. En 2022 consumieron 460 hectáreas, 520 hectáreas en 2023 y 127 hectáreas en 2024 (según Conafor). La explicación no está sólo en el estrés hídrico de la región ni en el cambio climático global.
En el marco de las dinámicas neoliberales de acumulación de capital, en los últimos 20 años Tepoztlán se ha convertido en uno de los destinos turísticos más importantes del país. Además de las masas humanas que atiborran las principales calles del pueblo, han aumentado la cantidad de hoteles en más de 1000 por ciento y la venta de tierras para construcción de casas de fin de semana o de renta en plataformas como Airbnb. Los lugares más codiciados están en el Valle de Atongo (por el agua subterránea) y las laderas de las montañas por su riqueza biológica y paisajística. Las zonas en que más ha crecido la venta legal e ilegal de tierras es San Juan Tlacotenco, Santo Domingo Ocotitlán y Amatlán de Quetzalcóatl, que son los lugares más afectados por los incendios. Los otrora campesinos hoy despachan cervezas y venden los fragmentos de tierra que les quedan.
En ningún incendio previo ha habido castigos ejemplares ni se han frenado las construcciones erigidas sobre las cenizas. El bosque ha dado paso a residencias de lujo, fraccionamientos habitacionales y sembradíos de aguacate. Si bien hasta ahora no se ha explicado el origen de estos últimos incendios, ellos ocurrieron justo en las zonas altamente codiciadas para la compraventa y en las que, hasta hace poco, se defendía su carácter inalienable.
Urgen políticas contundentes para frenar la especulación y despojo del territorio. Además, la aplicación estricta del artículo 97 de la Ley General de Desarrollo Forestal Sustentable, que prohíbe el cambio de uso de suelo por 20 años en zonas incendiadas. Se deben suspender todas las licencias de construcción en esa zona y prohibir terminantemente nuevas construcciones en el bosque. Se deben proscribir todas las cesiones de derechos agrarios hasta que no se convoque a un proceso transparente y democrático para la elección de autoridades comunales legítimas.
Cada incendio que ocurre en Tepoztlán, en contraste con las imágenes desgarradoras de la destrucción, salen a la luz potentes imágenes de las fuerzas comunitarias que han resguardado los montes, tierras y aguas por cientos de años. Esas potencias del pueblo hacen hasta lo imposible por frenar la destrucción y nutren la esperanza en medio del desastre. Pero en lo cotidiano esas fuerzas permanecen soterradas, apabulladas por la dinámica del turismo y por la venta de tierras que tiene entrampada a la mayoría de la población. Esas fuerzas que hoy emergen, indignadas y rebeldes, deberán quedarse así, activas, intransigentes y unificadas hasta que frenen el despojo de sus montañas, que son lo que le dan vida y sentido a ese pueblo.
* Filósofo
En los libros y textos periodísticos de nuestro querido uruguayo bebe uno sin meterse en honduras y complicaciones teóricas, una certera crítica a las opresiones que hemos vivido los pueblos latinoamericanos: el colonialismo, el racismo, el clasismo y el sexismo, sin olvidar la dominación de la religión institucionalizada. El de Galeano es un pensamiento decolonial, expuesto desde la perspectiva y desde el lenguaje de los pueblos latinoamericanos.
Mi primer encuentro con Galeano fue Las venas abiertas de América Latina , vasto análisis de la expoliación colonialista de los pueblos y la Madre Tierra en Latinoamérica. A veces criticada, incluso autocriticada, la obra consagra a Galeano como maestro de la sospecha de la historia de nuestra América. Denuncia de la conquista y la colonización, no como expedición descubridora o aventura misionera, sino como saga de la ambición y del despojo. Revelación de la sangre, el sufrimiento y la destrucción ambiental que cimentaron la riqueza capitalista de Europa.
Mi segundo encuentro con Galeano lo propició una amiga uruguaya, ex tupamara exiliada en París. Me regaló la trilogía Memoria del fuego, especie de Canto general en prosa de la historia diversa, polícroma, polifónica de América Latina. Historia social, sin grandilocuencia, con estampas, viñetas breves y sabrosamente narradas de las mitologías indígenas y populares, de las gestas y luchas colectivas, de los claroscuros de sus héroes, de la vida cotidiana y la narrativa de los de abajo, retrato de los excesos, mentiras y coartadas de los de arriba. Es un fresco impresionante, real memoria del fuego libertario que bulle en la patria grande.
