A nivel social continúa siendo blanco de críticas aquella mujer que ejerce su autonomía corporal y reproductiva. Normalmente quienes deciden no ejercer la maternidad caminan por esta decisión sin una comunidad.
Ante este panorama surgió “Nunca madres”, una comunidad de mujeres no madres por elección y también conformada por quienes se encuentran en proceso de decisión, a quienes se les brinda información confiable, acompañamiento y un lugar seguro para expresar sus deseos, inquietudes y anhelos.
En 2020 Irán Sosa -maestra en Políticas Públicas y Género- se encontraba en proceso de decisión sobre ser o no madre, un diálogo interno que había durado, al menos, tres años. Comenzó a sentir la necesidad de compartir sus ideas con otras mujeres, fue así como recurrió a comunidades a través de redes sociales, las únicas que en ese momento encontró eran angloparlantes y algunas otras mostraban odio hacia las madres, sus hijas e hijos. Finalmente en una de las comunidades coincidió con Isabel Cortés -financista y negociadora Internacional de profesión- quien ya había tomado la decisión de no ser madre.
En plena pandemia comenzaron a charlar vía remota, ya que Irán es de México e Isabel de Colombia. En medio de esas pláticas llegaron a la conclusión de que era necesario que en América Latina existiera una comunidad para las mujeres que tomaron la decisión de no ser madres y en este espacio compartieran sus experiencias.
Fue así como surgió “Nunca madres”, una red donde se realizan mesas redondas, talleres, una serie de webinar e incluso se tiene un grupo de WhatsApp para acompañar a las mujeres.
“Hay preocupaciones, retos que tenemos las mujeres que hemos decidido no maternar y se atraviesan independientemente del país, posición social o nivel de educación. Notamos que el útero es el órgano más controlado a nivel político que hay, por eso es importante trabajar para erradicar prejuicios, estigmas y críticas sobre la no maternidad”, aseguró Isabel en entrevista con Cimacnoticias.
El mito del instinto maternal
Por un lado a algunas mujeres se les busca imponer la maternidad, por medio incluso de libros de texto en los que se habla de “planificación familiar” más no de “autonomía corporal”. Sin embargo, también es posible observar que a otras mujeres se les pretende controlar el ejercicio de la maternidad por medio de esterilizaciones forzadas.
Así, poco a poco la sociedad patriarcal decide quiénes no deben ser madres y quienes están obligadas a “procrear”. En medio de lo anterior los estigmas no desaparecen; uno de ellos es el del “instinto maternal”.
“El Instinto maternal es mucho sobre la construcción social alrededor de que en algún punto de tu vida se va a despertar ese fuego interior de que vas a desear con todas tus fuerzas ser mamá, no habrá otro deseo más grande. Pero no todas lo vivimos, incluso a mí pensarlo me generaba angustia, encadenamiento”, recordó Irán.
Por otro lado, también se piensa al instinto maternal como el amor instantáneo que debe sentir una madre por sus hijas o hijos recién nacidos, porque “nadie mejor que mamá lo va a saber cuidar”.
“Ahí todo el sistema patriarcal carga la tarea de la crianza, de los cuidados, a las mujeres; por más que tengas parejas van a tener que cargar con la mayoría de estas tareas, que no son pagadas, por el simple instinto maternal”, expresa Irán.
Por ello la integrante de “Nunca madres” señaló la importancia de cuestionar este tipo de mitos y romantizaciones.
¿Quién me va a cuidar en la vejez?
Pensar que una mujer debe tener hijos o hijas para que sean ellas o ellos quienes la cuiden durante la edad adulta es otro de los mitos que se busca erradicar desde “Nunca Madres”.
Por ejemplo, hace poco las integrantes de esta comunidad virtual realizaron un taller llamado “Vejez feliz para las nunca madres”, en los que no solo se busca ayudar a quienes ya decidieron no ejercer la maternidad a tener planeación financiera, etc., sino que también se pretende derribar mitos que impone la sociedad en torno a las personas adultas mayores, quienes en mayor medida son abandonadas por varios países, expresó Isabel.
