Apagón musical afecta tanto a artistas como a sus equipos de producción
▲ La chilena Mon Laferte, en imagen de archivo, ofreció a sus seguidores un recital desde su cocina.
El colombiano J Balvin promueve un nuevo disco sin salir
de casa; la chilena Mon Laferte toca un recital acústico desde su
cocina; el argentino Fito Páez hace versiones de Caetano Veloso en la
sala. Estrellas de la música latinoamericana enfrentan así los duros
tiempos de confinamiento por el coronavirus.
Con giras pospuestas o canceladas y aplazamientos de estrenos de
álbumes por la emergencia sanitaria derivada de la Covid-19, los músicos
buscan formas de hacer más ameno el encierro y mantenerse en contacto
con sus seguidores.
Natalia Lafourcade publicó en Instagram una versión de Amor de mis amores, de Agustín Lara:
Mientras la cantaba pensaba en cómo tantas veces la canté con muchos de ustedes en conciertos, escribió al pie del video.
La ganadora de un Grammy y 11 premios latinos de estos es una de las
tantas que se vio obligada a cambiar sus planes por la pandemia, que
está pegando fuerte en la creciente industria musical de la región y
enfrentándola a un futuro incierto.
Otros músicos han utilizado las redes sociales para mostrar su
cotidianidad, como el brasileño Caetano Veloso, quien en su cuenta de
Facebook subió un video de un minuto y 39 segundos, donde, en pijama,
toca la guitarra la canción Ai Xangô, Xangô Menino, en la sala de su casa; además, compartió recuerdos musicales y puso en venta algunos de sus discos.
Frente a esta emergencia global, lo que deben hacer los artistas es compartir sus canciones con un sentido más humano y menos comercial, dice a la Afp César Rosas, mánager y consultor musical en México.
Es un freno indefinido
A mediados de marzo, el coronavirus impuso un freno
indefinido a la millonaria industria de conciertos en Estados Unidos y
Europa, lo que se replicó en América Latina.
Este apagón desnudó una problemática latente entre los trabajadores
más desprotegidos: los técnicos de producción, en su mayoría
independientes y sin beneficios sociales.
Nos afecta muy fuerte y directamente, ya que los conciertos son una de las primeras actividades que se frenaron en México, y desafortunadamente será una de las últimas en reactivarse, asegura Édgar Morales, ingeniero de audio de Panteón Rococó.
En este contexto, Ximena Sariñana lanzó una iniciativa mediante una
plataforma de compraventa de segunda mano, para comercializar parte de
su clóset. Lo recaudado será donado a equipos de trabajo afectados por
la cancelación de conciertos.
Desde México, con su vasta oferta de espectáculos y festivales;
pasando por Colombia, con el masivo y longevo Rock al Parque, hasta
Chile y Argentina, con sus versiones locales del mítico festival
Lollapalooza, el sentimiento de incertidumbre es el mismo.
Rosas lo sintetiza:
Jamás una enfermedad nos había puesto a todos los de la industria musical en un mismo barco.
Según la revista Rolling Stone, el entretenimiento en vivo a nivel global deja unos 26 mil millones de dólares al año.
Solo en Estados Unidos, las ventas de entradas de las 100 giras más
esperadas en 2019 generaron 5 mil 600 millones de dólares, de acuerdo
con The New York Times.
En México, la productora Ocesa esperaba retomar sus conciertos el 19
de abril, pero la declaración de la fase 2 de la epidemia por las
autoridades, que implica el aislamiento social, frustró sus planes.
Ocesa, tercera mayor productora mundial y socia del gigante
estadunidense Live Nation, organiza unos 30 festivales anuales en
México, incluido el Domination Fest, que ya fue reprogramado para 2021.
El país fue sede del Vive Latino, última gran actividad que quedó en
pie en la región a mediados de marzo, y convocó a decenas de miles de
personas.
En Colombia, el presidente Iván Duque ordenó la cancelación de actos
masivos hasta nuevo aviso, provocando el aplazamiento de los festivales
Jamming y Estéreo Picnic para noviembre y diciembre.
Las ediciones chilena y argentina del festival Lollapalooza,
previstas para marzo en Santiago y Buenos Aires –con Guns N' Roses como
cabeza de cartel–, fueron igualmente postergadas para noviembre. En
Brasil, pasó a diciembre.
Para Chucky García, programador artístico del colombiano Rock al
Parque, el festival latinoamericano más antiguo, el hecho de que la
industria musical dependa principalmente de los conciertos y las
plataformas de streaming tiene graves consecuencias.
“Uno piensa que en estos momentos habría servido mucho que la gente
siguiera comprando discos compactos y vinilos y que la industria dejara
de decir que ‘el en vivo es el ombligo de este negocio’”, señala García.
Foto Afp
Afp
Periódico La Jornada
No hay comentarios.:
Publicar un comentario