Utopía
Eduardo Ibarra Aguirre
La frase que encabeza estas líneas es de la consejera presidenta del Instituto Nacional Electoral y con ella intentó eludir la pregunta de los colegas: “¿Pretende no confrontarse?” Formulada a renglón seguido de que al término de su primera conferencia de prensa, donde se le preguntó si busca proyectar un nuevo estilo. Después de pensarlo dijo: “Ah, no, no sé, eso lo van a ir diciendo ustedes. Yo lo único que sé es que nos toca trabajar y trabajar muy bien”.
Atinada la administradora Guadalupe Taddei Zavala al cuidar sus formulaciones después de padecer al consejero presidente que privilegió la confrontación con el titular del Ejecutivo federal e incluso con el Órgano de Control Interno, los tonos rijosos en los medios –incluidas las redes sociales con un protagonismo desbordado–, los excesos presupuestales, el derroche de recursos del erario para beneficio personal y una serie de prerrogativas para los consejeros, como los gastos para boda. Hasta el “jefe de la oficina” de Lorenzo Córdova ganaba más que el presidente Andrés Manuel.
Le asiste la razón a la primera mujer que encabeza el INE porque la ciudadanía se hartó tanto del “estilo Córdova” que éste se despidió con más pena que gloria al acumular un rechaza ciudadano superior al 50%, de acuerdo a la última encuesta que dio a conocer El Financiero, un diario y encuestador “amigo” y por ello a modo.
También porque la demandante e informada ciudadanía –que no logró confundir la demagógica y muy exitosa consigna de “¡El INE no se toca!”, exige cambios en el árbitro electoral que van muchísimo más allá del estilo y la retórica personales.
Con todo y los cuidados discursivos de la sonorense de la heroica Cananea, el representante de Acción Nacional, Víctor Hugo Sondón, le espetó el viernes 30: “Este es un inicio, entiendo, de una nueva relación entre esta presidencia del INE con el partido Morena”.
Y la administradora pública Taddei pidió a todos los integrantes del Consejo General evitar en el recinto el vocabulario incorrecto, “demos respeto y exijamos respeto entonces, sin rasgarnos las vestiduras, como dicen los representantes de los partidos”. Así de simple para una oposición blanquiazul acostumbrada a la práctica ordinaria del chantaje y los desplantes verborréicos, como lo mostró durante la piyamada en el Senado. Pero desde ahora los justifica su vocera extraoficial, Azucena Uresti, al jurar por adelantado que los senadores panistas “se vieron obligados” a impugnar en la Suprema Corte las iniciativas de ley y las reformas aprobadas por el bloque mayoritario de Morena y sus aliados.
De lo dicho por la consejera presidenta queda clara una voluntad de cambio que empezó con el anuncio de respetar la Constitución, a diferencia de sus colegas y los de la burocracia dorada, en particular los ministros de la Suprema Corte, empezando por la presidenta Norma Lucía Piña, en cuanto a que nadie puede percibir un sueldo superior al que recibe el presidente de México.
Es decir, los que vigilan el respeto irrestricto de la Constitución fueron y son los primeros en violarla, al recibir un sueldo tres y cuatro veces superior al de Andrés Manuel López Obrador, y hacerse de la vista gorda con los jueces y juezas –cuáles diferencias de género a la hora de abultar la chequera personal– que reparten amparos a diestra y siniestra.
Reorientar el rumbo del Consejo General del INE es un mandato legal y una exigencia ciudadana, simultáneamente que una condición para que disponga de la autoridad para desempeñarse como garante de la democracia política.
Acuse de recibo
“No siempre te comento, pero siempre te leo con mucha atención, querido Eduardo. Para abonar a la discusión te comparto una breve reflexión que ayer en la noche subieron a La Jornada en línea. Te confieso que estoy muy preocupado. Un abrazo, y saludos, Jorge Alonso” Sánchez, doctor avecindado en la perla tapatía https://www.jornada.com.mx/
http://www.forumenlinea.com/ forum@forumenlinea.com Twitter@IbarraAguirreEd
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