No me pelearé con las empresas
Aun cuando las empresas Carso Energy, IEnova y
TransCanada no acepten renegociar los contratos de gasoductos con la
Comisión Federal de Electricidad (CFE),
en definitiva no va a haber sanciones, no somos leguleyos, aseveró el presidente Andrés Manuel López Obrador.
No es un asunto legal, que nadie se espante, nadie se ponga nervioso; se van a respetar los contratos, porque son compromisos que se firmaron.
Al ratificar su desacuerdo con los términos pactados con las empresas
consideró que se trataba de un llamado a la renegociación de los
acuerdos. Emplazó a organismos empresariales, como el Consejo
Coordinador Empresarial o la Confederación Patronal de la República
Mexicana a deslindarse de este tipo de tratos y
en vez de defender a ciegas, entiendan que a todos conviene combatir la corrupción e impunidad.
No me voy a pelear con las empresas, pues lo que se busca es
moralizar al país.
El jefe del Ejecutivo federal insistió en que
lo que no queremos es la corrupción. Necesitamos la participación del sector privado, pero no del atraco en detrimento de las finanzas públicas, del interés general. Que sean verdaderos empresarios quienes practican el influyentismo.
Como secuela de la denuncia pública que hizo la víspera, López Obrador arremetió otra vez contra los chapulines fifís que
brincana trabajar a empresas relacionadas con ellos.
Es una vergüenza. No le hace que se enojen, pero tenemos que acabar con el cáncer de la corrupción y la simulación; con el hecho de que las leyes se respetan en la forma y se violan en el fondo.
Al igual que se detectaron estos vínculos en el sector energético,
también existen en Hacienda o con el ex presidente Ernesto Zedillo lo
tuvo en el sector de los ferrocarriles. Hay quienes sostienen que no es
ilegal.
Pues no, es inmoral y es una vergüenza.
Recordó que quienes
rescataron los bancos con el Fobaproa se fueron a trabajar a ellos, una vergüenza. Un organismo que fue el encargado del rescate, el Ipab (Instituto para la Protección al Ahorro Bancario), su director se fue a trabajar a Citibank.
Al referirse a los movimientos bursátiles provocados, el Presidente
minimizó su impacto, pues la Bolsa Mexicana de Valores tuvo un
comportamiento positivo.
Sólo las acciones de las empresas referidas resintieron el impacto, lo que demuestra que estamos ante un sector financiero bastante responsable e inteligente. Se castiga, si es que fue así, por lo que considera el mercado una actitud indebida.
López Obrador descartó consecuencias legales de una frustrada
renegociación de los contratos, ratificando el cumplimiento
gubernamental. Consideró que eran injustos aunque sean legales, pero
admitió que es una responsabilidad del gobierno el que se liberen los
tramos que se encuentran bloqueados por inconformidad social, porque así
se estableció el contrato.
Nosotros vamos a cumplir, ni modo. Si sigue parada la obra, vamos a seguir pagando. Haremos un llamado a los que tienen detenidas estas obras, decirles que voy a ir allá a hablar con ellos como lo hice en Cuautla, a ver si se deciden a dejar de impedirla. Va pasando el tiempo y estamos hablando de miles de millones de pesos.
Las empresas deberían reconsiderarlo desde el punto de vista moral:
Estoy cobrando y me siento mal. Ya no puedo ir a los templos, no puedo ir a la Iglesia. Tengo problemas de conciencia. Quiero estar bien con mi conciencia. Demandó que sean empresas con dimensión social, con dimensión cívica, con moralidad; no es un asunto legal, y dijo y subrayó que en caso de que no renegocien tampoco habría vetos a participar en subsecuentes contratos.
Alonso Urrutia y Alma Muñoz
Periódico La Jornada
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