Pedro Echeverría V.
1. Desde ayer Javier Lozano Alarcón, ex secretario del Trabajo,
apodado “el perro” por los 46 mil obreros electricistas cesados en 2009
por el gobierno de panista de Felipe Calderón, se reconcilió con el PRI
–su partido original- e inmediatamente fue nombrado vocero de la campaña
presidencial de José Meade. No sólo fue enemigo jurado de los
electricistas, sino también de mineros, petroleros y de toda
organización obrera que se quejaba de la intensa explotación y pobreza.
En México, al mismo tiempo que todos los gobiernos sirven al
empresariado, resaltan funcionarios que como Lozano odian a los
trabajadores, los tratan con la punta del pie, son unos verdaderos hijos
de puta. Desde hace mucho Lozano se inscribió como precandidato del PAN
a la gubernatura de Puebla, pero lo mandaron al carajo por otros
equipos del mismo PAN.
2. El cese de los 46 mil electricistas el 10 de octubre de 2009 no
pudo menos que indignar a la población por el número de obreros y la
importancia de la empresa. El gobierno de Calderón fue reconocido en el
país como el gobierno del fraude; sin embargo, a pesar de ello, mantenía
la amenaza de cientos de miles de soldados, marinos y policía federal,
en varios estados de la República. Tuve la esperanza que el cese de 46
mil electricistas provocaría levantamientos de protesta y lucha en todo
el país; sin embargo en términos generales no hubo apoyo, su dirigencia
tuvo que transigir varias veces y el gobierno aprovechó esa realidad
para darles golpes por todos lados. Yo que visité varias veces en el
zócalo a los huelguistas y me mantuve crítico de los retrocesos de la
dirigencia; ahora reconozco que no hubo el apoyo necesario.
3. Los sindicalistas, siempre con la esperanza en su reinstalación,
confiaron mucho en un documento –firmado por José Narro Robles, rector
de la UNAM; José Enrique Villa Rivera, ex director del IPN, y por Manlio
Fabio Beltrones, Gustavo Madero y Carlos Navarrete, coordinadores de
PRI, PAN y PRD en el Senado– que otorgó pleno reconocimiento a la
vigencia del SME y de Luz y Fuerza del Centro, ya que no se refería a la
empresa pública como entidad "extinta" ni hablaba del contrato
colectivo de trabajo como asunto del pasado. Por tanto, reconocieron los
miembros del SME, su actitud "no sólo abre un resquicio hacia el
diálogo, sino una puerta". Pero allí estaba “el perro Lozano” y su amo
el presidente Calderón, asegurando que todas las puertas estén bien
cerradas para los obreros del SME, sindicalistas de muchos años.
4. Lozano, el odiado por el SME, hace muy buena mancuerna con el
candidato Meade: los dos son hoy del PRI y vienen del PAN, por ello hay
mucha confianza entre ellos. Si Meade llegara a “enfermarse” por
desprestigio y falta de carácter para seguir de candidato, el mismo
aguerrido bulldog Lozano sería presidenciable. Espero, sólo falta que
los demás seguidores de Calderón, entre ellos la esposa, hagan lo de
Lozano y busquen acomodo en el PRI antes que se repartan los huesos. En
tanto, así como los de izquierda, los auténticos luchadores sociales que
protestan en calles y plazas, se sienten ofendidos cuando al PRD se le
apoda de izquierda desprestigiándola, de la misma manera los panistas
tienen que salvar el propio prestigio que les queda distanciándose
claramente del calderonismo y el foxismo. Quizá algunos panistas de base
se pasen a Morena.
5. No por las encuestas sino por lo que se ve y se sabe, AMLO –por
hoy- está avanzando bien; todos sus mítines los está haciendo en la
plaza pública, en espacios abiertos con asistencias de por lo menos mil
personas. Los del PRI y PAN los hacen en auditorios cerrados y
ejerciendo un enorme control. Por los discursos de Ricardo Anaya,
candidato del llamado Frente, por sus críticas al gobierno, se observan
márgenes de alejamiento del PRI; pero no sabemos las negociaciones “bajo
el agua”, “en lo oscurito” porque la elección presidencial es un asunto
de Estado en el que intervienen los EEUU, los más poderosos empresarios
e inversionistas. El PRI y el PAN son muy conocidos por ser gobiernos
al servicio del capital. Un gobierno de Morena, aunque no sea radical,
podría remover muchos, millones de intereses en juego
6. No hay que desesperarse por apostar porque lo importante es
analizar. El PRI ha mantenido durante varias décadas una enorme
estructura política que le permite moverse con gran confianza; además
está en el gobierno y ello leda fuerza para prometer dinero, regalos,
plazas de trabajo. El PAN, con un fuerte apoyo empresarial y de la
derecha, no debe perderse de vista; los gobiernos de Fox y Calderón, se
metieron millones de millones de pesos a la bolsa y asesinaron a 150 mil
seres humanos; por ello no se les puede otorgar confianza alguna. Al
partido Morena hay que probarlo; ver si como promete cumple, si es capaz
de resistir y desobedecer la presión empresarial e imperialista. El
asunto no es llegar al gobierno sino mantenerse en él sirviendo al
pueblo. Si no es así, debemos enfocar nuestras baterías contra quien nos
engaña. (11/I/18)
alterar26@gmail.com
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