Ni clínicas ni camas ante auge de males crónico degenerativos
Para
2016 se proyecta una caída del gasto público en salud, ya que para 2015
los recursos destinados al rubro representaban 2.83 por ciento del
Producto Interno Bruto (PIB), pero para el próximo año el Proyecto de
Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF) prevé reducirlos a 2.71
por ciento.
Alejandra Macías Sánchez, investigadora en salud y seguridad social del
Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), explicó en
entrevista que los más afectados con este recorte serán las inversiones
en salud, así como la Secretaría de Salud (Ss) y el Instituto de
Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE).
La economista señaló que el hecho de que el Ejecutivo federal no asigne
más recursos a salud deja ver que no es prioridad en el presupuesto, y
además alertó que sin inversión en el rubro se afectará la atención,
toda vez que no habrá más y mejores clínicas, camas, edificios ni
investigaciones en salud.
Considerando los datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición
(Ensanut), el CIEP indica que las enfermedades crónicas más recurrentes
son diabetes, hipertensión y depresión, por lo que disminuir el
presupuesto en salud es equivalente a atender sólo al 65 por ciento de
personas diabéticas.
Por tanto, si el recorte al presupuesto de salud se aplicara o afectara
solamente al tratamiento de la diabetes, alrededor de 1.2 millones de
personas con este padecimiento no podrían recibir tratamiento.
Siguiendo ese ejemplo, cabe mencionar que para 2012 según datos del
Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), tanto en mujeres
como hombres la tercera causa de defunción era la diabetes mellitus, la
segunda los tumores malignos, y la primera las enfermedades del corazón.
Según el análisis de Alejandra Macías, en general el gasto público en
salud en México es de los más bajos, comparado con el promedio de los
países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos
(OCDE), el cual se ubica en 6.7 por ciento del PIB.
Es por ello que el CIEP afirma que las caídas en el presupuesto en salud
y el gasto en pensiones no contributivas (aquellas que no requieren de
aportaciones) no impulsan un sistema de seguridad social universal, aun
cuando el cambio demográfico y la transición epidemiologia sugiere
aumentar este gasto.
Por: Anayeli García Martínez, Cimacnoticias | México, DF.-
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