La partida de la soberanía nacional
La geopolítica
Si bien en el imaginario colectivo se relaciona a la geopolítica con el estudio de los conflictos (en su mayoría armados), entre los Estados, la geografía política es mucho más compleja.
Esto es normal porque uno de los problemas centrales de la geopolítica es el de su ambigüedad, ya que existe una pluralidad de definiciones derivadas de diferentes tradiciones de pensamiento y desde los diversos lugares desde donde se piensa.
Una de estas visiones, es el de la geopolítica crítica, que concibe a ésta como un campo de problematización que contribuye a entender y problematizar las proyecciones del poder en el espacio e interpretarlos en su momento histórico para así desarrollar herramientas de análisis que faciliten el estudio de casos combinando perspectivas diferentes como lo pueden ser la geografía, la política, las ciencias sociales, la economía, la estrategia, entre otros.
El ajedrez
El ajedrez, por su parte, es un juego de estrategia en el que dos personas se desafían frente a un tablero cuadriculado de 64 casillas y dos grupos de figuras, 16 para cada jugador, unas blancas y otras negras. De estrategia, porque en el que hay que resolver constantemente los distintos problemas que se plantean sobre el tablero.
¿Y todo esto a qué va? ¿Cuál es la relación entre estas dos? Pues que el año pasado, Laura Jane Richardson, jefa del Comando Sur de los Estados Unidos, comparó la rivalidad entre Estados Unidos y China con una partida de juego de ajedrez. En cualquier caso, empleó esa metáfora para significar que la geopolítica del mundo es un juego de estrategia mundial, no sólo entre las potencias, sino también entre los diferentes actores políticos.
Y en ese sentido, México y el gobierno de la Cuarta Transformación han venido jugando algunas partidas en las que se pone en juego la soberanía nacional.
La partida de la soberanía energética
El 1 de octubre de 2021 el presidente envió a la Cámara de Diputados una iniciativa para reformar la Constitución en la que se planteaba fortalecer a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y establecer que el litio fuese propiedad de la nación. La iniciativa de reforma planteaba modificar los artículos 25, 26 y 27 de la Constitución para garantizar la seguridad energética del país, tarifas justas para todas y todos, que la generación, conducción, transformación, distribución y abastecimiento de energía eléctrica fuese facultad exclusiva del Estado, que la CFE generase al menos el 54% de la energía eléctrica que requiere el país, y la prohibición de las concesiones de explotación de litio, con el fin de garantizar el derecho de las y los mexicanos a la energía.
La historia es ya bien conocida de que días previos a la votación representantes de las corporaciones extranjeras presionaron a las y los diputados para votar en contra de la iniciativa que buscaba fortalecer a la CFE y garantizar la soberanía eléctrica de México. El ejemplo más mediático quizás fue el de Paolo Salerno, quien se atrevió a sentarse en una curul de la Cámara de Diputados por invitación de la perredista Edna Díaz, pero él fue tan sólo uno de los cabilderos de los sesenta cabilderos que en plena Cámara de Diputados asesoraron a la coalición opositora de Claudio X González y se encargaron de coaccionar el voto para votar en contra de la reforma eléctrica.
Fue así que el 18 de abril de 2022 con 275 votos a favor y 223 en contra, el Pleno de la Cámara de Diputados desechó el dictamen que favorecía a la CFE, la autosuficiencia y los precios justos para las familias mexicanas.
Las y los diputados del PAN, PRI, PRD y MC, festejaron que cumplieron con su compromiso corporativo de ayudar a las empresas extranjeras que buscaban destruir a la Comisión Federal de Electricidad y el litio. Así, los diputados que votaron contra la reforma energética se convirtieron, como dijera entonces el presidente Adolfo López Mateos el 27 de septiembre de 1960, en traidores a la patria.
Pero, la partida no estaba terminada. Ese mismo día, la coalición avaló en lo general la iniciativa de reforma a la Ley Minera enviada la noche del domingo por el presidente Andrés Manuel López Obrador con la finalidad establecer que la exploración, explotación y aprovechamiento de litio quedasen exclusivamente a cargo del Estado. El 19 de abril, el Senado hacía lo propio y reconocía al litio como patrimonio de la Nación.
Un año después, el 4 de abril de 2023, el presidente anunciaba su victoria. A su lado sentado, Ignacio Sánchez Galán, presidente de Iberdrola, con mirada seria anunciaba en conjunto la firma de un acuerdo con la empresa española para llevar a cabo la compra de 13 plantas de generación eléctrica. Con esto, la CFE pasará de 39.6 por ciento a 55.5 por ciento en la generación de toda la energía del país (más de la que proyectaba en un inicio la reforma energética de 2022), concretándose el rescate de la CFE y garantizando el no aumento en precios a consumidores.
Fentanilo e intervencionismo colonial
Conforme avanzan los tiempos electorales en los Estados Unidos, sectores ultraconservadores capitalizan la profunda crisis de salud pública que vive Estados Unidos para justificar una intervención armada en México para el combate al narcotráfico y así evitar la llegada del fentanilo, como lo hizo el diputado Dan Crenshaw.
El presidente pronto fijó postura el 9 de marzo de 2023, dijo, palabras textuales:
“nosotros no vamos a permitir que intervenga ningún gobierno extranjero y mucho menos que intervengan fuerzas armadas de un gobierno extranjero en nuestro territorio…. esta iniciativa de los republicanos, además de irresponsable, es una ofensa al pueblo de México, una falta de respeto a nuestra independencia, a nuestra soberanía… Y si no cambian su actitud y piensan que van a utilizar a México por sus propósitos propagandísticos, electoreros, politiqueros, nosotros vamos a llamar a que no se vote por ese partido, por intervencionista, inhumano, hipócrita y corrupto… A México se le respeta. No somos un protectorado de Estados Unidos, ni una colonia de Estados Unidos, México es un país libre, independiente, soberano, nosotros no recibimos órdenes de nadie, aquí manda el pueblo de México.”
