Por: Edgar Rosas
(23 de septiembre, 2015. Revolución
TRESPUNTOCERO).- El ataque a los normalistas de Ayotzinapa el pasado 26
y 27 de septiembre de 2014 es para diversos especialistas y defensores
de derechos humanos una muestra del terrorismo de Estado que se vive en
México. Además representa la política de violación a los derechos
humanos que se ha establecido desde el poder político.
Al respecto, el Dr. John Ackerman,
investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la
Universidad Nacional Autónoma de México (IIJ-UNAM) manifestó que la
agresión a los estudiantes de la Normar Rural Raúl Isidro Burgos no
puede ser vista como cualquier crimen, pues, aseguró, el asesinato de
tres estudiantes y la desaparición de 43 más es un claro caso de
represión política.
El analista político y colaborador de
diversas publicaciones nacionales e internacionales, enfatizó que la
consigna “Fue el Estado”, utilizada desde las primeras movilizaciones
en torno al caso, cubre muy bien lo que es este hecho de represión, ya
que, dijo, “el ataque fue por agentes del narco-Estado”.
“La masacre del 26 y 27 de
septiembre de 2014 no fue cualquier crimen, fue un acto de represión
política. Cuando decimos fue el Estado creo que fue un buena consigna y
sigue siéndolo como para abrir la consciencia de la gente, porque no
fue el narco, fueron agentes del gobierno, del Estado. Se niegan a
aceptar que cuando decimos ‘Fue el Estado’ estamos hablando sobre un
narcoestado que ha permeado y penetrado absolutamente todos los niveles
de gobierno.
“Enrique Peña nieto representa un
estado de cosas, y ha trabajado arduamente para imponer y garantizar un
estado de cosas, que está acabando no sólo con los jóvenes y
estudiantes sino con todo el país”, expuso al participar en el foro
“Pensar Ayotzinapa. Organicémonos contra la violencia del Estado”
En lo referente Ackerman manifestó que
hoy en día el Estado en México ya no funciona. Dijo que si bien aún no
se puede decir que hay un Estado fallido, sí se puede asegurar que
quienes hoy lo controlan son mafiosos y represores.
“México es uno solo, sigue siéndolo, lo
quieren dividir y fragmentar y repartir y despedazar, y desaparecer
como lo han hecho con muchos de sus luchadores sociales, pero hoy
México sigue siendo uno solo, y ese México es un Estado que ya no
funciona, no es un Estado fallido, porque todavía tenemos instituciones
y una Constitución, sin embargo está controlado por un grupo de
mafiosos, oligarcas, represores, autoritarios, que absolutamente no
tienen ningún respeto para la democracia, la humanidad y para la
sociedad mexicana”, apuntó.
Sobre la agresión a los estudiantes
normalistas, recordó que la del pasado septiembre de 2014 no ha sido la
única, ya que se han presentado otras en años anteriores. Subrayó que
el estado de Guerrero ha sido uno en donde la represión contra
activistas y líderes sociales se ha visto con mayor intensidad.
“Es muy importante ubicar la represión
del 26 de septiembre de 2014, como eso, como un acto de represión. No
fue la primera vez que han agredido a los normalistas de Ayotzinapa.
Esta el caso de diciembre de 2011, de enero de 2013.
“Guerrero en general ha sido un
escenario de represión en contra de luchadores sociales desde hace
décadas. ¿Por qué hay dos enormes bases militare en Iguala, la del 27
batallón y la del 35 batallón? Pues precisamente esos se instalan en
los años 70, de la guerra sucia, y hoy están ahí para defender, no al
pueblo mexicano, ni para limpiar del narco, no, (están ahí porque) hay
una de las minas de plata más importante en el país, cerca de Iguala y
una de las cosechas de Heroína más importantes del continente; las
fuerzas militares en Iguala, esos dos grandes batallones están ahí para
proteger a los que tienen poder económico, social ,político de
precisamente los activistas sociales, como los de Ayotzinapa”,
sentenció.
El Dr. Ackerman enfatizó que al ataque
a los normalistas en Iguala es un acto evidente de represión política,
que se inserta en una estrategia mayor y que fue utilizado con la
intención de “dar una lección a la sociedad mexicana, para enseñarnos
que nos tenemos que callar, que no podemos seguir el ejemplo de estos
normalistas, jóvenes valientes”.
