1/12/2018

Los peridistas pal cafe...


Alberto Bazbaz Sacal no merecería ocupar ningún cargo público después del escandaloso desenlace que propició en el caso de la niña Paulette Gebara Farah, muerta en mayo de 2010, buscada durante nueve días con aparatosidad proporcional a la atención nacional que provocó su desaparición, y encontrada de manera increíble entre la base y el colchón de su propia cama, en una habitación de su casa de Interlomas, en el municipio de Huixquilucan, estado de México, gobernado entonces por Enrique Peña Nieto.
La desvergonzada manera de dar por terminado ese episodio, bajo el inaceptable argumento de que la niña había fallecido por accidente y que siempre había estado su cuerpo en esa colocación de su lecho, sin que policías, peritos, periodistas o perros de búsqueda la hubiesen detectado, obligó a Bazbaz Sacal a renunciar a la titularidad de la Procuraduría General de Justicia del Estado de México. Le relevó otro personaje del mismo grupo peñista, Alfredo Castillo, quien ya en la administración peñista es el comisionado nacional para el deporte y la cultura física y antes fue comisionado para gobernar Michoacán de manera anticonstitucional (ante las fallas, omisiones y permisividad del entonces gobernador, Fausto Vallejo, quien, irónicamente, ahora pretende volver a la escena política como aspirante a presidir Morelia).
A pesar del episodio de la niña Paulette, o, por el contrario, gracias a la forma en que condujo el caso, Bazbaz Sacal fue premiado por su jefe de entonces y ahora, Peña Nieto, con una posición discreta pero poderosa, la dirección de la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. Sí: el funcionario que no tuvo la capacidad para encontrar el cadáver de una niña en su propia cama fue puesto al frente de la instancia que ha vigilado el movimiento de cuentas bancarias y operaciones financieras de todo el país, con especial obligación de detectar y combatir lo relacionado con el lavado de dinero, tarea ésta en la que fue particularmente fallido, con resultados generalmente bajos, según el Grupo de Acción Financiera de la Auditoría Superior de la Federación.
La muy baja productividad de Bazbaz Sacal al frente de la Unidad de Inteligencia Financiera ha significado, al mismo tiempo, una gran oportunidad para que puedan actuar sin problemas los grupos del crimen organizado, los políticos corruptos y los evasores fiscales, entre otros segmentos de interés. En un sentido tragicómico podría decirse que el abogado Bazbaz Sacal nunca pudo encontrar el cuerpo del delito de lavado de dinero en la cama de los poderosos, aunque sí algunos retazos selectos de sus vestimentas, algunos botones de muestra simbólica.
Ahora, el mismo personaje del ridículo desenlace del caso de la niña Paulette, el que no pudo combatir el lavado de dinero o bien habría sido puesto ahí justamente para no combatirlo, ha sido nombrado titular del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), la agencia mexicana de inteligencia que dirigía Eugenio Ímaz Gispert como parte del equipo de trabajo (ahora desarticulado) de Miguel Ángel Osorio Chong, el anterior secretario de Gobernación.
El nombramiento de un personaje dispuesto a cumplir las órdenes superiores más disparatadas, incluso a riesgo de caer en los terrenos de lo inverosímil, no es una buena noticia para una entidad que debería ser clave para el buen funcionamiento del sistema presidencial mexicano, como es el Cisen. Esta agencia ha ido en constante declive, utilizada con sentido faccioso por los titulares de las administraciones federales de, cuando menos, los dos sexenios ocupados por panistas y lo que va del presente, el peñista.
Instalar a Bazbaz Sacal al frente de un instrumento de espionaje, más que de inteligencia, es un mensaje infortunado en el muy difícil tramo de efervescencia electoral, política y social que está en curso. Con dicho personaje al frente, el Cisen no será una entidad al servicio del Estado, ni siquiera del gobierno en su generalidad institucional, sino de una facción, la mexiquense, la peñista, que está haciendo cuanto le es posible, a niveles tan descarados como indicativos, por armar escenarios de guerra política en busca de una continuidad que consideran en fuerte peligro.
