Mayor apertura de ciudadanía para impulsar a candidatas
A
casi año y medio de que se celebren los comicios presidenciales en
Estados Unidos, las mujeres tienen grandes posibilidades de llegar a
controlar la Casa Blanca, según análisis preliminares.
EU cerró 2014 con una población de 319 millones 47 mil personas, y las
mujeres son mayoritarias, con 160 millones 567 mil 653 habitantes de
sexo femenino, lo que supone el 50.79 por ciento del total, frente a
los 155 millones 561 mil 186 hombres, que representan 49.21 por ciento.
Las estadísticas no significan que todas las mujeres votarían por un
candidato de su mismo sexo, aunque sí ilustran su potencial numérico.
Esta situación aviva el debate e incluso grupos de mujeres hablan
eufóricamente de un control total de la Casa Blanca con una fórmula que
lleve a Hillary Clinton como candidata a la Presidencia por los
demócratas, y a la senadora Elizabeth Warren, como vicepresidenta.
En 1913, mujeres estadounidenses marcharon por las calles del país para
exigir su derecho a votar, y ahora son una población importante para
decidir el resultado de los comicios presidenciales en 2016.
La Convención sobre los Derechos Políticos de la Mujer (Convention on
the Political Rights of Women) fue adoptada por la Asamblea General de
Naciones Unidas en la resolución 640 (VII), del 20 de diciembre de
1952, y entró en vigor el 7 de julio de 1954.
Ese texto de aceptación establece que “las mujeres tendrán derecho a
votar en todas las elecciones en igualdad de condiciones con los
hombres, sin discriminación alguna”.
A casi 100 años de que obtuvieron el derecho al sufragio (1920), las
estadounidenses pueden llevar a una de ellas a la Oficina Oval de la
Casa Blanca, según indican las encuestas electorales.
Hillary Rodham Clinton, aspirante a la nominación demócrata, y Carly
Fiorina, por los republicanos, podrían romper la cadena que impidió a
las mujeres conducir los destinos de EU.
Según un reciente artículo del diario The New York Times, la presencia
de mujeres en la apuestas por el gobierno resalta que las actitudes han
cambiado gradualmente en 80 años.
En 1970 dos tercios de los participantes en una encuesta opinaron que
no habría una mujer presidenta por mucho tiempo, aunque no descartaban
que algún día eso pudiera ocurrir.
Durante años diferentes estudios medían si las mujeres deberían ser iguales en el lugar de trabajo.
Una encuesta de 1972 encontró que 29 por ciento de la población pensaba
que el lugar de las mujeres estaba en la casa. Sólo 47 por ciento de la
población opinaba que deberían tener un papel igual al hombre en el
trabajo; otro 24 por ciento se puso de lleno en medio o no sabía qué
pensar sobre la cuestión.
Para 1980, 20 por ciento de los estadounidenses consideraba que las
mujeres debían quedarse en casa, y una década más tarde casi 15 por
ciento lo sentía así.
Ya en 2008, un sondeo encontró que apenas el 7 por ciento de los
estadounidenses todavía estimaba que el lugar de las mujeres estaba en
la casa; 10 por ciento no se inclinaba por ninguna opción, pero el 83
por ciento apoyó la igualdad y el trabajo.
Durante años fue creciendo el apoyo a la pregunta “¿Usted votaría por
una mujer como presidenta?”. La progresión fue gradual y ya ahora no
hay reparos en llevar a las norteamericanas a la butaca presidencial.
Así, un sondeo de Gallup en 1937, entre mil 500 adultos, encontró que
el 64 por ciento de los consultados dijo que no votaría por una mujer
para presidenta aunque estuviera calificada para el cargo.
En 1945, una pesquisa de Gallup descubrió que si un partido llevaba a
una candidata, más de la mitad de los votantes (55 por ciento) dijo que
no la apoyaría. A lo largo de las décadas de 1950 y 1960, el apoyo
creció lentamente, acercándose un poco más allá de 50 por ciento hacia
el final de los años 60.
A partir de la década del 70 más estadounidenses se unieron a llevar
las “faldas” a la Oficina Oval, y en 1978 las dos terceras partes
favorecieron que si esa era la decisión del partido la apoyarían.
En esta década, casi todos los estadounidenses (95 por ciento, según el
Centro Roper) dicen que votarían por una mujer si ella estuviera
calificada y si fuera candidata del partido.
El reto para las mujeres está planteado; ahora resta ver si las
actuales pretendientes, Clinton o Fiorina, logran convertirse en la
próxima comandante en jefe de EU.
Sin embargo en la puja por la Presidencia, a la ex secretaria de Estado
Hillary Clinton otra mujer se le adelantó más de un siglo.
Victoria Woodhull fue nominada como candidata a la Casa Blanca por el
Partido por la Igualdad de Derechos, que presentó su reto en mayo de
1872, casi medio siglo antes de que las mujeres obtuvieran el derecho a
votar en EU.
Sin importar a quién postulen los republicanos a la Presidencia, es muy
probable que Clinton gane el voto de las mujeres. Lo que ella necesita
es a los hombres. Así que en vez de centrar su campaña en las mujeres,
que representan, al menos, la mitad del electorado estadounidense, tal
vez deba encontrar una forma de cortejar al otro sexo, estiman
analistas políticos.
Por lo pronto, Clinton, la puntera en la puja por la nominación
demócrata, está sometida al fuego cruzado de los republicanos, que
intentan afectarla por el uso de una cuenta de correo electrónico
privada durante su desempeño como secretaria de Estado, y por los
sucesos en el consulado estadounidense en Bengasi, Libia.
Pese a que es considerada una candidata formidable, e incluso son pocos
los que pueden competir con ella en la recaudación de fondos, aún queda
mucho camino por recorrer para que los partidarios de una mujer
presidenta echen las campanas al vuelo.
*Periodista de la Redacción Norteamérica de Prensa Latina.
Por: Luis Beatón* Cimacnoticias/PL | La Habana, Cuba.-
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