Silvia Ribeiro *
A finales de noviembre
2018 el investigador chino He Jiankui anunció el nacimiento de gemelas
genéticamente modificadas, producto de su experimentación. He, de la
Universidad de Ciencias y Tecnologías del Sur de Shenzhen, China, alteró
el ADN de dos embriones sanos, luego de su fertilización in vitro,
usando la técnica de ingeniería genética Crispr-Cas9, supuestamente para
hacerlas inmunes al VIH (virus del Sida).
Su anuncio fue mediático más que científico, con la idea de ganar fama por ser
el primeroque logra tal cosa y abrir camino a la industria de bebés de diseño y humanos transgénicos. He Jiankui tiene también una empresa, Direct Genomics. Existen muchas dudas de que lo que describe realmente haya sucedido, ya que no ha sido publicado y no se han podido revisar los pasos y supuestos resultados. El video promocional de He afirma que el experimento le otorgó al padre de las bebés
un sentido en la vida, porque teniendo VIH no podía tener hijos. Esto no es verdad, ya que con la debidas precauciones las personas con VIH sí pueden tener hijos sanos.
Existen muchos aspectos por lo que este anuncio ha sido muy
controvertido. La experimentación genética con embriones humanos no está
permitida en la mayoría de los países y se encuentra prohibida en 40.
Además, estudios científicos recientes mostraron que hay graves efectos
secundarios de las modificaciones con Crispr-Cas9, incluyendo que pueden
causar cáncer y alterar o borrar accidentalmente largas secciones del
ADN. (https://tinyurl.com/y9otz6pc)
Lo que hizo He fue alterar el ADN de bebés sanas, con alto riesgo de
provocarles cáncer posteriormente, para evitar una enfermedad que quizá
nunca tendrían, con un método que ni siquiera está probado que tenga
efecto. Para saber si funcionó, ¿cómo pensó He probarlo? ¿Infectando a
las bebés con VIH?
Todo el experimento está teñido de grave falta de ética, incluyendo
que los padres de las bebés y otras parejas que participaron no tenían
información sobre sus alcances y riesgos. Instituciones que trabajan con
Crispr-Cas9 en el mundo se pronunciaron críticamente, implicando al
gobierno chino por permitirlo. Poco después la universidad china lo
retiró del cargo y el gobierno negó estar al tanto. Pero quienes sí
conocían el experimento y estaban en comunicación con He Jiankui son su
tutor y otros investigadores de las universidades de Stanford y de Rice,
en Estados Unidos, que incluso tienen acciones en la empresa de He (https://tinyurl.com/yb2vyfla).
El tema fundamental no son los errores de este experimento, sino el
hecho de que con Crispr-Cas9 se abre la posibilidad de intervenir en el
genoma humano –y de otras especies– de forma permanente y hereditaria,
lo cual es un tema que trasciende su consideración meramente científica o
estrechamente regulatoria, incluyendo el horizonte de crear nuevas
formas de eugenesia sobre qué o quiénes serán
genéticamente aceptableso deberían ser mejorados y quién se arroga tal decisión. Unido al hecho de que la mayoría de los que controlan la tecnología tienen fuertes intereses económicos (patentes, empresas), el uso de esta tecnología debería congelarse hasta que un debate social amplio evalúe sus impactos potenciales.
La misma semana del anuncio de He se debatían en las sesiones del
Convenio de Diversidad Biológica de Naciones Unidas (CBD) los impactos
potenciales de otro uso extremo de la tecnología Crispr-Cas9: los
impulsores genéticos ( gene drives), que son una forma de
ingeniería genética que burla las leyes naturales de la herencia para
lograr que un gen modificado se trasmita por fuerza a toda una especie.
Es la primera vez que se diseñan transgénicos para dispersarse
agresivamente en el ambiente y predominar, pudiendo incluso llevar una
población entera a la extinción.
Al igual que en el caso de He Jiankui, sus promotores la presentan
como una tecnología para la salud. En este caso escudados en el proyecto
Target malaria, que pretende extinguir al mosquito transmisor de esta
enfermedad, lo cual, aun si se lograra, en ninguna parte ha resultado en
erradicación de la enfermedad. Es más bien propaganda para desviar la
atención del hecho de que la mayor parte de los usos potenciales, según
las patentes claves de la tecnología y los intereses que la desarrollan,
son para ganancia de la gran agropecuaria industrial y militares (https://tinyurl.com/yczh64u4).
Por los altos riesgos de los impulsores genéticos, varios gobiernos y
cientos de organizaciones propusieron una moratoria a su liberación. La
decisión ahora tomada por la COP 14 del CBD no fue formulada como tal
debido a la gran cantidad de dinero que la Fundación Gates y otros
invirtieron para evitarla en pos de salvar sus ganancias. No obstante,
la ONU optó por un freno a la tecnología llamando a los gobiernos a
solamente considerar la tecnología –incluso en su fase experimental– si
se cumplen previamente una serie de condiciones, que incluyen análisis
de riesgo adecuados (actualmente no hay elementos para poder evaluar la
tecnología) y la obligación de consultar y obtener el consentimiento de
las comunidades indígenas y locales que puedan ser afectadas (https://tinyurl.com/y8s52w88).
* Investigadora del Grupo ETC
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