Discriminadas
entre los discriminados, las mujeres indígenas han ido tomando
conciencia de sus problemas y de cómo enfrentarlos, más hacia afuera, es
decir, frente a los no indígenas, frente al Estado, que hacia dentro de
los propios pueblos y frente a la discriminación machista de sus
propios compañeros, aunque cada vez más se van animando también a luchar
contra esto.
Ahora, en el marco del Día Internacional de la Mujer
Indígena, 80 mujeres de diversas organizaciones y pueblos originarios
-de los pueblos nahua, zapoteco, ñu savi, mazahua, maya peninsular,
ayuuk, purépecha, ñoondá, chatino, tojol-ab’al, tzotzil, tzeltal,
cho’ol, ñahñú, triqui, me’phaa y mayo- articuladas en diferentes redes
de mujeres indígenas, decidieron crear la Asamblea Nacional Política de
Mujeres Indígenas (ANPMI), luego de su Segundo Congreso Nacional,
realizado en la ciudad de Oaxaca los días 4 y 5 de septiembre.
En
el congreso constataron que la situación de ellas y la de los pueblos a
los que pertenecen “es lamentable” y que el Estado ha retrocedido en
lugar de avanzar en el cumplimiento de sus deberes para con ellas y
ellos, vulnerando a los pueblos, las comunidades, hombres, mujeres,
jóvenes y la infancia indígena del país en materia de libre
determinación, derecho al territorio, a la consulta indígena, a la vida
de las mujeres, de protección a defensoras y defensores de derechos
humanos, derecho a la salud, educación, trabajo, derechos lingüísticos y
presupuestos destinados a programas y políticas públicas dirigidas a
los pueblos originarios.
En la declaratoria final del evento
demandaron diversas medidas para disminuir las brechas de desigualdad,
discriminación y racismo que siguen vigentes en el país. Entre otras
cuestiones exigieron que el Estado Mexicano acate e implemente los
diferentes instrumentos jurídicos internacionales que reconocen y
garantizan los derechos de las personas y pueblos indígenas, tales como
el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo, la
Declaración de Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos
Indígenas, la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de
Discriminación contra la Mujer (CEDAW), la Plataforma de Beijing, entre
otros, así como los artículos primero y segundo de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, documentos que en general son
desconocidos tanto por las mujeres y hombres indígenas -y los no
indígenas- como por las propias autoridades.
La declaratoria hizo
un pronunciamiento específico condenando “las supuestas consultas
indígenas que se están realizando por diversas autoridades, sin cumplir
con los estándares internacionales, actuando con dolo y simulando
obtener el consentimiento de los consultados” por lo que, afirmaron,
continúan los despojos de tierras, recursos naturales y territorios.
Subrayaron que los territorios indígenas de México están prácticamente
concesionados a empresas transnacionales, mineras, de agua y eólicas y
como ejemplo señalaron que el 13.5 % del suelo nacional está en manos de
empresas mineras.
Manifestaron asimismo suma preocupación por los
feminicidios que ocurren todos los días. Solo como ejemplo mencionaron
que se han registrado en el estado de Sonora 465 feminicidios del 2007
al 2016, y que pese a que se ha solicitado que se implementen las
Alertas de Género en diversos estados como Oaxaca, Chiapas y Guerrero,
entre otros, aún no se había hecho caso a tales solicitudes. Mencionaron
asimismo su preocupación por las intimidaciones y amenazas que están
sufriendo las compañeras indígenas gestoras y defensoras de derechos
humanos, de derechos de las mujeres y de los pueblos, por la labor que
desempeñan.
La Asamblea exigió promover el reconocimiento del Día
internacional de la Mujer Indígena desde el Gobierno Federal, como forma
de reconocimiento al aporte de las mujeres indígenas en la construcción
de un México Pluricultural; que toda autoridad respete el derecho que
los pueblos indígenas tienen a la libre determinación sobre su
territorio y se les consulte de conformidad con los estándares
internacionales de derechos de los pueblos indígenas para que decidan si
efectivamente autorizan las concesiones que se encuentren en trámite o
se hayan otorgado.
Asimismo, que se consulte el proyecto de
Constitución de la Ciudad de México a los pueblos originarios y
comunidades indígenas de la Ciudad de México; justicia y libertad para
las y los presos políticos de todo el país; esclarecimiento, justicia y
aparición con vida de los y las estudiantes normalistas de Ayotzinapa,
así como la aparición de todos y todas las desaparecidas del país;
garantizar el derecho a la participación y representación política de
mujeres y jóvenes indígenas en espacios institucionales, principalmente
en aquellos encargados de las políticas públicas para mujeres y pueblos
indígenas y exigir a los partidos políticos que garanticen la
representación de las mujeres indígenas de manera proporcional a la
población, en los cargos de elección popular.
Reconociendo que el
trabajo doméstico es un trabajo digno, exigieron que a las trabajadoras
se les garantice el acceso a un trabajo productivo y estable, la
libertad sindical y negociación colectiva, relaciones laborales
democráticas, la protección de la seguridad social, salario digno y
progresivo, ambientes de trabajo sanos y libres de violencia.
En
la Declaratoria las mujeres indígenas también refrendaron su apoyo a la
Asamblea Permanente de los Pueblos de Morelos en su lucha contra el Plan
Integral Morelos, que, afirmaron atenta contra la vida de las mujeres y
pueblos indígenas. Exigieron el esclarecimiento y castigo a los
responsables de las fosas de Tetelcingo, en Morelos también, y el
respeto al derecho de revocación de mandato.
En este congreso
participaron integrantes de la Coordinadora Nacional de Mujeres
Indígenas (CONAMI), Red Nacional de Casas de Mujeres Indígenas (CAMIS),
Red Indígena de Turismo de México (RITA), Red Interdisciplinaria de
investigadores de los Pueblos Indios de México (IINPIM), Red de Abogadas
Indígenas (RAI), Centro de Apoyo y Capacitación para Empleadas del
Hogar (CACEH), Colegiado Interdisciplinario de Mujeres Indígenas
(COIMIN), Red Nacional de Mujeres Jóvenes Indígenas, Red Nacional de
Mujeres Indígenas: Tejiendo Derechos por la Madre Tierra y Territorio
(RENAMITT), Red Nacional de Intérpretes y Traductores de lenguas
indígenas. Un gran paso es la organización para reforzar la acción, la
lucha por sus derechos y contra el racismo y la discriminación.
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