“El caso Ayotzinapa, parte de una estrategia de represión que inicio el 1 de diciembre”
Para el Dr. John Ackerman el caso
Ayotzinapa no puede verse como un hecho aislado, pues éste forma parte
de una estrategia mayor de represión iniciada el 1 de diciembre de 2012
a las afueras del palacio legislativo de San Lázaro. El académico
enfatizó que con los hechos del 26 y 27 de septiembre en Iguala, ésta
estrategia implementada desde el gobierno peñista llegó a su cumbre.
“Es muy importante todo este encuadre
de lo que pasó el 26 y 27 de septiembre, porque el gobierno federal
pareciera querer encasillar este incidente a una masacre solamente, que
ya de por si es grave, no quiero reducirlo de ninguna manera, pero sin
ver el trasfondo político de todo esto, para que el sr. Enrique Peña
Nieto pueda dedicarse a ‘esclarecer’ el crimen sin tener que, él mismo,
asumir responsabilidad por toda una estrategia de represión que inició
el 1 de diciembre de 2012.
“Juan Francisco Kuy Kendall fue la
primer víctima de esta guerra politizada en contra del pueblo mexicano
que inicia el 1 de diciembre de 2012. Esto tiene continuidad en todas
las represiones de las marchas en los primeros 2 años y llega a su
cumbre esta estrategia de represión el 26 de septiembre”, dijo.
A pesar de las constantes acciones de
represión en cada acto de protesta, dijo Ackerman, la sociedad
respondió ante el ataque en contra de los normalistas. Manifestó que
luego de las desaparición de los 43 y el asesinato de tres más el
gobierno sintió que podía desaparecer a cualquiera.
“(Con toda esta estrategia de
represión) era para que se acabara la protesta social. De hecho muchos
estábamos deprimidos, desanimados en 2014, (porque) antes de lo de
Ayotzinapa nos habían metido una cantidad de reformas antiestructurales
o contraestructurales en materia petrolera, financiera, fiscal,
laboral, educativa. Están desmantelando la nación pero pareciera que el
pueblo mexicano estaba resignado, reaccionábamos pero nos reprimían y
estábamos, aparentemente, resignados a cerrar los ojos y seguir su
camino individualizado.
“Lo mágico fue la respuesta de
Ayotzinapa, porque Ayotzinapa fue la consolidación de esta estrategia
(de repreión), ellos creían que no tenían límites, que podían acabar y
desaparecer a cualquiera. Pero en respuesta a este ataque del 26 de
septiembre surge un movimiento nacional, de alcance internacional sin
precedente, quizá el precedente más cercano sería la movilización en
solidaridad con los zapatistas en 94, 95, 96”, expuso.
El académico recordó que en los últimos
años en México se han presentado diversos estallidos sociales, como el
del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad encabezado por Javier
Sicilia en 2011; el movimiento Yo Soy 132 en 2012; el movimiento
magisterial en 2013; y en 2014 el movimiento por la exigencia de
justicia en el caso Ayotzinapa.
El Dr. Ackerman enfatizó que es
necesario lograr un gran frente organizado. Dijo que si algo no debe
dudarse es que el pueblo mexicano es consciente.
“No sé si será ahora, en 6 meses o un
año, pero lo que sí tengo claro es que los mexicanos no somos apáticos,
no somos ignorantes, estamos muy conscientes de lo que pasa. Podría ser
que muchos tengan miedo, que algunos se sienten desempoderados, que
algunos sienten que no tienen suficiente información como para
intervenir bien, pero que estamos despiertos lo estamos. Lo que falta
es levantarnos de la cama, estamos en una depresión generalizada, con
los ojos abiertos pero nos falta organizar la esperanza.
“En mi nuevo libro, al inicio incluyó
una cita de Omar García que dice: ‘Esto que vivimos, como lo doloroso
que es, es una oportunidad única de escalar la presión, de lograr una
movilización generalizada que trascienda Ayotzinapa, que trascienda
Guerrero, que pueda poner fin de una vez por todas a la situación
intolerable de violencia e impunidad que está viviendo México desde
hace años. Ojala no la dejemos escapar´”, finalizó.
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