Todos los maestros de
educación básica y bachillerato se han dado cuenta que en el nuevo
régimen laboral que deviene de la Reforma Educativa de Peña Nieto y que
se contiene en la Ley del servicio Profesional Docente (LSPD) es
altamente atentatorio contra los derechos conquistados en más de 200
años de lucha obrera.
La LSPD es altamente lesiva e, incluso, se
presenta en plena contradicción con el Artículo 123 Constitucional y sus
leyes reglamentarias; al atentar contra la libertad de asociación y la
acción sindical, pues no permite que el sindicato intervenga en la
defensa de sus agremiados y mucho menos que lo haga ante las juntas de
conciliación y arbitraje, las cuales están negadas para los trabajadores
que se inconforman en la nueva normatividad, con lo que se niega al
sindicato mismo.
Es atentatoria contra el derecho a la seguridad
en el empleo, pues desaparece la contratación de trabajadores de base e
impone nombramientos por tiempo indeterminado sujetos a la evaluación
docente y otras causales para la permanencia. Todos los trabajadores que
realizaron un movimiento de personal cualquiera (ascenso, permutas,
cambios de adscripción, contratación, incremento de horas o doble plaza)
en los últimos dos años y que contaban con nombramiento de base (código
10), por ese simple hecho pasaron a trabajadores con nombramiento
indefinido (código 20), sujetos al nuevo régimen laboral de la reforma y
no sólo aquellos que fueron evaluados.
Ante la ofensiva popular
que desplegó la CNTE en todo el país, obligando al gobierno federal a
sentarse a la mesa de negociaciones y trazar una ruta de salida a la
crisis de ese momento la cual se había negado permanentemente; la
burguesía más retrógrada salió a las calles para exigirle a su gobierno
que no le temblara la mano y ejerciera mano dura contra el movimiento
magisterial; lo que hizo que Peña Nieto regresara a su posición inicial
de no ceder a la derogación de la mal llamada reforma educativa.
Estamos
en este momento como al inició del anterior ciclo escolar, después de
una de las batallas más largas y beligerantes que el gobierno ha
desarrollado contra la CNTE en sus 37 años de vida y en la cual la
acción directa de la burguesía ha sido uno de los principales
ingredientes. La participación de los grandes magnates nacionales y la
injerencia de no pocas marcas extranjeras ha sido una constante en la
guerra del gobierno por imponer una reforma que la clase empresarial más
voraz diseñó para que Peña la hiciera realidad y se lograra desmantelar
la fuerza magisterial una vez que se había logrado desintegrar al SME y
someter al movimiento minero nacional.
No se trata pues, como lo
hemos repetido muchas veces, de un asunto educativo, sino de una acción
de profundización del modelo económico neoliberal que pretende acabar
con la fuerza organizada de los trabajadores en su intención de
exacerbar la explotación de la fuerza de trabajo, limitar sus derechos,
sobre todo a la huelga, aguinaldo, reparto de utilidades, capacitación, a
la salud, a la jubilación, acceso a sus ahorros y a la seguridad en el
empleo; además de asegurarse plenas libertades para apoderarse de los
bienes nacionales mediante la más amplia flexibilización normativa que
les de su completo dominio.
El que después de más de 100 días de
confrontación no haya logrado que la reforma empresarial de Peña en la
educación se mantenga, nos habla de una determinación que va más allá de
las intenciones de la clase política desvelándose ante nosotros como
una línea estratégica del gobierno y la clase económica de la cual
deviene. La lucha de la CNTE está pues en el marco de una confrontación
más allá del gremio y tiene intereses que lo rebasan, situándose en la
lucha de clases.
La CNTE tiene hoy la obligación de reconocer que
las batallas que vienen deben ir más allá de lo puramente gremial y la
solidaridad de los escasos contingentes independientes capaces de actuar
solidariamente para pasar a una confrontación de dimensiones globales
en contra del sistema y su modelo neoliberal. En este momento en que los
contingentes más comprometidos han decidido realizar un cambio táctico,
es bueno que la reflexión nos lleve a entender la magnitud del problema
y, por consiguiente, a accionar dimensionando la lucha.
