Violencia cultural
Breve artículo donde se nos explica los conceptos de violencia simbólica y subjetiva en relación con las redes sociales |
¿Cuánto hemos avanzado en realidad hoy en día con los derechos de
evitar la violencia hacia la mujer? ¿De verdad las mujeres se respetan
unas a otras? Sobre todo en estos momentos donde las redes sociales
están llenas de violencia simbólica y subjetiva de mil formas,
¿cuantas niñas adolescentes exponen sus cuerpos y su ser por estas
redes sociales y la sociedad lo acepta como algo normal? ¿Que es lo
“normal”?
Dentro de esta sociedad de mercado, donde los estereotipos abundan para vender cualquier cosa basada en la mujer como objeto sexual. Y como estas formas de comunicación e información contribuyen dentro de la sociedad venezolana a denigrar el género femenino, aprenden a relacionarse con un lenguaje soez sin valores de respeto y cautela de ser violentadas de diferentes formas.
Cuando se habla de violencia simbólica es un concepto instituido por el sociólogo francés Pierre Bourdieu en la década de los 70, que en ciencias sociales se utiliza para describir una relación social donde el "dominador" ejerce un modo de violencia indirecta y no físicamente directa contra los "dominados", los cuales no la evidencian o no son conscientes de dichas prácticas contra ellos, por lo cual son "cómplices de la dominación a la que están sometidos" (Bourdieu, 1994). Las prácticas de la violencia simbólica son parte de estrategias construidas socialmente en el contexto de esquemas asimétricos de poder, caracterizados por la reproducción de los roles sociales, estatus, género, posición social, categorías cognitivas, representación evidente de poder y/o estructuras mentales, puestas en juego de una en una o todas simultáneamente en su conjunto, como parte de una reproducción encubierta y sistemática.
La violencia subjetiva implica, en cambio, esas posiciones de poder más confusas ( sibilinas, subrepticias) en las que el patriarcado nos ha ubicado con frecuencia. Por su parte conviene distinguir la violencia directa como personal, tanto física como psicológica, de la violencia subjetiva que es más cultural e institucional (Marinas, 2012).
Hoy en día la mujer después de varias luchas para obtener sus derechos como género desempeña labores en muchas áreas que pueden ser desde lo económico hasta lo político. En cada uno de esos espacios existe de manera directa e indirecta este tipo de violencia. Y solo se conforma con la forma de “adaptación”, es decir que dejar pasar los chistes sexistas, por las mujeres en un entorno es algo aceptado porque es un derecho a expresarse, entonces dónde encontramos los derechos de las mujeres a ser respetadas y no violentadas a través de esa violencia simbólica y subjetiva. La violencia física contra las mujeres provoca un rechazo general, no así la violencia simbólica y subjetiva de la cual la física es su expresión. Se debe entender que este proceso de violencia esta sumergido dentro del sistema del patriarcado y llevado por la sociedad de consumo, las mujeres son expuestas y catalogadas como objetos sexuales a través de estas redes sociales y compitiendo entre ellas sin ningún tipo de respeto hacia su mismo género y hacia su entorno social viciado por estos antivalores. Más aún, el hombre las desea y percibe como presa fácil de esclavitud sexual.
Dentro de esta sociedad de mercado, donde los estereotipos abundan para vender cualquier cosa basada en la mujer como objeto sexual. Y como estas formas de comunicación e información contribuyen dentro de la sociedad venezolana a denigrar el género femenino, aprenden a relacionarse con un lenguaje soez sin valores de respeto y cautela de ser violentadas de diferentes formas.
Cuando se habla de violencia simbólica es un concepto instituido por el sociólogo francés Pierre Bourdieu en la década de los 70, que en ciencias sociales se utiliza para describir una relación social donde el "dominador" ejerce un modo de violencia indirecta y no físicamente directa contra los "dominados", los cuales no la evidencian o no son conscientes de dichas prácticas contra ellos, por lo cual son "cómplices de la dominación a la que están sometidos" (Bourdieu, 1994). Las prácticas de la violencia simbólica son parte de estrategias construidas socialmente en el contexto de esquemas asimétricos de poder, caracterizados por la reproducción de los roles sociales, estatus, género, posición social, categorías cognitivas, representación evidente de poder y/o estructuras mentales, puestas en juego de una en una o todas simultáneamente en su conjunto, como parte de una reproducción encubierta y sistemática.
La violencia subjetiva implica, en cambio, esas posiciones de poder más confusas ( sibilinas, subrepticias) en las que el patriarcado nos ha ubicado con frecuencia. Por su parte conviene distinguir la violencia directa como personal, tanto física como psicológica, de la violencia subjetiva que es más cultural e institucional (Marinas, 2012).
Hoy en día la mujer después de varias luchas para obtener sus derechos como género desempeña labores en muchas áreas que pueden ser desde lo económico hasta lo político. En cada uno de esos espacios existe de manera directa e indirecta este tipo de violencia. Y solo se conforma con la forma de “adaptación”, es decir que dejar pasar los chistes sexistas, por las mujeres en un entorno es algo aceptado porque es un derecho a expresarse, entonces dónde encontramos los derechos de las mujeres a ser respetadas y no violentadas a través de esa violencia simbólica y subjetiva. La violencia física contra las mujeres provoca un rechazo general, no así la violencia simbólica y subjetiva de la cual la física es su expresión. Se debe entender que este proceso de violencia esta sumergido dentro del sistema del patriarcado y llevado por la sociedad de consumo, las mujeres son expuestas y catalogadas como objetos sexuales a través de estas redes sociales y compitiendo entre ellas sin ningún tipo de respeto hacia su mismo género y hacia su entorno social viciado por estos antivalores. Más aún, el hombre las desea y percibe como presa fácil de esclavitud sexual.
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