Gustavo Leal F.*
propuestastecnocráticas para
potenciar la movilidad social, minando el seguro social, como sostienen el Centro de Estudios Espinosa Yglesias, la presunta Acción Ciudadana contra la Pobreza, el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria y el Instituto Mexicano para la Competitividad.
En tanto que acciones que buscan el desarrollo, autonomía y bienestar
de poblaciones en situación de dependencia que requieren ayuda de otros
para realizar sus actividades, hace tiempo asistimos al doble debate
sobre la necesidad de institucionalizar el derecho
ciudadano al
cuidado de quienes lo demanden: primera infancia, personas enfermas, con
alguna discapacidad y adultos mayores, así como de los derechos
de quienes proveen los servicios de cuidado –con y sin remuneración– junto con la obligación estatal de tutelar el derecho
vía políticas institucionales.
Hay incluso avances legislativos como la Constitución Política de la Ciudad de México (7/2/2017), que reconoce el derecho al cuidado
(artículos 9, 10 y 11). Para reglamentarlo, el gobierno capitalino
remitió al Congreso local la iniciativa de Ley del Sistema Integral de
Cuidados (21/3/2018) formulada por organismos internacionales, sociedad
civil, academia y organizaciones sociales (aún pendiente de aprobación).
Siguieron luego, sin éxito, diversas iniciativas de partidos políticos.
Apenas el 9 de octubre pasado la ex alcaldesa de Iztapalapa Clara
Brugada postuló que la CDMX sea vanguardia del sistema de cuidados que libere tiempo a favor de las mujeres
( La Jornada).
A nivel federal, Inmujeres y ONU-Mujeres sentaron bases de la
completa Estrategia Nacional de Cuidados (2018), observando la
progresividad de derechos humanos, que obliga al gobierno a proteger el derecho al cuidado, a cuidar y establecer medidas que permitan su cumplimiento
, con ruta crítica para establecerlo y la expedición de una ley general.
Durante 2019-20 en la Cámara de Diputados se presentaron diversas
iniciativas de reforma a los artículos 4 y 73 constitucionales: cuatro
de Morena y una de Movimiento Ciudadano. La minuta aprobada y turnada al
Senado (18/11/2020, pendiente de aprobación) finca derechos
a
menores y a toda persona al cuidado digno y a cuidar, al implementar un
Sistema Nacional de Cuidados y expedir la ley general. Ya en el Senado,
en busca de salvar el escollo constitucional
, Morena y aliados,
más PRI y MC, suscribieron la iniciativa de Ley General del Sistema
Nacional de Cuidados (30/11/2021, pendiente de aprobación).
Es claro que para la 4T el problema de un Sistema Nacional de Cuidados no reposa en el consenso para normar su derecho
. Como señalara Gabriel Yorio, subsecretario de Hacienda, ese sistema facilitaría el acceso
de las mujeres a las oportunidades
. Pero la gran discusión
, enfatiza, consiste en cómo implementarlo y financiarlo
( El Financiero,
29/4/2023). Poco después se animó a dibujar un costo estimado: entre
1.2 y 1.4 del PIB ¡anual! Por lo tanto, Yorio delega enteramente la
decisión a la administración 2024-2030 ( El Economista, 4/10/2023).
Subraya con fuerza: dado que las ganancias
de incorporar a las mujeres en la economía son para todos, todos
tenemos que contribuir. Y entonces propone: podría pensarse
en un sistema fragmentado –como el de pensiones– y que sea tripartita
; es decir, que gobierno, empleador y empleado contribuyan
( El Economista,
11/7/2023). En suma: aterrizar el financiamiento del Sistema de
Cuidados conlleva un modelo de aportaciones tripartitas, donde todos
ponen, o bipartita.
Sobre la tecnocracia neoliberal pesan años de esfuerzos intentando
deslaboralizar el seguro social para desgravar a los empleadores con lo
que ellos llaman un impuesto más. Su disfraz ha sido invariablemente el
clamar por sistemas universales
. Es el caso de la Fundación
Mexicana para la Salud, de Guillermo Soberón y Julio Frenk (Funsalud),
especialmente con Mercedes Juan como secretaria de Salud del peñismo,
quien invocaba a la salud como un derecho humano
y no un derecho
social (2013). Pero también de posiciones aún más eclécticas como las
del Centro Interamericano de Estudios de Seguridad Social (CIESS) –cuya
junta directiva es presidida por Zoé Robledo, director general del IMSS–
para quien, la salud debe entenderse como un derecho humano
, no como un derecho social” (2019).
Así que si Claudia Sheinbaum y los sindicatos quieren –pronto– un
Sistema Nacional de Cuidados en oportuno beneficio de la mujer, bien
harían en concentrarse (con toda seriedad) en un sólido esquema de
financiamiento y alejarse –muy a tiempo– de las simplistas propuestas
tecnócráticas –al estilo de Santiago Levy y Gerardo Esquivel–, que sólo
aspiran a hundir el sesgo
laboralista de la seguridad social para seguir desgravando al patrón con un pretendido impuesto
más.
* UAM-X
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