Amas de casa, cada vez más propensas a adquirir la enfermedad
Por Patricia Mayorga, corresponsal
Chihuahua, 1 ago 12 (CIMAC).- Ana María apoyó a su esposo cuando comenzó a sentirse mal, por lo general su estado de salud siempre era bueno. Le practicaron estudios y le dieron la noticia: era seropositivo. Ese día se enteró que Rafael le había sido infiel.
La noticia era fuerte, pero era necesario que Ana María se practicara los estudios correspondientes. Después de tres exámenes llegó la noticia: también resultó positiva al virus del VIH, su esposo se lo transmitió.
Era el año 2000, la enfermedad aún era un tabú. Sin embargo, para ellos era una sentencia de muerte. Ella decidió tomarla como cualquier otra enfermedad, con las medidas necesarias para controlarla y apoyar a su esposo.
Rafael vivió cinco años más. No se atrevieron a dialogar sobre las causas de la infidelidad. Él se sentía culpable, recuerda Ana María recargada en la ventana de su casa.
Ella decidió evitar reproches, le hizo saber que lo perdonaba y lo apoyaba. Los ingresos al hospital fueron constantes para Rafael y Ana María siempre estuvo con él. La última vez duró seis meses internado.
La enfermedad unió más a la familia, principalmente a los cinco hijos del matrimonio. Fue difícil entender el padecimiento, pero lo más complicado fue enfrentar a la sociedad.
Era inevitable que las personas más cercanas a la familia se enteraran. Entendieron que lo que importa es lo que siente cada persona, valorar la vida y vivirla.
En el trabajo de Ana María se enteraron de la causa de la muerte de Rafael, lo que le costó el aislamiento de sus compañeros. Ya no recibió invitaciones a los convivios de su trabajo. Los amigos de sus hijos también se aislaron, sólo permaneció alguno.
Por la enfermedad, Ana María recibió una pensión en su trabajo. Laboró durante unos años en otra empresa donde le permitieron trabajar, tenía que hacerlo porque aún tenía hijos pequeños.
Para ella es una enfermedad como cualquier otra, porque de algo se tiene que morir. Su lucha es contra la tristeza, contra la depresión a la que no le ha permitido apoderarse de ella. Está convencida de que siempre hay alguien que la apoya.
Con el respaldo de un grupo de autoayuda aprendió a entender su enfermedad, a sobreponerse cada día, a ser parte de la sociedad y a concentrarse en vivir.
NUEVOS CASOS
A partir de 2007 comenzaron a disminuir las defunciones por complicaciones por Sida en el estado de Chihuahua. Del lugar décimo sexto, la entidad se ubica en el décimo primero.
La tasa de mortalidad a nivel nacional es de 4.5 por ciento y en Chihuahua es de 2.7 por ciento, informó el responsable del Programa VIH-Sida en el estado, José Lorenzo Martínez Chávez.
Este año se han registrado 22 defunciones por Sida. El número acumulado de casos –de 1984 a 2011– es de 3 mil 223 fallecimientos por esa causa. En 2011 fallecieron 88 personas.
La disminución del número de decesos por Sida se debe a que se ha trabajado para realizar detecciones oportunas en VIH-Sida. Cuando los casos avanzan más es porque “el paciente no se adhiere al tratamiento y recae”, explicó el médico.
Este año, de enero a junio, se han registrado 51 nuevos casos, la mayoría en Chihuahua y en Ciudad Juárez. “Cuando nos llegan como casos es porque vienen en muy mal estado”, enfatizó.
El promedio de casos corresponde a cuatro hombres por cada mujer y de acuerdo con la asociación Fátima, la mayoría de las mujeres son amas de casa que han adquirido el virus al tener relaciones sexuales con sus parejas.
Durante ese mismo lapso, enero a junio de 2012, se han reportado 69 casos seropositivos, es decir, cuando el virus se presenta sin manifestación.
En el Programa de VIH-Sida tienen registrados para su atención a mil 300 pacientes que reciben tratamiento a través de los centros de Juárez, Camargo y en la capital, en las instalaciones del Hospital General “Salvador Zubirán” y en el Hospital Central.
Actualmente hay en el estado 15 niños que viven con el virus y en promedio, los casos que detectan al año, de adultos y niños, es de 208. La mayoría se concentra en Chihuahua capital y Ciudad Juárez, por el alto número de habitantes que viven en esos dos municipios.
El grupo de edad que más registra casos de VIH y Sida, es el que se encuentra en etapa productiva, es decir, de 15 a 45 años.