En ese atrincheramiento mexiquense, el nuevo secretario de Gobernación, Alfonso Navarrete Prida, ha nombrado como subsecretario de Gobierno a Manuel Cadena Morales, quien ha sido diputado y senador por el estado de México, funcionario federal y, durante todo el sexenio de Arturo Montiel, ni más ni menos que el segundo de a bordo, como secretario de Gobierno. Cadena Morales era oficial mayor con Navarrete Prida en la Secretaría del Trabajo y ahora es instalado en la subsecretaría de Bucareli de mayor peso político: el montielismo reivindicado.
La figura de los candidatos sin partido, llamados independientes, a cargos de elección popular, ha sido severamente lastimada por personajes de enorme carga partidista previa, con bien aceitados equipos de apoyo. Los casos más notables son los del priísta por más de 30 años, Jaime Rodríguez Calderón, alias El Bronco, convertido ahora en el Brinco, pues pidió licencia al cargo de gobernador de Nuevo León, y el de Margarita Zavala, panista durante décadas, a quien ha apoyado en la recolección de firmas a su favor la mayoría de los empleados de la oficina de su esposo, Felipe Calderón, pagada ésta con dinero público como parte de los privilegios que de manera ilegal se han asignado quienes han ocupado la residencia de Los Pinos. El Instituto Nacional Electoral revisa ahora la consistencia de esa recolección de firmas y ha comenzado a encontrar comportamientos tramposos, compra de esos apoyos y otras tretas que afectan la de por sí disminuida confianza, salvo casos aislados, en ese mecanismo de participación política.
Y mientras Trump nos da tregua en lo del TLC para después de las elecciones, pero adelanta que México pagará de manera indirecta por el famoso muro fronterizo a través de la renegociación de ese tratado ¡Hasta el próximo lunes!
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Después de decir que mientras la economía parece estar en crisis, pero que los economistas no cambian y siguen siendo tan engreídos como siempre (frase que cité en la entrega anterior empezando mi reseña del nuevo libro de Meghnad Desai) MD añade que el otorgamiento del premio Nobel de Economía es una señal de la inamovible autoimagen de la profesión:
“La profesión de economista y sus admiradores, donde debe estar incluido el Comité del Nobel, no han denunciado que la teoría económica moderna sea inútil, ni que esté sumida en una profunda crisis. ¿Quién tiene la razón, los otorgadores del premio y los que lo reciben, o el público general, receloso de la teoría económica y de los economistas? Más allá de la corriente principal hay muchos nichos de teorías económicas que no están de moda. Las teorías económicas de Marx tienen que ver con los ciclos, al igual que las de Frederick Hayek… [quien junto con] Joseph Schumpeter y Nikolai Kondratieff se interesaron en encontrar patrones cíclicos en los datos económicos… Son estos los economistas que tienen más que decir sobre cómo y por qué estamos en el estado en que estamos, que las teorías de la corriente principal e incluso que las keynesianas. ¿Deberíamos buscar las respuestas en las experiencias del pasado, puesto que nuestro presente se asemeja a la Gran Depresión de los años 30 o tal vez a crisis aún anteriores? ¿Yace la solución para una recuperación sostenible en teorías y enfoques que han sido relegadas a los anales de la historia económica?” (Arrogancia desmesurada. Por qué fallaron los economistas al predecir las crisis y cómo evitar la siguiente, Siglo XXI editores, 2017, pp 21-23)
Para responder a estas preguntas, dice que debemos distinguir dos visiones del funcionamiento de la economía: una que la ve como un sistema estático que casi siempre está en equilibrio y puede sufrir pérdidas de producción sólo en raras circunstancias; y otra que la ve como un sistema en desequilibrio dinámico que transita incansablemente entre auges y caídas. Aunque las dos visiones han coexistido por mucho tiempo, añade, la visión estática ha triunfado en los círculos académicos, mientras la otra vive en los mercados y en la imaginación de los movimientos políticos. Concluye la introducción del libro diciendo que la crisis más reciente es un recordatorio de que ya no podemos pasar por alto la visión del desequilibrio dinámico. La necesitamos para comprender el significado de lo ocurrido y de lo que puede volver a ocurrir (p.23).
