El 68 a medio siglo
Se le menciona en tono de horror y descalificación, señala académica
A 19 años del movimiento estudiantil de 1999, que tuvo en
huelga por 10 meses a la Universidad Nacional Autónoma de México
(UNAM), la institución y los universitarios no se han detenido a
reflexionar sobre él, planteó ayer Marcela Meneses Reyes, académica del
Instituto de Investigaciones Sociales y participante de las
movilizaciones del Consejo General de Huelga (CGH).
En la décimo primera sesión del curso interinstitucional Un Siglo de
Movimientos Estudiantiles, organizado por el Seminario de Educación
Superior de la UNAM, titulada Consejo General de Huelga UNAM, 1999-2000, Meneses consideró importante que se abran espacios para hablar de este movimiento.
Es un hecho comprobable que la institución no se ha detenido a reflexionar en torno a este movimiento. Generalmente, cuando se le menciona es en un tono de horror y descalificación, y no entramos a profundidad en él, a revisar la institución y todo el proceso que ha generado al interior de la universidad misma, señaló.
Dos visiones: protagonistas y sus opositores
Meneses Reyes, autora de una tesis de doctorado sobre
este movimiento estudiantil, realizada bajo la asesoría de Adolfo Gilly,
consideró que han prevalecido dos visiones de la huelga del 1999-2000.
Por un lado está, dijo, la de los propios estudiantes que participaron en ella, y de los profesores que los apoyaron, que es de
heroificacióny exaltación del actuar del movimiento, pero
sin una capacidad reflexiva o autocrítica.
Por otra parte está la postura de los opositores al CGH y al
movimiento, que presentan una visión descalificadora hacia una huelga
tan larga y hacia las acciones violentas encabezadas por algunos
estudiantes.
Entre esos dos polos, Meneses indentifica que no hay un acercamiento
profundo a los miles de estudiantes corrientes que participaron en el
inicio de la huelga y su sostenimiento, así como de sus consecuencias.
En su opinión, el recuerdo que ha predominado sobre este movimiento es el del ala
ultrade la organización estudiantil, sus decisiones y sus métodos.
Pero no todo fue eso. Estábamos los miles de estudiantes de las escuelas. Se ha borrado e invisibilizado la experiencia humana de miles de estudiantes, que íbamos de los 12 a los 25 o 26 años de edad, porque había estudiantes en la huelga desde el nivel de iniciación universitaria hasta licenciatura y posgrado, destacó.
Consideró que es importante comprender quiénes eran esos estudiantes,
qué los llevó a la huelga y a oponerse a las reformas impulsadas por el
rector Francisco Barnés de Castro, que incluían la implementación de un
nuevo sistema de cuotas en la universidad.
Arturo Sánchez Jiménez
Periódico La Jornada
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