Chihuahua, 1 ago 12 (CIMAC).- Ana María apoyó a su esposo cuando comenzó a sentirse mal, por lo general su estado de salud siempre era bueno. Le practicaron estudios y le dieron la noticia: era seropositivo. Ese día se enteró que Rafael le había sido infiel.
La noticia era fuerte, pero era necesario que Ana María se practicara los estudios correspondientes. Después de tres exámenes llegó la noticia: también resultó positiva al virus del VIH, su esposo se lo transmitió.
Era el año 2000, la enfermedad aún era un tabú. Sin embargo, para ellos era una sentencia de muerte. Ella decidió tomarla como cualquier otra enfermedad, con las medidas necesarias para controlarla y apoyar a su esposo.
Rafael vivió cinco años más. No se atrevieron a dialogar sobre las causas de la infidelidad. Él se sentía culpable, recuerda Ana María recargada en la ventana de su casa.
Ella decidió evitar reproches, le hizo saber que lo perdonaba y lo apoyaba. Los ingresos al hospital fueron constantes para Rafael y Ana María siempre estuvo con él. La última vez duró seis meses internado.
La enfermedad unió más a la familia, principalmente a los cinco hijos del matrimonio. Fue difícil entender el padecimiento, pero lo más complicado fue enfrentar a la sociedad.
Era inevitable que las personas más cercanas a la familia se enteraran. Entendieron que lo que importa es lo que siente cada persona, valorar la vida y vivirla.
En el trabajo de Ana María se enteraron de la causa de la muerte de Rafael, lo que le costó el aislamiento de sus compañeros. Ya no recibió invitaciones a los convivios de su trabajo. Los amigos de sus hijos también se aislaron, sólo permaneció alguno.
Por la enfermedad, Ana María recibió una pensión en su trabajo. Laboró durante unos años en otra empresa donde le permitieron trabajar, tenía que hacerlo porque aún tenía hijos pequeños.
Para ella es una enfermedad como cualquier otra, porque de algo se tiene que morir. Su lucha es contra la tristeza, contra la depresión a la que no le ha permitido apoderarse de ella. Está convencida de que siempre hay alguien que la apoya.
Con el respaldo de un grupo de autoayuda aprendió a entender su enfermedad, a sobreponerse cada día, a ser parte de la sociedad y a concentrarse en vivir.
NUEVOS CASOS
A partir de 2007 comenzaron a disminuir las defunciones por complicaciones por Sida en el estado de Chihuahua. Del lugar décimo sexto, la entidad se ubica en el décimo primero.
La tasa de mortalidad a nivel nacional es de 4.5 por ciento y en Chihuahua es de 2.7 por ciento, informó el responsable del Programa VIH-Sida en el estado, José Lorenzo Martínez Chávez.
Este año se han registrado 22 defunciones por Sida. El número acumulado de casos –de 1984 a 2011– es de 3 mil 223 fallecimientos por esa causa. En 2011 fallecieron 88 personas.
La disminución del número de decesos por Sida se debe a que se ha trabajado para realizar detecciones oportunas en VIH-Sida. Cuando los casos avanzan más es porque “el paciente no se adhiere al tratamiento y recae”, explicó el médico.
Este año, de enero a junio, se han registrado 51 nuevos casos, la mayoría en Chihuahua y en Ciudad Juárez. “Cuando nos llegan como casos es porque vienen en muy mal estado”, enfatizó.
El promedio de casos corresponde a cuatro hombres por cada mujer y de acuerdo con la asociación Fátima, la mayoría de las mujeres son amas de casa que han adquirido el virus al tener relaciones sexuales con sus parejas.
Durante ese mismo lapso, enero a junio de 2012, se han reportado 69 casos seropositivos, es decir, cuando el virus se presenta sin manifestación.
En el Programa de VIH-Sida tienen registrados para su atención a mil 300 pacientes que reciben tratamiento a través de los centros de Juárez, Camargo y en la capital, en las instalaciones del Hospital General “Salvador Zubirán” y en el Hospital Central.
Actualmente hay en el estado 15 niños que viven con el virus y en promedio, los casos que detectan al año, de adultos y niños, es de 208. La mayoría se concentra en Chihuahua capital y Ciudad Juárez, por el alto número de habitantes que viven en esos dos municipios.
El grupo de edad que más registra casos de VIH y Sida, es el que se encuentra en etapa productiva, es decir, de 15 a 45 años.
12/PM/RMB
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