A lo largo del sexenio peñanietista, los tecnócratas que se adueñaron del área económico-financiera del sector público se han aferrado a su tesis de que en este país todos los problemas –especialmente los de su responsabilidad– son pasajeros, transitorios, poco duraderos y sinónimos por el estilo.
Por ejemplo, los ex ministros del (d) año (Luis Videgaray, hoy aprendiz de canciller, y José Antonio Meade, ahora aprendiz de candidato) no perdieron oportunidad ni micrófono para asegurar que el desplome del peso frente al dó- lar era pasajero, por mucho de que en ese periodo la devaluación acumulada ronda 52 por ciento.
También afirmaron que el vertiginoso crecimiento de la deuda pública no tenía la menor importancia (Arturo de Córdoba dixit), porque estimulará el crecimiento de la economía, y a estas alturas el débito ronda los 10 billones de pesos, nominalmente el más elevado de la historia, y el crecimiento de la economía brilla por su ausencia, porque a duras penas promedia 2 por ciento anual en el transcurso de la presente administración (y en tres décadas y media, porque esa es la media de Miguel de la Madrid a Enrique Peña Nieto).
Lo mismo para la inflación: su acelerado crecimiento sería temporal (Videgaray, Meade –el padre negador del megagasolinazo– y Carstens dixit) y para el último trimestre de 2017 descendería a niveles aceptables y dentro de la meta oficial (3 por ciento. Con un margen de más-menos un punto porcentual). En los hechos, cerró el año con el mayor inflacionario en 17 años, y contando.
A estas alturas los ex ministros del (d) año y el doctor catarrito se dedican –oficialmente– a otras cosas, de tal suerte que era de esperarse que los relevos en Hacienda y Banco de México se basaran en la realidad para intentar resolver los crecientes problemas en materia económica y financiera. Pero no.
Está el caso del nuevo gobernador del Banco de México, Alejandro Díaz de León –con apenas un mes y días en el puesto–, se subió al carro y ayer afirmó que los factores que provocaron el repunte inflacionaria en 2017 “son claramente de carácter transitorio (un año atrás lo mismo decían Meade y Carstens), y prometió que a partir de 2018 comenzará a observarse una tendencia de disminución de los precios. Y lo dice justo en la escalada de precios que se registra desde el arranque mismo del presente año.
Pues bien, como lo advierte el Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC), 2017 terminó como comenzó en materia de precios y la inflación mantiene la presión sobre una economía que además exhibe un bajo crecimiento. El Índice Nacional de Precios al Consumidor lo muestra con claridad: el año pasado se elevó 6.8 por ciento. No sólo es más del doble del objetivo planteado por el Banco de México; también se debe resaltar que la tendencia del último trimestre de la inflación se mantiene al alza.
El IDIC analiza el tema –del que se toman los siguientes elementos– y subraya que el desempeño de la inflación tiene elementos tanto estructurales como aquellos atribuibles a la volatilidad de corto plazo. En el primer caso se puede observar que la variación de la inflación subyacente permite afirmar que la evolución del sistema de precios se mantendrá fuera del rango establecido por el Banco de México como el adecuado para la economía nacional.
Alimentos, bebidas y tabaco (6.8 por ciento), mercancías no alimenticias (5.6), educación (4.7) y otros servicios (4.6) aumentaron más allá de lo previsto por las autoridades de política económica. No obstante, si bien esto es relevante existe información que muestra en donde radica la principal causa del desequilibrio en el sistema de precios, la inflación no subyacente, que en 2017 se incrementó 12.62 por ciento.
En la inflación no subyacente se encuentra lo clasificado como energéticos y tarifas autorizadas por el gobierno, lo que fundamentalmente se refiere a la parte energética y los servicios administrados por el sector público. En dichos segmentos se tuvo el incremento más significativo: los energéticos 17.7 por ciento y las tarifas mencionadas 8.4 por ciento.
