De acuerdo con el artículo ‘Cirugía estética genital’, la ninfoplastia es cualquier procedimiento que modifica la forma de los labios menores. Entre ellos se encuentran: la labioplastia, enfocada en remover una porción de labios menores hipertróficos (cuando son más grandes de lo normal); y el rejuvenecimiento vaginal, que consta de estrechar o restaurar el contorno de la vagina a través de diferentes tratamientos quirúrgicos o no quirúrgicos, como hormonas, láser o radiofrecuencia.
La ISAPS también recopiló que los procedimientos quirúrgicos más frecuentes que se hicieron las mujeres fueron: liposucción, aumento de senos, cirugía de párpados, abdominoplastia, y levantamiento de senos. Mientras que en los no quirúrgicos estuvieron la aplicación de botox, ácido hialurónico, depilación, estiramiento de piel y reducción de grasa.
Estos datos fueron recabados por la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica Estética a través de una encuesta en varios países y Brasil ocupó el primer lugar no solo en ambos procedimientos, sino también en las operaciones quirúrgicas con 2 millones 185 mil 036 cirugías.
Datos de la última encuesta de la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica Estética (ISAPS), mostraron que el procedimiento para “rejuvenecer la vagina” aumentó 19,61% y la labioplastia se redujo 2,59% respecto a 2022. Sin embargo, la cifra de este último aún es 14,8% mayor en comparación a los datos de 2019, antes de la pandemia del Sars-coV-2.
A pesar de la lucha de las mujeres por la autonomía de sus cuerpos, siguen siendo regidas por los estándares de belleza. Carmen Gonzales Martín, autora del texto ‘La doncella de hierro y la odalisca: metafísica de una imagen femenina’ considera que existen estereotipos encubiertos que crean una falsa sensación de progreso sobre la imagen femenina.
La metáfora de la doncella de hierro en El mito de la belleza de Naomi Wolf, nos recuerda que, este instrumento de tortura medieval con púas afiladas, restringe y moldea a quienes lo usan como lo hacen las cirugías estéticas. Gracias a ellas, las mujeres asumieron el papel de autoformar sus cuerpos bajo la presión social de alcanzar estándares estrictos.
De esta manera, Carmen plantea que las mujeres creen que toman decisiones libres sobre la liberación sexual y la reapropiación del cuerpo, cuando en realidad cumplen nuevos estándares de control voluntariamente, lo que continúa con la percepción de que las mujeres son objetos despojados de su individualismo.
En 2023 se hicieron 189 mil 058 labioplastias y 84 mil 495 rejuvenecimientos vaginales en el mundo, según la ISAP. Ambos procedimientos representaron el 1.7% de las 15 millones 813 mil 353 operaciones quirúrgicas estéticas que se realizaron el año pasado.
Mutilación voluntaria, otra mirada hacia las operaciones genitales
Cambiar el aspecto de los genitales femeninos se convirtió en un procedimiento popular. Según el estudio ‘Factores que influyen en la deducción de someterse a una labioplastia’ del 2022, las razones que impulsan esta decisión son principalmente estéticas, molestias sexuales, causas psicologicas, cambio de sexo y por último, funcionales.
En entrevista para Cimacnoticias, la Doctora María José Díaz Alonso, médica general y activista en derechos sexuales y reproductivos, comentó que el verdadero problema es el desconocimiento de la diversidad vulvar y vaginal. También explicó que los tamaños, el color, la distribución del pelo, la asimetría, el olor son normales y algunos cambian en cada persona.
La medicina y la cirugía ginecológica se encargaron de sugerir procedimientos como el blanqueamiento, la depilación, el estrechamiento e incluso el corte con los labios en la labioplastia. Para la Doctora María José, este último se asemeja a la mutilación genital femenina que, siguiendo la explicación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), son los procedimientos que remueven parcial o total los genitales externos femeninos por motivos no médicos.
Esta práctica es considerada como una violación a los derechos humanos de las mujeres y niñas. La OMS señaló que actualmente más de 230 millones de mujeres y niñas han sufrido mutilación genital femenina, principalmente en regiones como África, Medio Oriente y Asia. Sin embargo, los motivos distan de deseos estéticos y dependen de las condiciones culturales y sociales de cada región. Entre ellos, destacó la preservación de la “virginidad” antes del matrimonio, lo que refleja el control de la autonomía del cuerpo femenino.