Además hizo varias preguntas y comentarios pertinentes al respecto:
“¿Por qué ellos no combaten la distribución del fentanilo en Estados Unidos, los cárteles de Estados Unidos que se encargan de distribuir el fentanilo y más a fondo?
¿Por qué no atienden a sus jóvenes?
¿Por qué no atienden su problema grave de descomposición social?
¿Por qué no atemperan el incremento constante al consumo de las drogas?
¿Por qué, incluso, permiten que sean legales las drogas en Estados Unidos?
¿Por qué se comercializan armas de alto poder como si se tratara de comprar cualquier mercancía sin ningún control? El 80 por ciento de las armas de alto poder que utiliza la delincuencia en México se venden en Estados Unidos y ni siquiera hay un registro de parte de ellos. Es más, algunos legisladores del Partido Republicano son financiados por las empresas que producen la armas para sus campañas.”
Antes México era el culpable de la inmigración en Estados Unidos y era necesario un muro. Ahora México es el culpable de la epidemia de fentanilo en los Estados Unidos. En la mentalidad conservadora siempre hay temor y culpables, como quienes se quejan de una inexistente imposición del lenguaje inclusivo consecuencia de un ilusorio marxismo cultural.
A los dimes y diretes entre el Gobierno de México y legisladores republicanos, el presidente hizo enroque. El 4 de abril envió una carta al gobierno de Xi Jinping con el fin de solicitar por razones humanitarias su apoyo para controlar los envíos de fentanilo que llegan a México desde China pues “últimamente de manera falaz e irresponsables algunos senadores de Estados Unidos han culpado a México de la desgracia que padecen a causa del consumo de fentanilo”. Es claro que esta carta lleva un doble mensaje si lo haces en el contexto de un mundo cada vez más multipolar donde China es una de las potencias.
La respuesta no se hizo esperar. El 6 de abril Mao Ning, ministra de Asuntos Exteriores de China, aseguró que si bien China no existe el tráfico de fentalino hacia México, atenderá las peticiones del mandatario mexicano. Insistió en que el consumo de esta droga es un problema originado en el país norteamericano, comentó que Estados Unidos debe afrontar sus propios problemas y tomar las medidas necesarias para regular el tráfico de fentanilo en sus fronteras y reducir la demanda de esta sustancia.
Para mitigar esta creciente tensión y amagues intervencionistas, entre otras acciones, el presidente ha creado por decreto una Comisión presidencial encargada de la coordinación nacional para combatir el tráfico ilícito de drogas sintéticas (como el fentanilo), y armas de fuego y sus municiones, donde existe representación del gobierno de Estados Unidos y Canadá.
Así, hace poco el director Oficina de la Casa Blanca para la Política Nacional para el Control de Drogas aseguró que Estados Unidos está trabajando con el gobierno mexicano y con el presidente López Obrador, de manera mutuamente respetuosa, en contra de la producción del fentanilo.
Hacia una nueva Ley de Aguas y Ley Minera. La defensa de la Tierra, el Agua y la Vida
El 28 de marzo el presidente Andrés Manuel López Obrador presentó una iniciativa de reforma a las leyes Minera, de Aguas Nacionales y de Equilibrio Ecológico, para recuperar la rectoría del Estado sobre los recursos minerales e hídricos que se encuentran en el subsuelo mexicano y son del dominio directo de la Nación.
La iniciativa busca reducir de 50 a 15 años el término de las concesiones y elimina el carácter preferente de la actividad minera; es decir, la exploración, explotación y beneficio de los minerales o sustancias no justificarán ahora la expropiación en favor de particulares, incluso, sobre propiedad social.
Además, garantiza que exista una consulta a pueblos y comunidades indígenas previo al otorgamiento de concesiones mineras y establece la obligación de que las personas ganadoras de una concesión presenten un estudio de impacto social para determinar las probables afectaciones que podrían tener la actividad minera en la vida de las personas.
El presidente aseguró que la iniciativa pretende regular las concesiones mineras y de agua para minería con la finalidad de proteger los derechos humanos al medio ambiente sano, a la salud y al agua de las y los mexicanos, así como la preservación de los recursos naturales de la nación y el derecho de los pueblos indígenas a la preservación de sus territorios.
Y en esa partida estamos. No cabe duda que estamos viviendo tiempos interesantes. Así como hace 85 años el presidente Lázaro Cárdenas del Río nacionalizó el petróleo, y 63 años el presidente Adolfo López Mateos nacionalizó la industria eléctrica, la Cuarta Transformación nos coloca constantemente en coyunturas históricas similares: las de una partida de ajedrez donde México y su pueblo son los protagonistas en la lucha por la recuperación de nuestra soberanía frente a los intereses de las corporaciones extranjeras y a las potencias imperialistas que como el conde de Lorencez aún se creen amos y señores de México.
Yaomautzin Olvera Lara. Profesor-Investigador de la Universidad Intercultural de Colima. Licenciado en derecho por la Universidad de Colima especialista en Ciencias del Ambiente, Gestión y Sustentabilidad. Diplomado en Geopolítica por CLACSO. Es militante del Movimiento de Regeneración Nacional.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
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