Básicamente se puede establecer que la estrategia de política fiscal incidió en la presión alcista de los precios al consumidor. Los aumentos acumulado en el año fueron: gas doméstico 39 por ciento; transporte público 8.9 por ciento; gasolina de bajo octanaje (Magna) 17.5 por ciento; gasolina de alto octanaje (Premium) 22.6 por ciento y aceites lubricantes 5 por ciento.

El martes 9 fue anunciado el cartel completo de la sexta edición del Carnaval de Bahidorá, a llevarse a cabo los días 17 y 18 de febrero. Aunque aún falta un mes, se recomienda ir adquiriendo entradas, pues se agotan pronto y este año viene más que delicioso. Se trata de uno de los encuentros musicales más interesantes ocurridos en México, con una curaduría clara y redonda, que combina música electrónica selecta, tanto suave como aguerrida, con ritmos tribales y suburbanos, así como toques de música tradicional del mundo, todo ello con una línea de pensamiento libre, inclusivo y en pro del medio ambiente.
La peculiaridad y prestigio que ha ganado este festejo está en que ofrece una experiencia diferente a la mayoría de los festivales, pues no sólo es un terreno seco con escenarios, sino que se efectúa en medio de la foresta morelense, en un parque acuático natural al lado de ríos y manantiales que hacen la delicia de los clavadistas, en cuyos caminitos floridos y puentes colgantes de madera son colocadas instalaciones efímeras de artistas plásticos actuales, además de ofrecer actividades de relajación, camping y demás rituales que precisen de flores en el pelo. El resultado es un ambiente festivo, entre balneario cool y día de campo musical, repleto de jóvenes en coloridos trajes de baño, danzando hasta el amanecer.



A finales de mes tendrá lugar la sexta ronda de negociaciones para la modernización del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) entre los representantes de México, Estados Unidos y Canadá. Por este motivo, el tema de un posible fin del pacto que ha regido las relaciones comerciales entre estos países desde el primero de enero de 1994 vuelve a los primeros planos en la agenda del gobierno federal, de los agentes económicos y de medios de comunicación. Como muestra de la importancia que el futuro del TLCAN tiene en la orden del día, bastó con que fuentes del gobierno canadiense manifestaran estar cada vez más convencidas del abandono del acuerdo por parte de Washington, para que la moneda mexicana sufriese un nuevo retroceso ante el dólar.

Repudio a la violencia en campañas electorales
Quienes suscribimos, integrantes del grupo de opinión La Palma, tenemos distintas preferencias partidarias pero hemos coincidido en el repudio a la violencia en las campañas electorales. Por ello condenamos la agresión ocurrida el pasado 3 de enero, durante un acto de campaña de Claudia Sheinbaum, en Coyoacán. Diversos medios de comunicación han identificado a personas que laboran en el gobierno de esa delegación como los agresores y quienes encabezaron a un grupo de choque. Consideramos que dichos actos son impropios y contrarios a los principios democráticos. Exigimos se lleve a cabo una investigación imparcial de estos hechos y se sancione a los responsables con base en la ley. El gobierno de la ciudad debe garantizar que estas deleznables actuaciones no se repitan en ningún caso. ¡No más violencia!

El año 2018 se inició con anuncios importantes sobre incrementos a los precios de productos básicos y a la gasolina, el gas y la energía, así como a los servicios que sin duda afectarán aún más los ingresos de las personas que dependen de su salario para sostener a las familias mexicanas. La justificación ha sido que son resultado de los aumentos a los insumos, la desregulación del comercio y de las fluctuaciones de los mercados internacionales, es decir de la oferta y la demanda.
Como a las tres de la mañana, cuando estaba el baile en la cancha del pueblo, alcancé a ver cómo dos policías comunitarios seguían a una persona que corría hacia la comisaría. Antes de que entrara, lo alcanzaron y lo retuvieron. Cuando se lo llevaban, una persona de las que estaban bebiendo dentro de la comisaría, sacó su pistola y les disparó. En ese momento los compañeros de la CRAC corrieron para apoyarlos. Fue cuando se desató la balacera. Era entre la gente de la comisaría y los comunitarios. Todos corrimos a nuestras casas y muy pocos se acercaron a la cancha para saber qué pasó. Supimos que habían asesinado a otras seis personas y que eran del grupo del comisario. Como a las nueve llegaron policías del estado bien armados. Hablaron con el comisario y también con Marco Antonio. Luego llegaron policías ministeriales. En el pueblo varios se fueron al cerro a esconderse porque temían que les hicieran algo.
