El próximo miércoles está agendada la discusión de un amparo de TV Azteca en la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, un amparo que atenta contra políticas de protección de la infancia. La televisora de Salinas Pliego, empresario destacado por su desdén a los derechos humanos, se amparó contra una política recomendada por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia y de la Organización Mundial de la Salud. Dicha política está dirigida a proteger a la infancia de la publicidad de alimentos y bebidas no saludables, una recomendación basada en la enorme evidencia existente sobre el impacto de la publicidad en los hábitos alimentarios de niñas y niños que, se ha identificado como una de las principales causas de la epidemia global de sobrepeso y obesidad infantil.
La publicidad de alimentos y bebidas no saludables se reconoce como uno de los factores comerciales determinantes del deterioro de la alimentación desde muy temprana edad, uno de los mayores problemas de salud pública que enfrenta la humanidad.
El amparo es contra el Reglamento a la Ley General de Salud en Materia de Publicidad, reformado en 2022, que establece que los alimentos y bebidas que presentan sellos de advertencia como parte del sistema de etiquetado frontal no deberán “incluir personajes infantiles, animaciones, dibujos animados, celebridades, deportistas o mascotas, elementos interactivos, tales como juegos visual-espaciales o descargas digitales, dirigidas a niñas y/o niños que inciten, promuevan o fomenten el consumo, compra o elección de dichos productos”.
Desde 2006 la Organización Mundial de la Salud estableció que: “La publicidad afecta la elección de alimentos e influye en los hábitos de nuestras dietas… la publicidad de alimentos y bebidas no debe explotar la inexperiencia y credulidad de los niños”. Explotar la inexperiencia y credulidad de los niños, como dice la OMS, es abusar de la infancia, es abusar de un grupo altamente vulnerable, es violar sus derechos, los derechos de la infancia.
Nacimos y crecimos en un mundo inundado de publicidad, nos exponemos a miles de anuncios cada día y, por ello, inmersos en este entorno, no distinguimos sus efectos, que empiezan desde muy temprana edad. La Academia Americana de Pediatría ha establecido que, a partir de los 6 meses, un niño ya puede reconocer una marca y, a los tres años, ya se registra la influencia de la publicidad. Diversos estudios han demostrado las preferencias de niñas y niños por productos publicitados con personajes, en comparación con aquellos que no los presentan. Lo más grave es que los peores productos en el mercado, los que más azúcares, grasas, sodio, colorantes, saborizantes y aditivos artificiales contienen, son los que se publicitan a niñas y niños
El Instituto de Medicina de la Academia de Ciencias de los EUA, en su libro Publicidad de Alimentos a Niños y Jóvenes, publicado en 2006, evaluó la evidencia científica de 123 estudios empíricos, a partir de un protocolo elaborado por un reconocido grupo de expertos. Entre los hallazgos reportados desde entonces está que, entre los 2 y 3 años de edad, ya se puede estar determinando el gusto por alimentos con altos contenidos de azúcares, grasas y/o sal. Ahí se encuentra uno de los principales orígenes de la epidemia global de sobrepeso y obesidad infantil, que en la edad adulta se convierte en la epidemia de diabetes y enfermedades cardiovasculares, que son hoy la principal causa de enfermedad y muerte.
Y la pregunta es: ¿por qué continua esta publicidad cuando la evidencia demuestra el daño que hace a las infancias? La respuesta la encontramos en lo que ocurrió en los Estados Unidos 8 años antes. En 1979, la Comisión Federal de Comercio (Federal Trade Commission) recomendó prohibir la publicidad de alimentos con altos contenidos de azúcar en los Estados Unidos. La razón: la población estadounidense sufría una epidemia de caries y deterioro del arco dental, estimado en miles de millones de dólares, y la principal causa se encontraba en los productos más publicitados a la infancia y los jóvenes.
La respuesta de las grandes corporaciones, a través de su poderoso cabildeo en el Congreso de los Estados Unidos, no sólo fue aniquilar esa recomendación, sino que fue más allá: el Congreso retiró facultades de regulación a la FTC y le recortó recursos. El resultado: la caries y el deterioro del arco dental son asumidos como algo natural, y se ha olvidado que están íntimamente ligados a la alimentación y que la causa principal es el alto consumo de azúcares.
Puede escribirse una larga historia negra de la publicidad de productos no saludables a niñas, niños y adolescentes, de la evidencia sobre sus daños y de la violación que ésta significa a sus derechos.
Sin embargo, solo existe una causa para que esto continúe: el enorme poder de las corporaciones que bloquean estas políticas con el fin de seguir beneficiándose de la producción y venta de estos productos, así como de quienes se benefician con los pagos multimillonarios de su publicidad, como es el caso de TV Azteca, que ha llevado su amparo hasta la Suprema Corte de Justicia de la Nación para continuar con la publicidad de productos que dañan la salud dirigida a niñas, niños y jóvenes.
Esperamos el voto unánime de los ministros y ministras de la Suprema Corte para desechar este amparo y que quede establecido que es totalmente constitucional prohibir la publicidad de estos productos hacia las infancias.
Alejandro Calvillo
Sociólogo con estudios en filosofía (Universidad de Barcelona) y en medio ambiente y desarrollo sustentable (El Colegio de México). Director de El Poder del Consumidor. Formó parte del grupo fundador de Greenpeace México donde laboró en total 12 años, cinco como director ejecutivo, trabajando temas de contaminación atmosférica y cambio climático. Es miembro de la Comisión de Obesidad de la revista The Lancet. Forma parte del consejo editorial de World Obesity organo de la World Publich Health Nutrition Association. Reconocido por la organización internacional Ashoka como emprendedor social. Ha sido invitado a colaborar con la Organización Panamericana de la Salud dentro del grupo de expertos para la regulación de la publicidad de alimentos y bebidas dirigida a la infancia. Ha participado como ponente en conferencias organizadas por los ministerios de salud de Puerto Rico, El Salvador, Ecuador, Chile, así como por el Congreso de Perú. el foro Internacional EAT, la Obesity Society, entre otros.
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