El tercer encuentro con Galeano fue muy personal, y de importancia existencial para mí. En 1997 fui secuestrado en la Ciudad de México. Mis captores me llevaron a un hotel de mala muerte; bajo golpes y amenazas me tendieron entre dos camas y me pateaban y amenazaban de muerte. Permanecí tranquilo. Al rato empezaron a ver uno de los partidos de futbol de la Copa América, y cuando no supieron el nombre de un jugador, se los dije. Luego me acordé de una anécdota sobre el futbol –otro de los temas favoritos de Galeano– que había publicado La Jornada el domingo anterior:
Durante la guerra de Bosnia, andaba reporteando allá el equipo del
productor Epigmenio Ibarra. Los encuentra una patrulla serbia y como no
se podían comunicar, estaban a punto de fusilarlos, entonces el capitán
vio en la bolsa de la camisa de uno de ellos su pasaporte mexicano. Lo
tomó y viéndolo exclamó: ¡México, Hugo Sánchez!
sonrió, les
devolvió el pasaporte y los dejó ir en sana paz. Cuando conté esto a mis
secuestradores, la relación con ellos cambió, me dejaron de golpear y
hasta me ofrecieron una torta. A mi vez comencé a contarles chistes.
Horas después me dejaron amarrado y se fueron. Al transcurrir de un año,
nuestro querida La Jornada publica una nota: Aprehenden a peligrosísima banda de secuestradores
,
son quienes secuestraron al chofer de la roquera Alejandra Guzmán y a
un diputado que salvó su vida gracias a que les contó chistes durante
horas” https://acortar.link/cC1VBJ.
Al cumplir 70 años Eduardo Galeano quise agradecerle que sin darse cuenta me salvó la vida. Publiqué en estas páginas Carta a Eduardo Galeano
, contándole la anécdota y dándole las gracias. No sé cómo me llegó su respuesta: Es maravilloso lo que la literatura puede hacer, amigo Quintana
.
Entonces me convencí de que escribir, narrar como lo hace Galeano, es
apelar a lo mejor, a lo más humano que hay en cada uno, aunque actúe
como secuestrador.
Galeano contó esta anécdota en un telenoticiario deportivo de Argentina y luego me hizo el honor de incluirla en su libro póstumo Cazador de historias.
Mi cuarto encuentro con Galeano comenzó desde el primero y aún continúa. Es el leer y releer sus páginas. Repasar sus días y noches de amor y guerra, compartir los abrazos de su libro, recorrer con él el mundo patas arriba, pensar que alguien debería escribir sobre el beisbol con la pasión y el ingenio que él escribe del futbol. Aprender una y otra vez de su narrativa sencilla y profunda, de su libertarismo que no teme criticar a nada ni a nadie, de su capacidad para acercarse a los pueblos y retomar sus imágenes, sus sonidos, sus leyendas, sus sufrires y sus soñares.
Leer a Galeano es trascender el mero disfrute literario. Es un recorrer los combates de nuestros pueblos, un contagiarse de su denuncia de la injusticia, un enriquecer de imaginarios, experiencias y utopías libertarias. Un sumergirse en los momentos de amor, de pasión, de camaradería.
Galeano nunca ganó el Nobel de Literatura. Pero pocos autores hay que hayan inspirado, acompañado e ilustrado con pasión, con belleza y con su vida propia las luchas de nuestra América. ¿Puede haber un premio mejor que ése?
que los datos eran irreversibles, a pesar de que la representante de Revolución Ciudadana no acepta lo que considera un fraude colosal, exigiendo, si es necesario, contar voto por voto.
Mientras, los reconocimientos al triunfo de Noboa no ven razón para esperar. Las misiones extranjeras no vieron indicios de fraude en un proceso en el cual el presidente es candidato, juega ilegalmente los dos papeles; el decreto de Estado de excepción a unas horas del proceso electoral en siete regiones, donde se contabiliza 60 por ciento de la votación y peor evaluado resultó Noboa en la primera vuelta; el que se hayan movido de lugar 18 sitios de votación; el reparto de dinero –500 mil millones de dólares en bonos–; espots; el despliegue de 45 mil militares que intimidaban a los votantes; la prohibición de tomar foto al voto como forma de control electoral, y por último, el injerencismo inadmisible de Black Water, definida como organización paramilitar estadunidense por France 24 (16/3/25).
