Leonardo García Tsao
Ciertamente al director francés Jacques Audiard no le gusta repetirse. Así como ha hecho películas sobre los guerrilleros tamiles de Sri Lanka ( Dheepan, 2015), o un western en inglés ( The Brothers Sisters, 2018), ahora ha dirigido, con Emilia Pérez, un musical situado en México, hablado en español, sobre un jefe narco que decide cambiar de sexo y volverse una benefactora. Leyeron bien.
El efecto es chocante la primera vez que los intérpretes en pantalla se ponen a cantar y bailar en el contexto de un juicio. Pero uno se acostumbra a todo. La abogada defensora, Rita Mora (la estadunidense Zoe Saldaña) es secuestrada por el narco Manitas del Monte (!) para proponerle un trato difícil de rechazar: a cambio de una fortuna, ella deberá encontrarle un cirujano plástico que lo convierta en mujer, bajo condiciones específicas.
Cuatro años después, Rita conoce en Londres al personaje epónimo (la española transexual Karla Sofía Gascón), quien le revela haber sido Manitas. La abogada es contratada nuevamente pues el ex narco desea volver a México y vivir con sus pequeños hijos. En el paquete va incluida su ex esposa Jessica (la también estadunidense Selena Gomez), quien reanuda su romance con Gustavo (el venezolano Edgar Ramírez).
Consciente de la desaparición de miles de personas en el país, Emilia decide fundar una organización, La Lucecita, dedicada a la localización y exhumación de personas desaparecidas por el crimen organizado. Así, Emilia conoce a la viuda Epifanía (Adriana Paz, la única mexicana de todo el reparto) y se enamora de ella.
Así resumida, la película podrá parecer absurda e inverosímil, pero lo raro es que funciona como fantasía (el musical suele serlo). Gracias al oficio del realizador y el desempeño del reparto, uno se cree que un temible narco quiera convertirse en mujer y redimirse de todas las muertes que ha causado.
Audiard, también coguionista, ha hecho su tarea y no hay un elemento de la realidad mexicana que parezca impostado (fuera del acento pocho de Selena). Incluso la irritante cantaleta urbana del “Se compran colchones…” se vuelve tema musical en los créditos. Hasta ahora, Emilia Pérez ha sido el único título aplaudido en las funciones de prensa, y seguramente en nuestro país será motivo de polémica. A Pimienta Films, que puso lana en el proyecto, le tocará distribuirlo.
En cambio, la película china Feng liu yi dai ( Atrapado por las mareas), del otrora interesante Jia Zhangke, volvió a sumirnos en el letargo. Vi una hora del confuso largometraje y aún así no pude deducir de qué trataba. Abundantes canciones, pop y tradicionales, se intercalan con tomas de trenes y barcos, edificios en demolición, mientras la actriz Zhao Tao –esposa y musa del director– aparece cantando, bailando, modelando vestidos… mientras busca a un enamorado del pasado (de eso nos enteramos por intertítulos). Hay hasta veladuras en el revelado.
¿Qué le pasó a Jia? Fue considerado el miembro más sobresaliente de la Sexta Generación de la escuela de cine de Beijing, y cinco anteriores realizaciones suyas han competido en Cannes con buenos resultados ( Un toque de violencia, de 2013, obtuvo el premio al mejor guion). En esta ocasión su película motivó el mayor éxodo, hasta ahora, de colegas en la función de prensa.
X: walyder
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