7/04/2014

Mexicanas trabajan más y ganan mucho menos que los varones


   Pauperización del salario tiene efectos devastadores para ellas

En México el salario mínimo (SM) es el más bajo de América Latina, incluso por debajo de Haití, lo que implica que las mexicanas trabajen más y ganen menos, todavía menos que los varones, dijo la investigadora del Departamento de Economía de la Universidad Autónoma Metropolitana-Azcapotzalco, Rosa Albina Garavito Elías.




Foto retomada del sitio losandes.com.ar
Por: Angélica Jocelyn Soto Espinosa
Cimacnoticias | México, DF.

En la conferencia “Recuperar el salario real: un objetivo impostergable ¿Cómo lograrlo?” –a la que convocó hoy la Fundación Friedrich Ebert Stiftung–, la investigadora explicó que es necesario que las trabajadoras se autoorganicen y formen sindicatos para luchar por recuperar el valor del SM real, el cual tendría que ser de 234 pesos al día y no de 63 pesos como lo es actualmente.

Además, en el caso de las mujeres, la desigualdad salarial es de 30 por ciento menos con respecto a los varones, precisó Garavito.

La académica detalló que la situación actual del SM general, el cual asciende a 63.77 pesos al día en la mayor parte del país, revela una pérdida de 72.4 por ciento de su valor en comparación con 1976, último año en el que el SM aumentó significativamente.

Lo anterior –explicó– repercute en que los millones de trabajadoras asalariadas en México reciban menor retribución económica que sus pares varones por el sólo hecho de ser mujeres, y además afronten una grave pérdida al poder adquisitivo que se traduce en una menor calidad de vida y mayor explotación laboral.

Además, Rosa Albina Garavito señaló que la disminución del salario mínimo en la década de los 70, y luego su estabilidad “a la baja” en los últimos años, se traduce también en que haya más explotación de la clase trabajadora, la cual para equiparar el nivel de vida debió laborar desde entonces 10.2 años más.

La especialista explicó que para que una persona alcance a cubrir la canasta alimentaria recomendada (CAR) –que equivale a 184.96 pesos– y otros gastos básicos, el SM debería ser de 234 pesos diarios, es decir 7 mil pesos al mes, lo que ahora es el salario medio en el país.

Ante ello sostuvo que mientras el SM no aumente, los otros salarios también se mantendrán estancados. Por esto, Garavito Elías acusó de “ilegal e inconstitucional” el monto actual del SM, ya que no garantiza los principios de crecimiento, igualdad y bienestar que establecen la Constitución y la Ley Federal del Trabajo.

La economista enfatizó que la participación de las mujeres organizadas dentro de sus sindicatos sus grupos de trabajo es una de las principales vías, para recuperar el salario y exigir la igualdad.

Destacó que es necesario un cambio de régimen salarial, por lo que propuso la desaparición de la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (CNSM) –órgano tripartito que fija los SM legales, pero que depende del Ejecutivo–, por su falta de regulación, y en su lugar se instaure un aparato descentralizado autónomo que regule el salario de acuerdo con revisiones anuales.

Agregó que de crearse ese nuevo órgano, se podría llamar Instituto Nacional de Salarios Mínimos, Productividad y Reparto de Utilidades, y tendría una comisión de equidad de género que se encargue de impulsar políticas federales que retribuyan a las mujeres el rezago del ingreso que se les adeuda.

Rosa Albina Garavito argumentó que este déficit fue consecuencia del modelo económico que impuso el Ejecutivo, el cual en aras de lograr inversión extranjera debilita o compra la representatividad de los sindicatos, ofrece mano de obra barata, permite la flexibilidad laboral y la subcontratación, y fomenta y tolera la explotación de la clase trabajadora.

Por ello, explicó, el aumento o la baja del SM es una decisión política y no económica, ya que mantenerlo como hasta ahora ha beneficiado a “los empresarios que castigan al trabajador para lograr la tasa de ganancia”.

Detalló que de aumentar el SM se generaría un “círculo económico virtuoso”, ya que si aumenta el salario por consecuencia se reactiva el mercado interno, lo cual es atractivo para la inversión, genera empleos, hace crecer la economía, incrementa el Producto Interno Bruto, mejora la productividad y calidad de vida de la población, y disminuye los problemas sociales generados por la pobreza.

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