Se puede decir que fue una elección de Estado, en la cual el grupo en el poder político, económico y familiar controla el aparato mediático, jurídico, el árbitro electoral, la policía y las fuerzas armadas.
Por eso las misiones internacionales no notaron falta alguna. Los
líderes de la ultraderecha latinoamericana se precipitaron para
felicitar a Daniel Noboa por vencer nuevamente al correismo en Ecuador
(sic) –como encabeza su nota el medio de derecha Infobae–, entre otros,
Guillermo Lasso, María Corina Machado, Iván Duque, así como presidentes
afines a esa línea política.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, demostrando rigor
analítico y ético aún no manifiesta una posición oficial al señalar que Luisa González, la candidata, no reconoce el triunfo de Noboa. Vamos a esperar
.
Hay que tener presente que las relaciones diplomáticas de México con
ese país están rotas desde el brutal ataque militar del 5 de abril de
2024 a la embajada de México para secuestrar a nuestro asilado, Jorge
Glas, violación sin sanción y excusa alguna hasta ahora.
El mayor problema con los reconocimientos precipitados es el no poner en cuestión el modelo de país militarizado y subordinado a los designios imperiales de Estados Unidos, país que desesperadamente trata de frenar la intensificación de su deterioro hegemónico (el envío de tropas al Canal de Panamá y la intensificación del sometimiento de Argentina mediante el aumento de la deuda externa por 20 mil millones de dólares son acciones complementarias al triunfo de Noboa).
En entrevista con La Base, (14/4/25) el periodista Orlando Pérez se refirió a lo que viene a continuación: el
objetivo fundamental de la derecha ecuatoriana es desmontar la
Constitución de Montecristi, desarrollada por Revolución Ciudadana y
organizaciones sociales y populares en 2007 y 2008
y, mediante una nueva Asamblea Constituyente, tener un documento más afín a sus intereses.
El segundo elemento, de la mayor importancia, es como señala Pérez: eliminar todo el andamiaje correísta, nadie duda que esto será hacer tierra arrasada con el correísmo
.
Sigue la destrucción de todo el sistema de seguridad social ecuatoriana, la destrucción de la economía del país para favorecer a las grandes fortunas y destruir los derechos sociales fundamentales que se lograron consolidar con garantías plenas en la Constitución de Montecristi.
Esto tiene implicaciones gravísimas para la independencia y la vida de la sociedad ecuatoriana, ya que desde el decreto de conflicto armado interno
(8/4/24) para combatir a 22 grupos del crimen organizado trasnacional,
así como contra “actores no estatales beligerantes (sic), como señala
por su parte Franklin Ramírez Gallegos, consolida el apoyo de los
militares a la policía en tareas de seguridad interna sin requerir una
declaratoria de excepcionalidad. Con el apoyo de 72 por ciento del
electorado la militarización de la seguridad perdió carácter extraordinario y entró al cuerpo constitucional
. Hasta diciembre de 2024 van 65 mil prisioneros (Nueva Sociedad, abril de 2025).
La otra dimensión de este proceso de militarización y guerra interna
son los pactos que se establecen con EU a través de su Comando Sur y su
expansión para el control militar, en la cual Ecuador es una pieza
clave, como me referí en otro articulo (ver JSF, Ecuador en la estrategia imperial
, La Jornada,
22/2/24), con el acuerdo firmado por Noboa para contraoperaciones
militares conjuntas que implican la instalación de una base militar de
Estados Unidos en la isla Galápagos, así como la presencia de personal
militar estadunidense, el cual gozaría de total inmunidad y todo tipo de
privilegios para contrarrestar la actividad criminal.
Facebook: John Saxe-Fernández
ACLARACIÓN. En el número anterior se señaló como lugar de
inicio de la campaña para ministra de la Suprema Corte de la magistrada
Natalia Téllez Torres Orozco el monumento de las víctimas del hospital ABC
, cuando debió señalarse el memorial de la guardería ABC
.
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