1. Ayer leí en La
jornada Maya: “Crece 3.7 por ciento la economía de Yucatán durante el
presente año, mientras el país sólo alcanza el 2.5 por ciento”. Hoy leo
en Diario de Yucatán: “La UADY está en la élite internacional”; “La UADY
entre lo mejor de lo mejor en Latinoamérica”; “La UADY la 4ª.
Universidad mejor del país”; “Reconocimiento a profesores locales”. Con
estos titulares, yo que trabajé 19 años y medio como investigador y
profesor (1979/81 y 1985/2002) para la UADY y escribí en 1994 un libro
sobre la Universidad, puedo decir que me son extrañas esas noticias. Yo
he opinado y siempre he escrito lo contrario: Que México, Yucatán y las
universidades están mal para el pueblo, aunque muy bien para la clase
dominante (ver mi artículo de ayer)
2. Pero como bien se diría:
“Todo depende del cristal con que se mira”, de la ideología de quien
publica o paga las noticias. Alguien diría: “Quién pompó”, que se
traduce en quien pagó. La realidad es que la Universidad de Yucatán ha
sido muy memorística, muy formal, muy derechista, que participa cero en
la política universitaria y local, que no se le conocen investigaciones,
que está completamente aislada de la población, que ésta le vale un
carajo, que no está enterado de lo que sucede en el mundo. ¿Será por el
número de sus titulados y sus doctorados y toda su estructura de
pacifismo, sumisión y formalidad? Me imagino a la UADY como un alumno
limpio, educado, bien portado, que nunca falta a clases, hace las tareas
que le marcan y hasta gana concursos por memoria.
3. Por ello
pienso mucho en las universidades y en educación. En la CDMX, en
Guerrero, Oaxaca, Michoacán, Veracruz, Sinaloa, Puebla, los estudiantes
salen a manifestarse, a protestar, a solidarizarse con las luchas del
pueblo y exigen a sus autoridades planes y programas avanzados. Yucatán,
por el contrario, ningún alumno o profesor ha salido nunca/jamás a
protestar contra la situación de miseria y opresión que se vive en
México o por lo menos en Yucatán. De mil manifestaciones una vez hace 10
años, salieron a protestar contra el alza de los precios de los pasajes
de autobús y luego a manifestarse en 2007 contra Calderón y Bush en su
visita a Yucatán.
4. Con razón muchos dicen: “Si se acaba el
mundo me voy para Mérida porque allí no pasa nada” y eso se refleja en
su universidad. Realmente las universidades surgieron en el mundo hace
poco más de mil años para capacitar a las clases dominantes y consolidar
su poder. Desde las universidades de Qarawiyyin de Marruecos del año
859, la Al Azhar de Egipto de 972, de Bolonia, Italia de 1088 y la
inglesa de Oxford de 1096, los objetivos no han variado. ¿No se sabe
acaso el porcentaje de estudiantes que atienden las universidades y las
clases sociales que dominan en ellas? ¿Llegan acaso más del cinco por
ciento de los niños que ingresaron a la primaria? Las universidades han
sido y son para privilegiados.
5. Aunque la política en
educación es la que dirige, la economía determina las condiciones de
desarrollo. ¿Alguien cree acaso, o podría demostrar, que el sistema
social precapitalista y capitalista no es determinante para que sólo un
pequeño sector sea el beneficiado por las universidades o, de otra
manera que la enorme mayoría de la población apenas termine la educación
primaria y algunos grados de la enseñanza media?. Desde hace 20 años se
confirma y se reafirma al probar que en todos las universidades se
rechaza hasta un 90 por ciento de los estudiantes que presentan examen
de ingreso “por falta de cupo y de presupuesto”.
6. Lo que
sucede es que se confunde escolaridad con educación. La escolaridad de
las universidades es la que está a cargo del Estado y particulares, la
que otorga calificaciones, realiza exámenes, entrega títulos, hace
profesionistas del sistema y premia a los mejor adaptados. La educación
es completamente otra cosa: no necesita grados, calificaciones, títulos,
diplomas y se manifiesta objetivamente en el servicio desinteresado, en
la solidaridad humana, en la no competencia, en el no individualismo.
¿Existe acaso alguna universidad que promueva valores de solidaridad?
7. El papel fundamental de las universidades es preparar cuadros
profesionistas, para hacer funcionar el capitalismo. Mientras mejor
ejerzan ese papel de servir a las grandes empresas con esmero y
disciplina, mejor universidad será. Por el contrario sin alguna
universidad es rebelde, crítica, independiente y promoviendo
descontento, pues es una mala universidad. Por ello Yucatán se ha
convertido en un territorio pacífico, confiable, libre de protestas y
conflictos político/sociales. Por ello también se le pueden otorgar
muchos premios por su seguridad y servilismo; aunque prefiero
equivocarme cuando los yucatecos me demuestren lo contrario.
Blog del autor: http://pedroecheverriav. wordpress.com
No hay comentarios.:
Publicar un comentario