5/27/2023

El gobierno abandona a las mujeres prostituidas

 tribunafeminista.org

Ana Pollán

Ana Pollán

Graduada en Filosofía por la UVA. Máster en Filosofía Teórica y Práctica por la UNED. Feminista abolicionista, republicana y defensora de la educación pública. Anticapitalista.

Mientras lees este artículo cientos de mujeres en España están siendo desnudadas, sobadas y penetradas anal, bucal y vaginalmente en contra de su voluntad, sintiendo miedo, asco, tristeza y rabia sin que desde ninguna institución y mucho menos desde este Gobierno se haga nada para impedirlo. Lo están siendo por hombres en plena consciencia de estar sometiéndolas y violentándolas. Lo hacen porque pueden, porque quieren y porque lo disfrutan. Ellas no son contabilizadas y por eso tenemos (yo incluida) el cinismo de decir que en España una violación cada 8 horas. Sin embargo, cada putero que demanda prostitución la comete, lo que son cientos de miles al día. Cada día, cada hora.

En ese mismo momento en el que un/a política que se dice progresista y feminista afirma que la prostitución es un debate complejo, cientos de mujeres están recibiendo una bofetada o una eyaculación sobre su cuerpo por parte de sendos puteros. Las unas y los otros son, sin embargo, quien más claro y despejado encuentran el debate: ellos saben que pagan por acceder sexualmente a una mujer que no los desea, con el extra no sólo de violarla sino de poder humillarla y agredirla sin temor a ninguna represalia. Y ellas saben que soportan tal magnitud de violencia por supervivencia, por necesidad, por coacción, por amenazas, por no tener cómo ni adonde huir y por vivir en una sociedad cínica que se dice igualitaria y permite, en palabras de Amelia Tiganus, un campo de concentración en cada pueblo o barrio.

Mientras quienes se dicen políticos/as muy concienciados contra la explotación sexual debaten si acaso sería excesivamente punitivo aprobar una legislación que multe la demanda de prostitución, hay prostituidas sabiendo que tal vez sus ojos no vean la persecución que merecen sus verdugos. Al respecto, por cierto, nos debería causar sonrojo a las que nos sentimos a salvo de ser prostituidas que, al tiempo que nos escandalizan (y con razón) la reducción de condenas a violadores admitamos, sin embargo, como escenario óptimo que a los puteros, violadores reincidentes –y además de mujeres y niñas en situación de especial vulnerabilidad– se les multe de modo simbólico, como a quien se despista de ponerse el cinturón.

Parece que el gobierno más abolicionista de la historia no se atreve a hacer efectiva una ley abolicionista, porque, dicen, crearía fricciones entre sus facciones en un periodo ya electoral al que a la izquierda (¿qué izquierda?) le conviene la unidad y para ello es bueno evitar cualquier disenso. Y ciertamente, a este respecto, no lo hay. Los privilegios masculinos no se tocan. De los mismos, tan valedor es Sánchez, como Montero, como Díaz. Para que unos mantengan su sillón, parece que no importa que otras vivan de rodillas. Literalmente como esclavas.

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