Desde mi
particular punto de vista, el gobierno ha logrado hacer aparecer el
problema como un asunto educativo cuando no lo es y creo que la CNTE ha
caído en esa estrategia. No lo es, y no es que no estemos en la disputa
por el proyecto educativo, sino que la lucha se ha dimensionado hacia la
defensa de por los derechos sociales conquistados con cientos de años
de lucha y la sangre derramada decenas de miles de trabajadores en el
mundo y por la defensa de los recursos nacionales y el derecho a la
autodeterminación y la autonomía plena de los mexicanos con respecto a
la economía global. Es pues una lucha estratégica por la nación, por
echar abajo el actual estado neoliberal y avanzar hacia la construcción
de un nuevo modelo de desarrollo, sustentado en su carácter social. Para
decirlo más llanamente: se trata de detener la maquinaria capitalista y
regresar por lo menos al modelo económico bienestarista Keynesiano hoy
perdido. No es que comparta este modelo, sino que lo hago para
explicitar la dimensión de la contra reforma económica en marcha.
La
CNTE no debería distraerse en la intención de elaborar un nuevo modelo
educativo, pues la disputa en este sentido está diariamente en las
escuelas, sino en avanzar hacia las tareas estratégicas que le permitan
enfrentar en mejores condiciones las batallas que vienen. Bajo esta
perspectiva, es más que necesario integrar un grupo sólido de compañeros
que se haga cargo de llevar a cabo la denuncia internacional y
conseguir los pronunciamientos de otros sindicatos y organizaciones,
lograr extender la solidaridad acompañando la acción nacional con
acciones globales de lucha. Las tareas reclaman también la integración
de un grupo mucho más amplio que se prepare previamente para visitar a
los maestros de otras entidades para invitarlos a la lucha y, de igual
manera, visitar a otras organizaciones y sindicatos con la misma
intención en una campaña de información, denuncia e incorporación
general por los derechos de los trabajadores de México. La determinación
de la CNTE acordada en su Asamblea Nacional, de iniciar caminatas de
trabajadores de la educación desde sus entidades hacia el centro del
país es una acción correcta para obligar a abrir de nuevo el diálogo,
además de que permite darle un nuevo impulso a la lucha y avanzar en el
redimensionamiento de la confrontación con el estado. Esta acción
permitirá una serie de acciones colaterales de carácter político que
podrían desencadenar otros procesos de acumulación de fuerzas que
requerirán de la creatividad y disciplina de los participantes.
El magisterio michoaacano debe además de exigir que el gobierno
entregue ya los útiles escolares en todas las escuelas públicas y
generalice los desayunadores y la entrega inmediata de equipos de
cómputo y becas de apoyo a aquellos alumnos que por su condición
socioeconómica lo requieren. Sería adecuado que se planteara la creación
de nuevos internados de educación básica en por lo menos uno por
municipio que pudiera albergar una población amplia de niños y niñas en
todos los niveles educativos y, además de garantizar que los alumnos que
demandan un ingreso en el bachillerato y la universidad sean admitidos
sin reservas, ampliando la matrícula y creando villas universitarias
para que se puedan alojar aquellos que lo necesitan.
Una
plataforma inmediata como esta sería un avance extraordinario en la
generalización de la lucha por una educación para todos con calidez y
calidad.
La lucha debe extenderse y hacer que salga del rancio
gremialismo, el enfermizo dogmatismo y la más ramplona acción
irresponsable de aquellos que participan sin tener claro cuál es el
papel del maestro en la acción colectiva y de aquel que lo hace para no
hacer otras cosas que no le gustan o no las sabe hacer. La lucha es de
los maestros en verdad y no de aquellos que saben cobrar, pero que no
saben cumplir como tales. No basta con parecerlo, se necesita serlo y
eso reclama muchas virtudes o cualidades que no se dan por que sí. La
lucha sigue… necesitamos no bajar la guardia, es indispensable lograr la
derogación de la Reforma de peña. Es por todos los trabajadores.
Juan Pérez
Medina. Red MovPAP
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