“Como hijas e hijos no le debemos nada a nuestros padres o madres, las personas que cuidamos de nuestros padres lo haremos por amor y por gusto, pero no porque tengamos la obligación de hacerlo”, añadió.
Sumado a ello recordó la necesidad de que en lo social se implementen políticas públicas para el cuidado de personas adultas mayores, pues los sistemas de salud y cuidados son deficientes tanto en Colombia como en México y otros países de la región.
Mujeres que deciden no ser madres, no tienen obligación de ocuparse en otro tipo de cuidados
Para algunas familias mirar que una de las integrantes decide no ejercer la maternidad implica que estará disponible para el cuidado de otras personas; sin embargo, esto no debe ser así.
Lo anterior es prueba de que socialmente se empuja a las mujeres a cumplir con otros roles de género si es que decidieron no ser madres.
“Existe la noción de: no decidí ser mamá, entonces tengo que compensar esa “falta de”. Esta a su vez es una presión que viene desde adentro, porque ya internalizamos el rol y hay que compensar de alguna forma eso que se esperaba sobre nosotras y nuestra vida”, narra Irán.
Entonces ahora se les empuja a ser en exceso productivas a nivel profesional, incluso se les exige dirigir proyectos. “Recordemos que al vivir en un sistema capitalista, si no tienes un rol, tienes que ejercer otro tipo de actividades, entonces surgen las preguntas hacia las mujeres sobre ¿tú qué nos vas a ofrecer? ¿de qué manera vas a producir?”
El objetivo social es volver a alinearte con ciertos mandatos, porque así ha sido la construcción histórica.
¿Y si estoy en proceso de decisión?
A los 29, 32 o casi alcanzando los 40 años es normal cada vez más escuchar frases como: “tu reloj biológico no se detiene, debes decidir ahora si quieres o no ser madre”. Pero, ¿cómo decidir dejando de lado la presión social?
Para Isabel es necesario primero “apagar el ruido externo”, porque la sociedad patriarcal no nos enseña a las mujeres que nuestros días debemos vivirlos para nosotras, no para nadie más.
“Debemos concentrarnos en nosotras mismas, hay mucho que tenemos nosotras tan interiorizado a raíz de cómo hemos sido criadas. Hay que entrar a un estado de reflexión, autoconocimiento, porque la única que vivirá y disfrutará de esta vida soy yo”, afirma Isabel.
Una de las recomendaciones también es buscar ayuda profesional, si se considera necesario, encontrar la opción que “más nos resuene”.
En la etapa del autoconocimiento también es necesario analizar la forma en que se ha romantizado la maternidad, el embarazo y la crianza; ser realistas y mirar “lo bueno y lo no tan bueno” de ambos lados.
Conectarse con comunidades de madres y no madres es una de las recomendaciones más necesarias, pues incluso en estos espacios hay otras mujeres que se encuentran en proceso de decisión.
Finalmente Irán recomienda “conectar con el cuerpo”. “La decisión solo la pasamos por la cabeza, hacemos listas de pros y contras, pero la verdad es que muchas veces lo que hace falta es reconectar con lo que dice nuestro cuerpo, estar más atentas a qué sensaciones nos produce cargar a los bebés, imaginarnos un embarazo, estar atentas a eso que se nos comunica desde algo muy instintivo a través de distintas reacciones”.
“No se deben compartir las razones por las que no se quiere ser madre, te conoces y sabes que es lo mejor para ti”, sentencia Isabel.
En México poco se habla de la autonomía corporal, pero es importante contar historias de manera abierta, para que así las niñas y adolescentes tengan un panorama completo y las distintas elecciones que pueden hacer para su vida, señalaron las fundadoras de “Nunca Madres”.
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