Además, las operaciones para estilizar la vagina son contraproducentes. María José explicó que pueden causar dermatitis, pérdida de funciones totales, hemorragias, riesgo anestésico o afectación en la elasticidad. A pesar de estas consecuencias, advirtió que estos procedimientos se han vuelto accesibles económicamente para las mujeres y son impulsados por la industria de entretenimiento para adultos.
“Creo que la cultura, sobre todo la cultura del porno, ha hecho que nos hagan pensar que todos tenemos que ser igualitas y que todas nuestras vulvas tienen que ser blanquitas, sin pelos y con labios chiquitos”
—María José Díaz Alonso
La pornografía y la construcción de una vagina que no existe
El estudio ‘La representación de la mujer en la pornografía desde una perspectiva de género: un análisis global’ de Andrea Criado Pajuelo analizó el papel de las mujeres desde la pornografía convencional, es decir, las relaciones heterosexuales entre hombre y mujer. En este se concluyó que se muestran imágenes no representativas ni naturales de los genitales femeninos y de la corporalidad de las mujeres.
Después de examinar diferentes videos pornográficos, Andrea observó que la mayoría de las mujeres son caucásicas, jóvenes, delgadas, con cinturas estrechas, sin vello corporal y con pechos y nalgas exuberantes. En otro estudio, Elena del Barrio-Álvarez y Eva Garrosa compararon los 40 videos más vistos de Pornhub y Xvideo y hallaron que ellas compartían características físicas que las “hacían parecer clones”.
Los genitales femeninos son aislados del cuerpo en tomas fragmentadas. Esto representa la objetivación de las mujeres, ya que la parte sexual se reduce a su parte íntima deshumanizándolas. Igualmente, Andrea notó que la reproducción de la vagina en la pornografía es prepuberta, depilada, quirúrgicamente alterada o que se parece a una muñeca. Es decir, que no comparte características anatómicas reales. Esta representación refuerza el discurso sobre cómo deberían verse los genitales femeninos normalizando un estándar “poco realista”.
Desde la visión del patriarcado, la subordinación de las mujeres se ha sustentado principalmente en la dominación de los cuerpos femeninos, según establecen Alda Facio y Lorena Fries en su artículo ‘Feminismo, género y patriarcado’. Este es ejercido por los hombres y las instituciones que ellos han creado -como la medicina, el derecho y la religión- con el fin de controlar su sexualidad y capacidad reproductiva.
Asimismo, señalan que es el Derecho el que ha permitido este mecanismo de control. Por ejemplo, el matrimonio se consolidó como una institución en donde es el hombre quien ejerce el poder y la mujer debe obediencia por una “incapacidad de actuar por sí misma en el ámbito público jurídico”. Este panorama ha creado escenarios de violencia conyugal y física dentro del ámbito familiar legitimando el uso de la fuerza sobre los cuerpos femeninos.
La violencia sexual contra la mujer tambien esta intitucionalizada gracias a instancias como la familia y el Estado en el que se emplea la fuerza y el temor para mantener los sistemas de dominación ejercidos hacia las mujeres que se mantienen en sus cuerpos quedando sujetas al control sexual y reproductivo.
Por otro lado, las autoras mencionan que durante la etapa de socialización de las mujeres y niñas son obligadas a reprimir su realidad y se les impone otra, por lo que cuando se convierten en adultas son susceptibles al dominio y explotación. La realidad impuesta opera a nivel mental y físico, siendo el cuerpo de las mujeres el que tiene un efecto efectivo que comienza en su seno familiar.Importancia de rechazar mandatos patriarcales
De acuerdo con el Manual de Autocuidado de las Mujeres del Programa Social Promotores Culturales de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México, el autocuidado es el conjunto de actividades que las personas realizan para mantener su vida, salud y bienestar. Cuando hablamos de mujeres, esto implica prestar atención a las emociones, sentimientos y el amor propio.
Para la Red de Salud de las Mujeres Latinoamericanas y del Caribe (RSMLAC), el autocuidado es la vía que las mujeres tienen para buscar alternativas para encontrarse, amarse, reconocerse y autodeterminarse como sujetas autónomas capaces de proteger sus cuerpos.
También es una estrategia utilizada desde el feminismo para concientizar a las mujeres sobre las violencias que terceros ejercen en sus cuerpos, de esta forma, cada una elegirá la forma de autocuidado que más se acerque a su contexto territorial, cultural o socioeconómico. Asimismo, alejar la visión del autocuidado de las exigencias capitalistas y modelos hegemónicos para construir nuevas narrativas sobre sus cuerpos.
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