Antonio Gershenson
Las declaraciones del presidente
electo de Estados Unidos han mencionado a China, y creo que es
conveniente recordar y razonar la situación de China y, en general, de
Asia. Y la de Estados Unidos y sus economías.
Según datos del
Banco Mundial, el crecimiento económico de algunos de los más grandes
países asiáticos en promedio de los nueve últimos años completos (o sea,
hasta 2015), es: China, 9.2 por ciento; India, 7.4 por ciento;
Indonesia, 5.6 por ciento, y Vietnam, 6.2 por ciento.
En cambio,
ese mismo crecimiento, en el mismo periodo, es de 1.3 por ciento en
Estados Unidos, 1.1 en Alemania y 0.7 por ciento en Gran Bretaña,
principales países del llamado primer mundo. Y dicen que China está en
crisis. ¡Mira quién habla!
Estos datos son importantes para el
futuro. Obviamente, los países de altos índices crecerán, y han crecido,
mucho más rápido que los de índices mínimos.
No es sólo en este
campo en el que China crece. En un artículo reciente informamos que ya
el principal país en el comercio exterior de Chile ya es China, y eso
sólo es una muestra del cuadro internacional.
También hemos
informado del cambio político de Filipinas, cuyo nuevo presidente
anunció su alejamiento de Estados Unidos y tuvo una gira de cuatro días
por China, que incluyó una reunión con el presidente de ese país.
Es
ya conocido el ferrocarril que se construyó y funciona entre China e
Irán. Esta vía férrea recorre 90 por ciento del continente asiático, y
sólo le falta un país para llegar al fin de Asia y principio de Europa:
Turquía, que también ha cambiado su política en el sentido de alejarse
de la Unión Europea, a la que antes había solicitado en vano su ingreso.
Se está haciendo una vía de tren entre una ciudad de este país y otra
ciudad de Irán, y por el otro lado, hace poco se terminó un túnel bajo
el canal que une el Mar Negro y el Mediterráneo, y Turquía tiene una
pequeña parte del país en Europa, ya unida con el resto del país con el
túnel. También recientemente ha dado muestras de acercamiento con el
resto de Asia, incluso China.
Si llega a
completarse un ferrocarril que atraviese toda Asia, eso aumentará y
abaratará el comercio internacional. Claro, se pueden oponer los que
perderían los últimos restos del colonialismo, por ejemplo los barcos
que desde Europa dan la vuelta por el sur de Sudáfrica para llegar a los
puertos de Asia, con un transporte mucho más tardado y caro que el del
ferrocarril.
De Estados Unidos, en relación con Asia, parece ser
que o ha perdido, o está perdiendo, dos aliados, uno en cada extremo,
Filipinas y Turquía. Creo que se requeriría diplomacia y no amenazas,
para tratar de revertir esos procesos, y lo digo por lo que ha expresado
y mostrado el presidente electo en el vecino país.
En México casi
no se habla de estos procesos en Asia, y algunos prefieren ver sólo
hacia el norte. A un país de mínimo crecimiento económico. Un
crecimiento más pequeño que el mínimo al que han condenado a México, del
orden de 2 por ciento, después de que durante 40 años vivió con 6 por
ciento de crecimiento económico.
Debemos ver que en otra parte del
mundo sí ha sido posible un crecimiento, incluso superior, al que
tuvimos. Y hacerlo posible, claro, con otra política económica, ya que
nuestra historia, y otra parte del mundo actual, mostraron y están
mostrando que es posible.
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