El primero de enero pasado se cumplió un aniversario más del levantamiento de los mayas zapatistas por el que se hizo pública la existencia de un grupo insurgente integrado mayoritariamente por indígenas, que con base en el artículo 39 de la Constitución declaró la guerra al mal gobierno del usurpador Carlos Salinas de Gortari. A 24 años de ese acontecimiento de múltiples significados históricos, que cimbró a México y al mundo, sigue más vigente que nunca la Primera Declaración de la Selva Lacandona, en la que el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) se dirige al PUEBLO DE MÉXICO (así con mayúsculas): Nosotros, hombres y mujeres íntegros y libres, estamos conscientes de que la guerra que declaramos es una medida última pero justa. Los dictadores están aplicando una guerra genocida no declarada contra nuestros pueblos desde hace muchos años, por lo que pedimos tu participación decidida apoyando este plan del pueblo mexicano que lucha por trabajo, tierra, techo, alimentación, salud, educación, independencia, libertad, democracia, justicia y paz.
IEn este primer aniversario de la muerte de John Berger (1926-2017) rememoro ante todo la partida de un escritor marxista. No sólo porque sea una faceta suya que el mainstream siempre usaba para disminuirlo o solía ocultar para hacerlo más digerible (goo.gl/Q5G9mY). O sólo porque él mismo haya dicho que es uno –justamente para frustrar estas operaciones y antagonizar a los biempensantes (Sí, entre otras cosas, sigo siendo marxista)– en un bello texto sobre la frenética búsqueda de un lugar dónde hallarse en medio de la imparable acumulación, migración, deslocalización y consumismo (goo.gl/YHiBG7). Lo hago porque su marxismo –heterodoxo, enfocado en los vencidos, los que resisten– y anticapitalismo son un hilo rojo (!) que corre por toda su multifacética obra. Siendo un pintor, desde sus años tempranos, Berger observa cómo los artistas –igual que los demás trabajadores– caen víctimas del sistema que los aliena de frutos de su trabajo y es el principal enemigo de toda la labor creativa. Así –dice– el arte lo arrastra a la política. Se vuelve crítico para hablar por las clases explotadas. Incluso –como anota en un prefacio de 1979 a su primer tomo de ensayos, ¡ojo al título!– para ayudar, aunque sea un poco, a destruir la sociedad burguesa ( Rojo permanente, 1960). Allí donde Marx, aun consciente del problema –¿cómo es que el arte, la superestructura de la base económica, nos mueve tanto?–, deja un campo vacío, Berger pretende avanzar inspirándose sobre todo en Walter Benjamin que antes trataba de hacer lo mismo. Su revolucionario –por su enfoque materialista, feminista y crítico hacia el lenguaje de la publicidad– programa televisivo y el subsiguiente libro Modos de ver (1972) es un ejercicio puro en la economía política del arte. “La pintura al óleo –anota– hizo a la representación lo que el capital le hizo a las relaciones sociales: redujo todo a la calidad de objetos. Todo se volvió intercambiable, porque todo se volvió mercancía” (p. 87). Si bien la pintura siempre retrataba la riqueza, en el capitalismo su función era mostrar lo que el dinero es capaz de comprar (p. 90), algo que sigue siendo actual en tiempos de redes sociales y nuevas maneras de exhibirla (goo.gl/3MsTEX).
Iniciadas de hecho las campañas electorales, empiezan a surgir propuestas sobre la materia, por el momento sólo de parte de candidatos a la Presidencia de la República, pero siendo un asunto de grave sensibilidad social, pronto será parte del catálogo de propuestas por parte de presuntos funcionarios de todo nivel.

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